Año tras año he tratado de mantener viva la discusión de temas, a mi entender trascendentes, en esta fecha.
Es que el 27 de Junio estará marcado siempre. Y no solo por ser el día del cumpleaños de dos grandes amigotes míos (que aprovecho para saludar porque a veces leen La Galanga) sino porque el 27 de Junio marcó la culminación de un largo proceso de pérdida de límites. Se convirtió en una fecha de reflexión, el momento más adecuado para que los que aquel día, hace 45 años, nos despertamos con la luego aborrecida marchita militar en todas las radios (la TV de mañana no funcionaba): el golpe de estado cívico-militar estaba en marcha. Los que vivimos esa época nos debemos preguntar año tras año si Nunca Más vamos a permitir que eso nos vuelva a atropellar. Y los que no estaban deberán también preguntarse si las vueltas de la vida y de la Historia pueden conducirlos a tan terrible pérdida de Humanidad.
Hoy estamos definiendo Consejos de Salarios en más de 200 grupos de trabajo, hoy se plantean reclamos a la Rendición de Cuentas porque no se ha llegado al 6% del PBI para Educación Pública, hoy tratamos de recuperar la Verdad de lo pasado de mil maneras. Hay que preguntarse si eso vale la pena mantener o no.
Hay más de 300 casos de violaciones de los Derechos Humanos denunciados en la Justicia. ¡¡Pero ésta solo ha tenido condena en menos del 3%!! Hay personajes que, requeridos por la Justicia para comenzar su proceso penal por delitos de Lesa Humanidad, fueron encontrados y apresados en España ... pero vaya uno a saber cómo, allá se volvieron a escapar y ahora se perdieron de nuevo!!! Hay individuos que salieron a manchar con pintura verde las placas de recordación de los lugares emblemáticos de la lucha por las libertades. Como si enchastrándolas con pintura pueden esconderlas de la memoria. Cuando durante la dictadura cada mañana los milicos salían a blanquear los muros pintados en la noche con consignas contrarias a la dictadura, la noche siguiente o la otra o la del mes próximo, volvían a aparecer como los hongos después de la lluvia. No habían aprendido que no hay manera de callar la voz que te sale de adentro. Es por eso que no habrá pintura que enchastre para siempre esas marcas.
También tendremos que preguntarnos si estas cosas no nos van haciendo daño, no van echando lastre en un barco que hay que mantener a flote porque la Vida misma nos lo exige.
Otro 27 de junio más que me vuelve a encontrar en esta misma senda. ¿Cuento con ustedes?
Comentarios
Recuerdo cada instante de hace 45 años!!!! No sere moralista ni mucho menos, pero quien vivio aquello, deberia guiar ciertas reinvidicaciones del hoy!!!! Salud
Pepe
