In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
Mostrando entradas con la etiqueta club 25 de agosto. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta club 25 de agosto. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de octubre de 2015

La fiesta en paz

La frase del viernes. por Abelardo Abelenda

Amigos del club 25 de Agosto, de Miramar y del basquetbol en general:

Luego de 9 años, el miércoles 14 de octubre se viene el partido clásico del barrio en la DTA. 

Ambas instituciones estamos haciendo esfuerzos muy importantes por mejorar las instalaciones, mejorar socialmente y a la vez competir con buenos equipos en la cancha. 


Olivetti, Osimani, Modernell, Chust
Nos reunimos los directivos y en un muy buen clima recordamos triunfos y derrotas, viejas anécdotas y comentamos del titánico esfuerzo que significa mantener un club abierto y en condiciones.De eso se habla cuando pasan los años y las pasiones se transforman en responsabilidades.

Previo al partido, acordamos compartir un mensaje de respeto por el rival, mirando hacia el futuro. Vamos a organizar un partido preliminar de pre-minis, arbitrado por nosotros mismos.

Si todos nos comportamos como sabemos que podemos, esos niños tendrán un club donde seguir aprendiendo a compartir este maravilloso deporte de la naranjita.

Para celebrar la fiesta y convocar a los dioses del olimpo que nos traerán cánticos tribuneros, banderas, mucha adrenalina, respeto por el contrario y paz, los dejo con dos viejos lobos:


Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.

Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas. 

Vamos, subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta

 Fiesta, de Joan Manoel Serrat, en dúo con Joaquín Sabina 

jueves, 16 de octubre de 2014

La construcción del templo

La frase del viernes. Por Abelardo Abelenda.

A lo largo de la historia el hombre ha construido templos comunitarios para encontrarse, comunicarse y honrar a sus dioses. En los últimos años, la construcción del templo deportivo, un gimnasio, un estadio, ha sido el sueño de diferentes clubes barriales. ¿Cómo se pueden financiar?
---
Durante siglos las iglesias se financiaron con el diezmo, el 10% de los ingresos que reclamaban a los feligreses. Hoy día la mayoría siguen funcionando así. Con ese dinero no daba para construir los templos y siempre acompañaba algún "rico" vecino y también el estado de turno, sumado a algún botín producto de una guerra y a la mano de obra voluntaria y creyente que siempre debe estar presente en toda obra que quiera perdurar.

En el último año me tocó estar cerca de la construcción de dos templos para cofradías del entorno de unas 500 personas: el remozado gimnasio con piso flotante del Club 25 de Agosto y el gimnasio de la Unión de Veteranos de Basquetbol del Uruguay.

Mucha gente piensa que con una economía en crecimiento y con los impuestos que pagamos, deben ser las sacrosantas tetas del estado las que provean de recursos para estas obras. Como buenos uruguayos nos quejamos y les pedimos más. El tema es que hay muchos para mamar, las necesidades son infinitas y la leche se agota.

La otra bien fácil es decir "que pongan los que tienen más plata". Salvo el mejicano Carlos Slim o Bill Gates -los más millonarios del mundo-, el resto de los terrícolas podemos tranquilizar nuestra conciencia con este argumento, ya que siempre hay uno que tiene más dinero. Además, como a nadie le sobra la plata, podemos zafar bien del "mangazo".

Ninguno de los dos gimnasios está terminado. El Ministerio de Transporte puso un montón de dinero y exige contrapartidas sociales importantes, los aportes voluntarios han sido bastante buenos, pero no alcanzan.



Uruguay no es un país rico, las obras comunitarias, las escuelas, los liceos, los clubes, no se construyen y se mantienen solo con el aporte de "otros", hacen falta "nosotros".

Del templo del deporte saldremos todos más saludables, acompañados, con cabeza plural, victoriosos o derrotados, pero siempre conectados con los dioses, manteniendo a raya los demonios interiores que siempre están al acecho.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Y póngase el calcetín, paloma mía,
y véngase a cocinar el nuevo día.

Todo esta listo, el agua, el sol y el barro,
pero si falta usted no habrá milagro.
....
Canción infantil para despertar una paloma
Joan Manuel Serrat






sábado, 23 de agosto de 2014

La noche de la nostalgia, el Parque de los Aliados y el 25 de Agosto


La frase del viernes. Por Abelardo Abelenda

La Noche de la Nostalgia se respira en Montevideo. Para un grupo de vecinos del zoológico, la noche del 24 de agosto es la víspera del aniversario de su club, el 25 de Agosto de Villa Dolores.

A medianoche empiezan a circular los SMS con los infaltables "Feliz cumpleaños" y más de uno se revienta unos petardos para celebrarlo. El medio día del 25 se celebra con una exquisita buseca que preparara el Piraña, flamante chef y cantinero del club.

Se vuelven a recordar viejas historias y a inventar nuevas, la mayoría de ellas no están escritas, son pura tradición oral, trasmitidas de generación en generación, compartidas con una comida de por medio.

---
El Parque de los Aliados -hoy Batlle- es y era el lugar obligatorio de entrada en calor antes de pisar la cancha. Una vuelta entera por Ricaldoni todos los santos días, de martes a domingo en segunda, de lunes a sábado en primera división. En el parque nos cruzábamos los amigos-rivales: Bohemios, Tabaré, Miramar y Nacional de basquetbol y el Layva. 

A algunos compañeros les gustaba correr y a otros les gustaba la literatura, siempre tenían un cuento, una tendinitis, un tironcito de pretexto para no salir. Gastón arrancaba y no terminaba más, si no lo frenaban todavía estaría corriendo como un caballo desbocado. El Rafa corría y se reía, siempre con las crenchas desprolijas. Gustavo refunfuñaba, iba último y al trote con su eterno rezongo: "Yo vengo para jugar al basquetbol, si me hubiese gustado correr me iba a la pista de atletismo, o al hipódromo de Maroña con los caballos". Pelayo corría y te acalambraba con los cuentos de su laburo de profe de ténis. Hace poco volvió a jugar con los veteranos, luego de más de 20 años se reencontró con Fridi, su compañero de estudios en el Instituto de Educación Física. Los dos "canarios" recordaron la sopa aguada con un huevo adentro que hacían para engañar la panza mientras esperaban la encomienda nutritiva que venía del interior.

En la pretemporada eran de rigor 5 series de 10 "piques" en el repecho del lado de la tribuna Amsterdam. A la vuelta del estadio pasabamos por el Centro Médico de CAFO donde hace 30  empecé la eterna fisioterapia que me permite seguir disfrutando del antiguo juego del balón al cesto. Por los años `80 en CAFO trajeron una de las primeras máquinas de pesas "Universal", con la que fortalecí rodillas y hombros fanés y descangayados.

Por los 90 el filósofo del Paleta ya afirmaba que el basquetbol se había arruinado el día que empezaron a llegar al club técnicos con la "tablita". En ella marcaban las jugadas y las transiciones de cada jugador. El DT Eduardo D`ursi se reía como el perro pulgoso -para adentro- y lo peleaba al Paleta;  él había sido el innovador, "recibido" de técnico y portador de las nuevas técnicas de planificación, entrenamiento, indicadores y "tablita" incluida.

En el 91 jugábamos en 25 con Favio, el Rafa, el Cacho y Pelayo. Hace dos días nos enfrentados en la final que acabamos de perder con Biguá el miércoles pasado. En aquella época no habían estadísticas de rebotes, pelotas perdidas, recuperadas, porcentajes; simplemente el Diario de la Noche publicaba los apellidos de los jugadores y los tantos convertidos. Hoy publicarían Osimani punto y coma, luego de la bochornosa actuación en el segundo cuarto donde nuestro equipo convirtió solo 4 tantos. Al principio la calentura por la derrota fue enorme, pero van pasando las horas y uno empieza a ver en perspectiva el camino recorrido y no queda más que agradecer por los 38 años picando la naranjita.

Los que antes de ayer fuimos rivales, la semana que viene nos vamos todos juntos a jugar un campeonato de fin de semana en el club amigo de Plaza de Nueva Helvecia. Todos representando a 25 vamos a jugar y pasarla bien con los "queseros". Luego del partido y con cena-chou incluida celebraremos la vida compartida caminando y corriendo juntos.


 Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...


Cantares de Antonio Machado
Por Joan Manuel Serrat

viernes, 4 de abril de 2014

En la cantina del club

La frase del viernes. Por Abelardo Abelenda.

Los tiempos han cambiado, quedan pocas cantinas, algunas resisten, cada tanto se abre alguna nueva. Desde que facebook abrió su cantina global, la gente se queda cada vez más en la casa, pero todavía hay muchos que prefieren encontrarse en el club del barrio, cara a cara.
---
El lunes pasado asistí con alegría a la inauguración de la nueva cantina del club 25 de Agosto. Luego de muchos años, vuelve con fuerza, frente a la calle, con ventanas a la cancha.

Con el Piraña como titular y su experiencia como cocinero, con el apoyo de varios muchachos del club, unos palets reciclados, unos viejos tablones, muchas horas de trabajo y buen gusto, reaparece un ambiente espectacular que invita a compartir.

Al estreno asistieron todas las generaciones. Desde los fundadores de 1948 hasta jugadores de la sub 23, todos representados. 66 años de historia apretados en palabras que iban y venían entre las mesas y la barra.

Representando a los más viejos estaba el Gaucho Aníbal García Da Rosa. Es de los últimos socios fundadores que sigue yendo al club. Con sus ochenta y pico de años dijo presente, como siempre, en su segunda casa. El canchero Sandalio Goncalvez conversaba con él, se reían mientras compartían unas ricas tortas saladas del Piraña.


Parado en la barra estaba Collafranchesqui, jugador del mítico equipo que subió por primera vez a segunda de ascenso a principios de los setenta. Representando a los cincuentones estaba el Petaca y el Pierna, organizando la típica venta de bonos,  el "metro cuadrado" que haga posible el sueño del parquet flotante.

¿Cuántos clubes, cuantos pisos, cuantos techos se hicieron en Uruguay con la venta del "metro cuadrado"?

Pude verificar que pese a no tener cantina por muchos años, las historias y las anécdotas seguían intactas: Gastón con treinta y poco las conoce todas y unas cuantas conoce Andoni con veinte años. Cómo éste era el más jóven, el Pierna se dedicaba a contarle con pasión los viejos cuentos del loco Adolfo, el primer canchero y técnico de formativas, la historia de los gallegos Paco y Joaquín, de la antigua bodega Mera de la esquina.

Esta es la tradición oral, la historia, la identidad del club. Siempre hay alguien que la sabe contar y alguien nuevo a quien contarla.Los chicos conocen a los viejos, aprenden a respetar la historia, los viejos ven con placer como su trabajo sirve y pasa a las generaciones más jovenes.

Andoni, el técnico de la escuelita de basquetbol, también tenía historias para contar: está organizando una venta económica de ropa usada que permita financiar la locomoción de los minis que vienen de Playa Pascual a jugar por el club. Los botijas lo merecen, vienen con una alegría bárbara a jugar al basquetbol y competir con otros niños.

En la cantina las distintas generaciones se conocen, se respetan. Los más grandes dan un consejo o un tate-quieto. Los padres cuidan y rezongan a los hijos de los amigos. Ya en el primer día el cantinero tuvo que pararle el carro a un adolescente que estaba de vivo:

- ¡Tranquilizate! Conozco a tu padre que es una gran persona y a vos desde que naciste, así que portate bien y bastó por hoy.


Con el movimiento se arrimó el infaltable muchacho que está mal de la cabeza, el loco que toda institución que se precie debe tener. Va a buscar algo que faltó, hace un mandado y festeja a los que van llegando. Entre todos le dan algo para comer y lo cuidan. Llega un momento que la familia no puede más con él, la institución lo cobija. De repente el loco nos sorprende pasando como una ráfaga corriendo por la vereda, al rato viene resoplando y mirando su reloj nos cuenta que puso 10 segundos en los 100 metros. ¡Tiembla Usaín Bolt!

La cantina es el lugar de reunión para los viejos, lugar de pasada para saber en que está el club, quien volvió, quien se fue y quién marchó.

Entre el murmullo de la inauguración se escucha filosofar en la radio al flaco Zitarrosa con su "Guitarra Negra", la milonga casi rapeada de Alfredo y sus reflexiones de toda una vida.

En las cantinas resisten el invierno los cantos carnavaleros y se multiplican. De la cantina del 25 salieron varios primeros premios: Los Adams, Los Bubys, Nazarenos, Musicalísima y varios grandes como "La Gran Siete", Senegal, Demimurga, Gurrumines, La Matraca, la Nueva Milonga y varias murgas jóvenes.También Pinocho "Routin" tuvo su taller de murga en la cantina en el año 2002. Mientras el Uruguay se caía a pedazos y los bancos quebraban, en la cantina se resistía cantando versos de murga y escribiendo canciones para el club.

De los ensayos de carnaval mezclados con lunas veraniegas surgieron muchos amores y de esos amores vinieron varios hijos del veinticinco.

En la cantina, 
en pleno invierno
es carnaval
...

Emiliano Muñoz y Zurdo Bessio






"La cantina" por Los mareados.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Las derrotas del campeón invicto


Por Abelardo Abelenda

Niké, diosa griega de la victoria, luego de algunos siglos.
Cuando escucho hablar de casos de éxito, de gente que no comete errores, impolutos que no fallan nunca, no solo no les creo sino que me causa rechazo.

Luego de la crónica victoriosa de la semana pasada, vamos a contar un poco de algunos fracasos. El campeonato invicto logrado por los veteranos mayores de 45 del club 25 de Agosto arranca en más de una derrota dolorosa.
---

Este mismo año, el mismo grupo base pero en otro contexto -el campeonato de mayores de 35 años-, sufrió unas cuantas derrotas estruendosas, por más de 20 puntos. Dolieron más ya que hasta hace poco este equipo estaba siempre en la definición del torneo.

Si el equipo está completo le puede ganar a cualquiera, pero a veces, los 10 años de edad que da de ventaja, no se pueden disimular.

Despues de campeonar es difícil sostenerse y hay que renovarse. El bajón puede estar a la vuelta de la esquina.

Los uruguayos tenemos mucha experiencia acumulada en esto. Durante la primera mitad del siglo pasado fuimos invencibles, en la segunda mitad nos lo creimos. Hasta que vino Jaime Roos y nos cantó la justa en la cara y sin anestesia:

Ayer eramos campeones, 
les íbamos a ganar.
hoy somos los sinvergüenzas
que caen a picotear 

---

Hace exactamente un año empecé a postear la frase del viernes en "La Galanga". La Frase pasó de ser un simple mail dirigido a los amigos a publicarse en la "nube". Mi primo y tocayo "editor irresponsable" del susodicho pasquín me dió mucha manija. Yo le dije que tenía algo escrito que me parecía bueno para compartir pero que no tenía mucho humor, sino todo lo contrario.

Era la crónica de una derrota, se llamaba "Volver a empezar" y trataba de un partido del campeonato de +45 del año pasado. Igual que este año, veníamos invictos, hasta que en una semana fatídica aconteció lo imprevisible: un esguince, un desgarro y una rotura de tendón de Aquiles. Perdimos el partido y además sufrimos tres bajas, tres compañeros fuera de combate.

La final de este año fue muy similar a la del año pasado, con distinto final. Vibrante hasta el último segundo, terminó 95 a 92. Aguada fue más que nosotros.

Por todo esto decimos que detrás de un campeonato invicto se esconden mil derrotas. Los deportistas sabemos de eso, a veces se gana y a veces se pierde, el juego tiene revancha, siempre es posible superarse y nunca es tarde para volver a empezar.

---
Los que quieran leer aquella crónica de una derrota con lesión hagan click aquí: Volver a empezar

viernes, 22 de noviembre de 2013

Pequeños gestos colectivos de un campeón



Por Abelardo Abelenda

En la foto del campeón todo es alegría. Detrás de lo abrazos en ronda, de "miren el pajarito" y "digan whisky", se esconden una suma de gestos colectivos que asientan un equipo.

El club 25 de agosto fue campeón invicto de veteranos mayores de 45 años. La copa está llena de una cantidad de  granitos de arena que llevaron al equipo a conquistar 4 campeonatos en 5 años.
---


Todo terminó en la final. En ella todos quieren estar, jugar y aportar. El capitán salió en la foto de particular, no se cambió.

En la mayoría de los partidos apenas se llegaba a 8 o 9 jugadores, pero como era de esperar, para la final estaban los 16. El criterio de selección fue  que se cambien los que vinieron a más partidos. Con esas condiciones quedaba afuera un jugador que había reaparecido en los 2 últimos juegos, luego de criar hijos y consolidar su trabajo. El capitán dió un paso al costado y le cedió su lugar. Este gesto fue fundamental.

En el primer tiempo, a 25 no le salía nada, no embocaba, no marcaba. Aguada le llegó a sacar 16 puntos de ventaja. En el segundo tiempo entra "el reaparecido" y marca de forma impecable al goleador rival, roba muchas pelotas, agarra rebotes, corre la cancha y recibe tres fouls de ataque. No hizo un solo punto, pero encendió la chispa que contagió al equipo hacia el triunfo.
---

Todo empezó hace 13 años cuando fuimos a hablar con nuestro principal referente del club. Le contamos la idea de armar un equipo de veteranos. Elmer Lans nos dió para adelante, junto con el "Paleta" y Melgar que integró aquel primer equipo.

Al Elmer va dedicado el triunfo.

En donde quiera que se encuentre va a sentir el murmullo lejano de un canto a coro:
"¡que brille nuestra casaca!".


"Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado"
Proberbio Masai


Comentario


Felicitaciones al Oso y al cuadrito de Abelardo Abelenda. Felicitaciones al capitán, al canchero y, sobre todo, a las esposas de cada uno de los jugadores que seguramente fueron las encargadas de inflar las pelotas y tenerlas bien infladas, antes y después de cada partido.
Mil reconocimientos de Daniel (1,65 escasos)

viernes, 15 de noviembre de 2013

La música del básquetbol

por Abelardo Abelenda

Las primeras personas que vi caminar por la calle con un swing impresionante fueron los morenos norteamericanos que vinieron a alegrar el básquetbol local a principios de los ´80.  

Además de las hundidas espectaculares, los pases de faja y los saltos interminables, los primeros "extranjeros" trajeron la onda de ir caminando por la calle con sus enormes radiograbadores super estéreo, energizados por 8 pilas grandes. Los escuchaban al hombro, bien pegados a la oreja, como si fuera una Spica pero mucho más grande.

Tenían un andar espectacular, caminaban al ritmo de su música disco, soul o jazz, poniéndole colores a las grises calles montevideanas de la dictadura. Además de la música agregaron una interpretación festiva del basquetol, menos dramática que la uruguaya. Nos recordaron que es un juego, un placer y también un espectáculo. 


Yo era chico y los miraba por la tele, quería llegar a jugar como ellos. Ahora que soy un veterano del basquetbol, tengo la suerte de jugar con uno de los primeros que llegó a Uruguay, con el tiempo se nacionalizó y llegó a vestir la celeste. 


Jeff Granger llegó a Uruguay en el año 1979. Iba por las calles con su radiograbador escuchando jazz. Su preferido era Herbie Hancock.  

No paró de jugar profesionalmente hasta que se retiró a los 47 años. Pero sigue deleitandonos todas las semanas con sus ocurrencias en los campeonatos de veteranos. Es de los pocos jugadores de nivel de selección que siguen jugando. Le gusta, se divierte y conversa temas del deporte con los compañeros. Con cincuenta y largos años nos sorprende con sus reversibles vertiginosos y con tiros a tabla que caen sequitos sin tocar el aro. A sus marcadores se les complica, generalmente tienen 10 o 20 años menos que él y se esfuerzan por tratar de que Jeff no haga sus 20 puntos habituales. En +35, +45 o +55. Si lo molestan mucho resonga en un espanglish incomprensible, se calienta, pide la pelota, pivotea para un lado, para el otro y tira de media vuelta, casi sin mirar. Tabla aro y entra sequita.


La pelota sube con mucha altura, cae y entra; él se ríe, trota para la defensa, siempre con su estilo musical de moverse.



Jeff salió campeón en el torneo de mayores de 55 años con el club Neptuno y va por el de mayores de 45 con el club 25 de Agosto. Se repite la final del año pasado: 25 de Agosto - Aguada. Este año los del Villa Dolores llegan invictos, Aguada es el retador con un solo partido perdido.


Si quieren verificar que no hay edad para jugar buen basquetbol, vayan a la finalisima el sábado 16 a las 21 hs. en la cancha de Capitol.

Como se dice en estos casos, que gane el mejor. 

Celebraremos juntos en el tercer tiempo.


---

Para ilustrar con música de fines de los años 70, uno de los primeros videoclips que vi en la tele:
Daddy Cool de Boney M.   Si lo quiere ver haga click aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=QtxlCsVKkvY

viernes, 8 de noviembre de 2013

El Elmer

por Abelardo Abelenda


¡
Elmer con los muchachos del club en Floripa. 1991
¡El veinte no se va, el veinte no se va!

Estábamos al borde del abismo, el club bajaba y no había vuelta. Con la calculadora en la mano, los números eran imposibles. Quedaban 8 partidos y había que ganar 7 para mantener la divisional. El técnico renunció. Como manotazo de ahogado, la directiva fue a pedirle una mano al viejo capitán del club. Martín Elmer Lans, el "colorado". Con su inteligencia, su don de líder y el conocimiento preciso de lo que cada uno puede aportar al equipo, hizo lo imposible: 7 victorias en 8 partidos. 

Como esta historia hay muchísimas. El colorado fue jugador y capitán del club durante muchos años. Formó parte del glorioso equipo que subió por primera vez a segunda división. Los que son parte de clubes de barrio conocen el significado del primer a segunda división, luego de militar muchos años en cuarta C, cuarta B, cuarta A y luego tercera de ascenso.

La final contra el club Cordón por el ascenso en el '71 forma parte de los cuentos más repetidos en los asados. Siempre hay alguien que recuerda segundo a segundo como fue ese final, hasta los que no habían nacido en esa época lo saben de memoria. Y se discute si faltaban 3 o faltaban 5 segundos, quien hizo el pase gol, quien robó una pelota. Yo no estuve en esa final, tenía 5 años, tampoco era del club, pero sin embargo me la acuerdo de memoria.

Elmer tenía una alegría contagiosa. Siempre la palabra justa, inteligente, manejaba impecablemente el doble sentido, la sátira y era un gran contador de historias. Se preocupaba por trasmitirla a los más jóvenes.

Como técnico hacía una mezcla exacta de los jugadores contratados con los jugadores del club. Siempre atento a no perder la identidad. Por los ´90 sorprendió varias veces dándole minutos a botijas de 18 o 19 años, nacidos en el club y que el intercalaba en los partidos. Les daba confianza, les hablaba y los botijas respondían. Tenía bien claro que había que ir reponiendo, mezclando la savia nueva, con la savia más vieja a punto de retirarse, con la savia importada. Un cacique.

Para pintarlo con una sola anécdota, tomo prestadas las sentidas palabras de Iván Kruchef que muestran los mejores colores del líder, el amigo, al veterano que cuida y da un consejo sutil, imperceptible. Dice Iván:

"¿Viste cuando decimos que el boliche, el mostrador es la universidad de la vida?, bueno el Colorado no solo era profesor, era el rector de esa universidad.

Fueron muchas cosas las que aprendimos con el, no solo a como manejarnos en nuestros primeros pasos de adolescente, también aprendimos la historia del club. El es la historia misma, estuvo emparentado con todos los logros importantes que ha tenido el 25. Hacedor y contador de esa historia que permitio al club tener una identidad muy bien definida. Cosa que ahora por diferentes motivos estamos perdiendo.

Te cuento una de las muchisimas clases que recibí en esa maravillosa aula que fue convivir con el:
cuando fuimos a Floripa en 1991 yo tenía 19 años. Me había enamorado perdidamente de una brazuca, por lo que no me quería volver de ninguna manera. 

Cuando les dije a todos que me quedaba que no volvía a Montevideo, el Elmer me dijo con voz de amigo pero con tono energico:

-¡¡Mijito, usted vino con nosotros se va con nosotros!! Cuando lleguemos a Montevideo, si quiere se viene de vuelta nadando´´-

¡Un maestro!
 
  Como te paso a ti, por nuestra personalidad yo también chocaba mucho con él, sobre todo en épocas de bríos juveniles, donde creíamos que nos llevabamos todo por delante. El nunca rehuyó a dar un consejo,  unas palabras de ubicación.


Creo que sabía que tenía una responsabilidad generacional y como líder la asumia perfectamente".

Jugador, capitán, técnico y dirigente. Todo ello en forma honoraria. Defensor apasionado de sus convicciones, polemista de fuste, respetando todas las opiniones.

Vivía con alegría, siempre en la búsqueda de lo mejor para el club, buscando la felicidad en un proyecto compartido. Un imprescindible. Como dijo el Boca Hernández: se nos fue un prócer.

Con agradecimiento por haber compartido un montón de años y de haber aprendido mucho sobre la vida y la alegría de vivir: ¡Brindamos por tí maestro!

viernes, 1 de noviembre de 2013

Historias de Speakers y Spicas

por Abelardo Abelenda

Desde las Spica hasta los Ipod nano han pasado 50 años de historias de palabras y música portátil.


Quedan pocas radios a transistores sosteniendo el paisaje sonoro montevideano.
Cada tanto me da por modificar ese paisaje y salgo a pasear la perra con la Spica que era de mi abuela. En una mano la correa siempre tirante sujetando a mi inquieta mascota; en la otra la radio, apretada en la palma de la mano, bien pegada a la oreja. 

- ¡Ay papá, no seas ridículo!-  me dicen mis hijos muertos de vergüenza cuando me ven salir.
Yo me río y disfruto del viaje en el tiempo.
--- 
El Gaucho Yamandú Carrizo es un personaje del Mercado del Puerto, aparte de hacer sus recitados folclóricos, duros, sufridos de Serafín J. García. Anda con una Spica colgada en bandolera. No toca la guitarra, la música la lleva escondida adentro de la radio. Todavía funciona, cada tanto la enciende y te cuenta que la tiene desde sus épocas de trabajador rural en la solitaria campaña, cuando la "cantora" era la única voz que escuchaba en las jornadas de sol a sol arriba del caballo.

---
El Cacho es un personaje del club, tiene una radio bárbara, onda corta o transcontinental. Cuando está caliente empieza a hablar con voz grave, gutural, casi un murmullo. Las ondas electromagnéticas que andan por el "eter" se le mezclan en la cabeza; en esos momentos de calentura es cuando saca lo mejor de su humor ácido, negro, implacable. 

De vez en cuando cae por el club algún loco simpático, de esos que todavía se pueden ver en las instituciones barriales. El tipo pasa por la puerta, siente el olor a asado, ve luz y entra. Se manda derecho para el parrillero del fondo. El tipo es conocido del barrio, entra a comer de garrón y habla, todo junto. Cuenta anécdotas, ansioso,  monopoliza la palabra. Al principio es divertido, hasta que pasa el rato y empieza a caer medio pesado. Ahí el Cacho levanta temperatura, se pone incómodo, refunfuña y comenta para un costado: 

- "Seguro, a todos estos locos los trae la bajada, caen al club porque Rossell y Rius es todo bajada para acá"

Es lo que tienen las bajadas, habría que torcerlas para que apunten para otro lado, o poner el zoológico más lejos.

El Cacho levanta las cejas, hace un gesto mordiéndose los labios y mirando al loco rezonga:  
- "Que radio que tiene ese muchacho".

---
Todo tipo de reproductores sonoros van sustituyendo a la vieja radio transistor y sus audífonos color crema. Cada cual con su auricular en su mundo, el resto no se entera de nada.

Ya se ven pocos veteranos por las tardes del sábado o domingo escuchando la transmisión deportiva en la vereda, sentados en el escalón del zaguán con la cantora bien pegadita a la oreja. 

Cuando veo uno, como interrogando a una vieja postal, me acerco y le pregunto: 

- Jefe, ¿cómo va el partido?


--- 
Prendí la radio cómo en un ritual
Pagano misterioso y futbolero
Crucé los dedos una vez más
Por los colores de mi amor
...
Estoy ahí
Ya sé que no pero yo estoy ahí
Sí el tipo de la radio me lo cuenta
Remonto en cada gol una cometa
Ya sé que no pero yo estoy ahí 


Fragmento de "El Tipo de la radio" de Tabaré Cardozo
Si la quiere escuchar, haga click aquí:
http://www.youtube.com/watch?v=ScySSUOdyc8
 
 

Comentarios

 
Muy buen comentario sembrado de historias, Abelenda!
A mi los viejos ( bah...eran los Reyes, después nos hicieron creer que eran los padres..) me compraron una Mitsubishi chiquitita al salir de jardinera. Descubrí a los Beatles que cantaban She Loves You, me cambio la vida. Me sentaba en el escalón de la puerta de los aptos donde vivía con la radio pegada a la oreja escuchando Radio Independencia. Después, las ponías en bolsitas de pan rallado para bajar a la playa y que " no se te llenaran de arena". A la altura del Malecón. Cerquita del colector. Nos bañábamos entre deyecciones Galangueras y alguno que otro preservativo...y crecimos fuertes y sanitos...
Ya más grandes, íbamos al 25 de Agosto a ver el carnaval, cuando cerraron los tablados barriales en la calle.

Tano de la Mondiola ( y Villa Dolores)

viernes, 17 de mayo de 2013

La frase del viernes. Acá se hizo todo a pulmonía...



Por Abelardo Abelenda
Hoy estoy triste. Ayer se fue el primer socio de mi club, el 25 de Agosto.

Acá se hizo todo a pulmonía

Falleció Victor Rodriguez. Junto al Pocho Vergara fueron los primeros directivos de la institución que empezó como una barra de muchachos futboleros de la esquina.

Por otro lado estoy contento, ya que tuve la suerte de conocerlo y admirarlo. Cuando ingresé a jugar en el primero, por 1990, un hincha me lo presentó orgulloso: “Te presento al socio No. 1 del club”. Este título a él no le gustaba y enseguida se encargaba de desmitificar con una sonrisa y un abrazo. Yo había jugado en varios clubes y nunca me habían presentado al número 1, era todo un honor. Y Víctor con más de 80 años seguía participando, iba a algún partido, a los aniversarios, a algún asado.

Hace más de diez años, en el 2001, le hice una larga entrevista donde me contó como empezó todo, en un crudo invierno de 1948. En sus palabras transmitía de una forma muy simple y sabia, algunas certezas que hoy día viene bien refrescar.

 ”Sabés lo que me gusta de este club, yo empecé a los 18, tengo 72 y toda la gente que se inicio acá, seguimos viniendo. Estamos viendo gente del 48 hasta ahora. El club ha crecido en base a eso.”

“Yo siempre pensé que para que un individuo quiera al club, tiene que hacer algo por el club. Si pinta una pared, la va a defender, no va a querer que nadie se la ensucie. Si coloca un vidrio no va a querer que nadie se lo rompa. Hay que darle para que hagan, para que colaboren. Acá todo el mundo colaboró.  Acá se hizo todo a pulmonía.”

“Tuvimos la suerte de tener un barrio que nos apoyó, nos apoyó muchísimo, gente más vieja que nosotros, de 30, 40 o 50 años cuando nosotros teníamos 18, 20. El padre de Palito Blanco, Greco, siempre gente que daba un consejo, colaborando, trabajando. Nosotros teníamos un respeto por esa gente y nos respetaban a nosotros.”
  
Víctor, más que el primer socio fue el primer trabajador del club. Su esfuerzo y el de muchos anónimos han logrado levantar esta gran familia del veinte, un humilde y digno club del barrio Montevideano de Villa Dolores.

En estos momentos donde el valor del trabajo y el respeto están muy venidos a menos, donde los problemas "me los tiene que resolver alguien", cuando el PIT-CNT sale a rescatar el valor del trabajo, aclarando que no quiere atorrantes en los sindicatos, viene bien recordar algunas de las claves que Víctor entiende que están en el progreso del club: el arraigo al barrio, el trabajo colectivo y la participación de la gente.

Hace poco hemos escuchado declaraciones del ídolo del momento que van en ese sentido, Leandro García Morales confiesa que él no es un habilidoso o un iluminado, simplemente se muestra como alguien que  trabaja mucho: entre otras cosas, todos los días ensaya mil tiros libres.

Cerrando esta nota, se nos presenta con alegría la mirada profunda de Víctor Rodríguez, las cejas espesas y afiladas, la sonrisa siempre bien dispuesta y el saludo de abuelo macanudo a toda la botijada que corretea por la cancha de la calle Méndez Nuñez.

Como frase final de despedida para Víctor entonamos un "Qué brille", el tradicional grito de victoria del tuentifai:

Qué brille nuestra casaca
Colores de corazón
De aquel cuadro de barrio
Que ha sido el vencedor
Y el coro una vez más
Ra! Ra! Ra!
El veinte volvió a ganar
Volvió a ganar, volvió a ganar

Si quiere leer la entrevista completa la puede ver en: http://dosimani.blogspot.com/2013/05/entrevista-victor-rodriguez-en-el-2001.html

viernes, 12 de abril de 2013

La frase del viernes de tradición oral



Por Abelardo Abelenda


Las cantinas de los clubes van desapareciendo, ¿los nuevos medios de comunicación y relacionamiento la sustituyen como guardianes de la historia de las instituciones barriales?

El día en que casi no estábamos en la wé


En 1990, luego de un par de años sabáticos basquetbolísticos, volví a las canchas. Mi amigo de la infancia, Gustavo Olivetti me dijo que el club 25 de Agosto estaba bueno. No hay plata pero sobran las comidas después de los partidos.

Me tiré por la bajada de Rossell y Rius, pasé por la bodega Mera y fui a dar al club. Probé suerte.  25 había bajado a tercera, ese año nos tocó ser campeones y ascender nuevamente. Luego de los partidos, la cantina rebozaba de alegría hasta altas horas de la madrugada. Allí pude aprender muchas cosas que no me habían enseñado en facultad. La historia del barrio, del club, anécdotas y formas diversas de buscarse la vida, de apechugarla y compartirla con alegría con los amigos.

En los primeros partidos el Bebe Barrera, un personaje del club, me llevó de copas y se esforzó por contarme la historia del club que yo estaba defendiendo. Recorrimos como cinco boliches por Rivera, desde Rossell y Rius hasta Luis Alberto de Herrera. Yo vivía cerca y no me había percatado de que habían tantos boliches en solo 6 cuadras. Fue como una alucinación nocturna. Al Bebe lo conocían en todos lados, era muy querido y nos recibían como reyes. No me dejó pagar ni una.

Hoy día los clubes de barrio ya casi no tienen cantinas. Han cambiado los hábitos, la gente no va, se queda en la casa, llaman al delivery y miran tele o se enredan en las redes.

¿Adónde va ahora el loco del barrio si no puede ir a buscar cigarros o hacer los mandados para los parroquianos de la cantina?

La tradición oral, vehículo fundamental intergeneracional para trasmitir valores y saber donde uno está parado, se sustituye ahora por los múltiples y efímeros contactos de las redes sociales y algún que otro blog.

Cuando al Bebe le tocó partir, la barra del club se tomó unas cuantas en su honor, esperando  la madrugada en la cantina de la sala velatoria. El alcohol, las anécdotas y los recuerdos exorcizaron la muerte, celebrando la vida de un gran tipo.

Anoche busqué en google “Club Atlético 25 de Agosto”, aparecieron 2 o 3 links, uno a wikipedia muy simple, dos a blogs que tienen como 10 años sin mantenimiento. También apareció un grupo en facebook. Nada más. Lo único que había de historia del club eran unas notas que hice en el 2001 a varios fundadores del club.  Los de mi generación todavía tenemos los cuentos y la historia en la cabeza. Vamos a tener que hacer algún blog para que se mantenga la historia y se enriquezca con otras nuevas.

No lo vieron a Molina,
Que no pisa más el bar.
(de Brindis por Pierrot de Jaime Roos)

Si lo quieren ver al Canario Luna cantándola en su plenitud: http://www.youtube.com/watch?v=T-Kgw-GJalY

También disfrutarán de ver a un peludo Pitufo Lombardo en los platillos, un pibe flaquito que es Pinocho Routín, al bigotudo Benjamín Medina y toda la Falta en la cantina del Club de Bochas Congreso. ¿Existirá esa cantina? ¿Tendrá el billar? ¿Cómo va la bocha? ¿Habrá perdido el pelo?

Dicen que ahora Molina se la toma en la casa.