In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
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viernes, 20 de diciembre de 2013

Las luces de 18

Por Abeladro Abelenda

- Viejo, quiero que esta noche me lleves a ver las luces de 18-, pidió Graciela, firme e imperativa, a su veterano esposo de 70 años.

El pedido de la doña sonó raro, como de otro tiempo, incluso por el lugar de sus deseos: el viejo y demodé centro Montevideano.

La percanta había escuchado en la radio que la vieja principal avenida de la ciudad cumplía 170 años. En 1943 la nombraron 18 de julio y dejó de ser un trillo por encima de la cuchilla. También oyó que hace 60 años de que se instalaron las primeras luces de colores en las esquinas -los  semáforos-, de la Plaza Independencia hasta Ejido.

Arrancaron en el viejo De Soto del año '54 que Alberto aún conservaba de su padre, único dueño.

Se bajaron en la Plaza del Entrevero. Estaba toda llena de pájaros nocturnos, flores y gauchos enredados, todos iluminados por festivas luces. Las guirnaldas trepaban por los troncos de los árboles.

- Qué maravilla esos cilindros de luces azules que se elevan hacia el cielo, ¿Qué son Alberto?

- Son las palmeras querida, tienen una guirnalda torneada alrededor. Tenés que mandarte hacer lentes nuevos.

En la esquina de 18 y Julio Herrera, decenas de parejas de veteranos se apretaban la cintura y cachete con cachete movían las gambas al ritmo del 2 por 4. Se animaron y entraron en la milonga. Bailaron 4 piezas, luego siguieron caminando hacia la Plaza Libertad.

Las luces de 18 estaban espectaculares y las guirnaldas nuevas brillaban con motivos navideños, contrastando y realzando los jóvenes plátanos, bien verdes y esbeltos.

- ¿Te acordás cuando volvimos del exilio de Francia en el `85?,  18 de julio estaba sin árboles. Los milicos habían cortado todo. 18 estaba peladita, como si recién hubiese salido de la cana. 

- Pah!, tenés razón. 
¡Mirá que linda que está ahora!

Mezclando el tórrido fin de año del 2013 con aquellos fines de año nevados en Europa, se les vino a la piel aquel momento del Uruguay, cuando no le ganábamos a nadie y andábamos casi derrotados, resistiendo.

Se fueron silvando bajito, se pararon debajo del monumento a la paz, estiraron el brazo con la máquina de foto en la punta de la mano, como dos adolescentes, y se sacaron un autoretrato sonriente.

Desde el boliche del rincón de la plaza se sentía un old-hit que hablaba de otra época, de otro Uruguay.

Se  nos viene Fin de año
Festejamos Navidad
Los ensayos Se complican
Preparando Carnaval 


Ya está cerca Fin de año
En Holanda En Canadá
Los muchachos Congelados
Recordando Carnaval

Uruguayos Uruguayos
Donde fueron
A parar
Por los barrios
Mas remotos
De Colombes
O Amsterdam

Antes éramos campeónes, Les íbamos a ganar
Hoy somos los sinvergüenzas, Que caen a picotear
Trabajador inmigrante, Es la nueva profesión
Al que agarran sin papeles, Lo fletan en un avión

Uruguayos...

Ayer recibí una carta, Directa de Nueva York
De mi amigo el Horacio, Trabaja de soldador
Ahora tiene colachata, Alfombra y calefacción
Parece cosa de locos, Le va cada vez peor
Extraña la gente nuestra, Que te habla sin despreciar
Extraña el aire del puerto, Cuando anuncia el temporal
Y sin embargo recuerda, Las cosas por la mitad
Se olvida las que pasaba, Antes de irse para allá

Uruguayos...

Volver no tiene sentido, Tampoco vivir allí
El que se fue no es tan vivo, El que se fue no es tan gil
Por eso si alguien se borra, Qué le podemos decir
No te olvides de nosotros, Y que seas muy feliz


viernes, 28 de diciembre de 2012

La frase del último viernes


Por Abelardo Abelenda
Llegamos. Cansados, extasiados, felices. El maratónico diciembre del año del fin del mundo llega a su fin. Seguimos vivos, sigue habiendo luz, los relojes siguen marcando las horas. Para celebrarlo nos vamos al Perro que fuma (since 1903) en el Mercado del Puerto, reducto de la cultura popular montevideana. Lo mejor de la música, el carnaval y cada personajes que te voglio dire.

Que no se apaguen las bombitas amarillas


Veinticuatro a mediodía. Como diría el cuidacoche de casa: ¡una calor insobornable!
Cuarenta grados a la sombra. Arranco para el Mercado.

Bajando por la peatonal Perez Castellano se siente el aroma dulzón y pegajoso de la abundante lluvia de sidra espumante. Miro el precio y entiendo, la botella de liquido mareante está a 50 pé o 3 x 100. Mucha alegría y ningún conflicto. Al lado de la fuente una batería de samba le pone ritmo a la fiesta. Los percusionistas se refrescan con la abundante lluvia amarilla y los parches de plástico siguen sonando pese a la humedad reinante.

Doblo por la rambla 25 de agosto y llego a la embajada. El Perro que fuma me recibe con una picada de carne a la parrilla y con lo mejor de las murgas del carnaval 2012 a todo trapo. La retirada 2012 de La Leyenda dedicada a la ciudad vieja ambienta el entorno donde se destacan amigos del basquetbol del Tuentifai, del Waston, de Las Bóvedas, despachantes de aduana, aduaneros y algún turista que vió luz y entró. Se suma siempre algún marino que dio la vuelta al mundo “más de 80 veces”.

Ya sobre las 3 de la tarde, se apaga el ritmo de murga e irrumpe la música tropical uruguaya bien polenta: Cada día por la carretera, noche madrugada entera, y mi amor aumenta más.  Camionero de Roberto Carlos en versión Sonora Borinquen, no se puede más.
 El Jano, nuestro anfitrión nos advierte: “a esta hora Magela es la que manda acá, es como la gerenta general”. Magela es una fenómena, atrás de la barra sirve, pone la música, contagia con su sonrisa y le da un color bárbaro.

En medio de la cantarola, aparece un personaje increíble. El Jano me presenta y le pide al amigo que haga el jockey. Un fenómeno, se paró en los estribos, rodillas bien flexionadas y medio chuequitas hacia adentro, mirada puesta en el horizonte, gorro con visera hacia atrás, mano izquierda con las riendas bien ajustadas adelante y atrás, mano derecha con la fusta arriba y abajo. Le da duro y el potrillo Paleta Quemada llega primero a la meta. Un cráck, estaba para filmarlo y desbancar en youtube al baile del caballito del japonés.

El único que faltó a la cita fue Fernando Cabrera, que dos por tres  se toma una en la mesa del fondo, leyendo algún libro de la biblioteca que Jano promovió entre los parroquianos. “Yo no puse ninguno, los trae y los lleva la gente”. Allí podemos encontrar un Borges junto a unas Selecciones del Readers Digest, una biblia y un calefón, para todo gusto.

De repente cae otro personaje, “el tipo que aplaude más fuerte del uruguay”. El “Yerpo”. Y nos mostró su don. Era verdad, sus aplausos retumbaban contra el edificio de la Aduana.

El mercado va cerrando. Las cuadrillas de limpieza atacan contra las botellas verdes vacías. Los musiqueros van terminando su jornada laboral y se arriman al Perro que fuma a cantarse la penúltima. Se acerca Darwin, “el Zurdo” con sus lentes y su sombrero de ala corta. El Jano me lo presenta como “’el Sabina uruguayo’, pero a mí me gusta más cuando canta las canciones de su tierra, de Treinta y Tres”.

En una mesa, conversando con los amigos del Veinticinco, me dicen que esto es fantástico, una fiesta popular. Los amigos me dicen: “Como en el carnaval de Valizas, un escenario de tablones y tanques, bien simple, y las bombitas amarillas”.
Pregunto , “¿estuviste en el Carnaval de Valizas?” y se da el siguiente diálogo:

Si, el carnaval en el Mac Yiye, me acuerdo de Abelardo Abelenda y del hijo de Cousteau. 
¿Te acordás de Abelardo, lo conocés?
-  Si me acuerdo, uno alto de barba con un farol a vela en la cabeza, pero no lo conozco
- Bueno, estás hablando con él.
¿Vós sos Abelardo Abelenda?

Y nos sacamos una foto juntos.

Que no se apaguen las bombitas amarillas
Que no se vaya nunca más la retirada
Quiero cantarle una canción a Colombina
Quiero llevarme su sonrisa dibujada

Con La frase del viernes me he divertido mucho y me ha dado muchas satisfacciones.
Gracias a todos los que se han comunicado conmigo y me han alentado.
Como decía mi abuelo tano a las 12 todos los 31: ¡Felice anno nuovo!