Otra vez quise escribir yo mismo a pesar de que los trillizos Gurméndez han tenido mucho que ver con Ofe.
La Tía Ofe fue quien nos presentó a Valizas a todos nosotros. Desde mi mismo hasta mis hijas y nietos (Naomi aún no, con apenas tres meses) todos supimos disfrutar de la hospitalidad sin límites del Hospedaje Tía Ofelita. En la familia no hay quien no haya pasado un tiempito en lo de Ofe. Y entre los amigotes: ¿quién no armó una carpa en los alrededores del rancho? Es que el Hospedaje se formó así: a pura entrega de Ofe. Pensando siempre en el otro, Ofelita fue capaz de hacer un baño para que los acampantes usaran sin tener que esperar que se levantaran los del rancho. Siempre con la mano abierta ofreciendo su rancho para que cualquiera disfrutara de Valizas. El Hospedaje (como empezamos a llamarle a su rancho) fue el Centro logístico tanto de los Mister Valizas como de las Correcaminatas Valizas - Aguas Dulces. Nunca un verano, otoño, invierno o primavera ninguno de nosotros se quedaba sin tener un lugar en Valizas.
También la Tía Ofe fue la que me iba mostrando lo que sería mi vida de médico: guardias, sábados, navidades, noches; esa vida ajetreada del médico la iba viendo en Ofe. Y eso había que juntarlo con la familia, la escuela o el liceo, las enfermedades de los demás.
Ofe, que aportaba siempre una anécdota más de sus destiempos y retrasos, de sus pérdidas inimaginables de vuelos, barcos, omnibuses. Y todo con una sonrisa cómplice en su cara, ¿Qué le voy a hacer?
Ofe, que se autoproclamó abuela sustituta de mis hijas cuando mi Vieja se murió. Es que tenía tanto amor para dar.
Ofe, que fue injustamente destartalada por una enfermedad que no respetó su vitalidad, su inteligencia, su ser. Ofe fue dejando de ser Ofe, sin poder ni siquiera quejarse por ese cambio. Nunca sabremos que era lo que pasaba por su cabeza en estos tiempos: sería algún recuerdo de sus eternas plantaciones de flores en Valizas, un camello en el Cairo, perderse de noche volviendo caminando por las dunas desde el Polonio hasta aparecer en una estancia. Vaya uno a saber en que andaban sus pensamientos, que escuchaban sus oídos, que sentía con su piel.
Hoy se murió la Tía Ofe.
Estoy convencido que llegó a un muy merecido descanso. Tenía que descansar de todo su trajín de vida y de estos injustos últimos años.
Descansá entonces, Ofe.
Comentarios
Abrazo fuerte para toda la familia
Anónimo
Justo y merecido reconocimiento a la tía Ofelia. Vaya mi saludo fraterno a toda la familia.
Língula
Creo que no se puede agregar más de lo escrito por Daniel, si agradecer las estadías en carpa y los Mr Valizas que disfrutamos en el maravilloso Hospedaje Tía Ofelita .
Para toda la familia envío un fuerte abrazo y que la tía Ofelia tendrá siempre un lugar en mi recuerdo y en mi corazón por haberla conocido y disfrutado de sus anécdotas... hasta siempre...
Lunfa
Muchas gracias Dani
Ania
Abrazo fuerte para toda la familia
ResponderEliminarJusto y merecido reconocimiento a la tía Ofelia. Vaya mi saludo fraterno a toda la familia.
ResponderEliminarCreo que no se puede agregar más de lo escrito por Daniel,si agradecer las estadías en carpa y los Mr Valizas que disfrutamos en el maravilloso Hospedaje Tía Ofelita .
ResponderEliminarPara toda la familia envío un fuerte abrazo y que la tía Ofelia tendrá siempre un lugar en mi recuerdo y en mi corazón por haberla conocido y disfrutado de sus anécdotas... hasta siempre...
Lunfa
muchas gracias DAni
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