In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
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martes, 22 de octubre de 2024

¿Los indecisos deben votar?


por Medio Gurméndez

Aunque uno no lo pueda creer, a escasos 5 días de las elecciones aún hay miles de personas que están indecisos, no saben a quien votar y, es más, hasta están propensos a votar en blanco o anulado.
Todos los partidos políticos están en este momento fijando la vista (iba a decir poniendo la mira, pero no quiero empañar la propuesta de la chica que sale con Ojeteda) en esos indecisos. Son, mal que nos pese, los que van a dar ganador y perdedor a unos y otros. ¡¡Los tipos y tipas que menos quieren meterse en elecciones son los que las definen!!
Mientras tanto, los que están fuera del país el día de las elecciones, viviendo desde hace años o porque justo están afuera ese día precisamente, no tienen capacidad de votar: la unión de los partidos que hoy integran la Colisión Multicolor se opusieron y con éxito (hasta hubo un referéndum que perdimos, olímpicamente). Las razones evocadas es que los que están fuera no están informados y menos interesados en lo que pasa en su paisito. Y esto, que es tan falso como los bots del domingo de Ojeteda, me da al menos bronca. Muchos, muchísimos de los compatriotas que viven fuera están más enterados y participantes que la media de los uruguayos; ni que contarles que aventajan por muchísimos cuerpos a los indecisos que les contaba al principio. Sin embargo los que no querrían votar si no fuera obligatorio pero están en el Uruguay DEBEN votar y los que están fuera NO PUEDEN aunque quieran hacerlo. 
En puridad de criterios no todos los que están en el extranjero no votan: solo los que no tienen plata para venir, solo los que viven tan lejos que no pueden hacerlo con facilidad. ¿O no ven que los que viven en Buenos Aires se vienen en patota? ¿No ven que los que viven en Rio Grande do Sul vienen pero los que viven en Recife no pueden pero votarían?
El Flaco se viene el sábado, vota y se va el domingo. Le cuesta y lo asume. Pero si en vez de Chile estuviera en California como el Tano de la Mondiola se quedaba con las ganas.

Desde hace tiempo estoy dándole a este tema (junto a mis hermanos trillizos) en La Galanga
¿Será que esta vez sea la última?



Comentarios


Efectivamente trillizos del apellido del jerarca: una esquizofrenia ciudadana que por un lado te hace sentir un ciudadano de segunda- casi un paria sin derechos-, y por otro lado un montón de abombados que parece que no se enteraron que hay elecciones y que en ello les va la vida a muchos uruguayos ( y mucho menos del peor gobierno de la historia después de la dictadura). Por eso el domingo le voy a dedicar mi voto con foto y todo al Tano amigo y en su nombre a la diáspora que mira al terruño como a la tierra prometida. 
Flaco

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Comparto y con la misma bronca, bueno, no la misma, ésta es mía.
Sandruli

miércoles, 3 de julio de 2024

Cuando de elecciones se trata


por Medio Gurméndez

Hace pocos días hubo otro hito histórico electoral en el paisito: se realizaron las elecciones internas correspondientes a las próximas elecciones presidenciales de octubre. 
Y estas internas (que son las únicas elecciones NO obligatorias del Uruguay) fueron las que menos participación tuvo de toda la historia electoral uruguaya. Apenas un 36% de los habilitados fueron a votar. Puede decirse que universalmente, cuando las elecciones no son obligatorias, la participación baja considerablemente al 50% o menos (como en estas internas). Así que si le agregamos el frío que hacía, que no se votaba presidente sino quién seria el candidato a presidente, y otras minucias, es entendible que la participación fuera tan baja.
Esto nos hace parecer a cualquier país del planeta.
Pero hay algo que nos distingue y mucho del resto.
Por ejemplo: en América del Sur somos los únicos que no hemos permitido a nuestros propios conciudadanos que, si el día de las elecciones están fuera del país, puedan votar igual.
Hay pocos países en el Mundo como Uruguay que no instrumentan el voto epistolar, consular o como sea de los uruguayos que están afuera: viviendo, paseando, trabajando o enterrando al pariente.
En estos últimos años se ha tratado de conseguir estirar el derecho a votar a todos los uruguayos. Sin embargo ya hay dos consultas populares que dijeron NO, si estás afuera: NO votás.
Muchos políticos de acá (justo es decirlo: todos de los partidos que hoy integran la Colisión Multicolor) justifican lo injustificable: si no viven acá ¿porqué van a decidir que será mi presidente?; yo pago impuestos por lo tanto yo sí puedo elegir.
Primero lo primero: no es cierto decir que los que viven afuera tiene suspendido el derecho a votar. Solo los que viven afuera y son pobres lo tienen suspendido. El domingo el candidato Gurméndez posaba muy orondo con sus tres hijos antes de votar. Y muy sueltito de cuerpo largó (SIC): "Acá estoy con mis tres hijos; dos de ellos viven en el extranjero pero hicieron el esfuerzo para estar acá, junto a mi, para ejercer su derecho ciudadano". ¿Entienden? Ejercen su derecho porque tuvieron la plata para pagarse el pasaje y estar. 
A nadie le preocupa si el que, viviendo en Uruguay, va obligado a votar, sin saber ni importarle mucho a qué o a quién, si entiende lo que vota o va solo por el comprobante para presentar en el trabajo. Muchos, muchísimos de los que viven afuera leen los diarios uruguayos, escuchan las radios uruguayas, ven ZIN TV y hasta leen esta Galanga. En suma: muchísimos están mucho más informados que muchos de los que acá viven. Y pagan impuestos (muchos la Caja de Jubilaciones Profesionales), y mandan guita para sus familias que acá gastan y pagan IVA y otras lindezas. Y si es por pagar impuestos capaz que habría que instaurar la forma de que, los que evaden impuestos, los que retiran su dinero para hacerlo florecer en otros países, no puedan votar. Cuantos malla de oro se quedarían sin poder elegir a su amigo para que desde la presidencia los siga ayudando. 

En definitiva vuelvo a clamar por la justicia de que podamos también recibir la elección de quienes por razones tan disímiles tuvieron que estar ese día fuera del país. La justicia de que todos voten y no solo los que tengan los recursos de pagarse el viaje.


Comentarios


Excelente comentario. Otra vez los trillizos le pegan al clavo. Muchos hablan de la Constitución del 1830 !! Cuando buena parte de la población era extranjera y había que al menos exigir un requisito mínimo. Un país inventado por los ingleses y tutelado por Brasil y Argentina.

Algo ha cambiado en la realidad, verdad?

De todas maneras, las constituciones se enmiendan si hay voluntad política.

Pero esto va mucho mas allá como correctamente marca Gur Méndez.

Si el no dejar votar a los emigrados pasa por ahí, luego ninguno puede votar.

La situación actual permite el voto si te hacés presente. Ergo, los no residentes pueden votar. Por lo tanto le excusa constitucional, no vale.

 Sin embargo es así. Luego se consagra de facto algo similar a las categorías de la dictadura. Tres tipos de ciudadanos.

 

A.       Residentes

B.       No residentes que viven cerca (léase Buenos Aires) y que muchos, con poca plata y un par de días, pueden ir a votar.

C.      Todos los otros (léase aquellos en USA, Canadá, Europa y Australia), a los cuales les cuesta 24 h o mas de viaje y desde 1,200 a 2,000 o más dólares, viajar a Uruguay.

 

Otro punto no menos importante: no es solo viajar por un día, son los días libres que hay que tomarse y obtener de los trabajos. Piénsese que en esos viajes con cambio horario, etc, y con esa inversión de dinero y tiempo, es demencial viajar por menos de una semana (cuando la ida, voto y vuelta toman 3 días mínimo).

Esta consagración de facto de una diferencia anticonstitucional entre los ciudadanos (claramente económica) debería ser objeto de demandas al estado en cualquier país con un mínimo de decencia y un sistema de justicia apropiado. Del establishment rancio no llama la atención, lo que sí es una deuda es que en 15 años no se haya hecho casi nada. No es esto parte de la tan mentada agenda de derechos de las minorías, quizás?  

De los otros nada se podía esperar.


Tan Ofuscado
(Tano de la Mondiola)

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Acoplándome al alegato del Tano, habría mucho para decir desde el dolor de sentirte segregado, un ciudadano de segunda, con tu derecho al sufragio - ese rito que mamamos de nuestros mayores y nos acostumbramos a honrar sagradamente cada cinco años -, mutilado por el hecho de haberte ido del país y por tantos motivos que más de 600.000 compatriotas hemos tenido.
Y no sólo a nivel político para elegir presidente, vice, parlamentarios, intendentes, ediles y demás.
También en la asociación gremial estudiantil, en el sindicato, la cooperativa de vivienda, delegados en comisiones barriales, el club del barrio, en la asamblea de socios del más grande y primer cuadro criollo de la comarca, en la Cruz roja ,universitarias, mutualistas y tantas elecciones más.
 
En la noche más oscura diría Zitarrosa  de los 70, el móvil fue principalmente político. El exilio salvó vidas, preservó familias  y desgajó otras tantas. La segunda generación nació en Suecia, en Argentina, en los EEUU, en Australia, en España ,en Chile, y por los cuatro puntos cardinales. La recuperación de la democracia no fue gancho suficiente para abonar el retorno, más allá de la inmensa nostalgia desde la cual escribía Benedetti o cantaban los Olimareños.
En mi caso particular cuando me preguntan desde ahí ¿por qué te fuiste a Chile?, respondo casi de modo automático : ”somos producto del gobierno divertido de George we are fantastic”. Porque las nuevas oleadas centrífugas de la ROU tenían otro síntoma: la incertidumbre económica. Y acá estamos, mirando  a la rambla por encima de la cordillera, escuchando La tertulia y mirando Lado B, La letra chica, o Legítima Defensa, espiando carnaval por radio todo febrero.
 
Y de vacaciones de verano ¿a dónde va la diáspora charrúa…? A Uruguay!, mirá la pregunta que hacés….!
Nunca perdimos la identidad. No nos hicieron una transfusión de sangre extranjera. Y sacamos pecho con la celeste; nos agrandamos cuando nos preguntan por Francéscoli, Forlán, Suárez o Cavani, y nos juntamos a ver los partidos de Copa, eliminatorias o el mundial en algún boliche de compatriotas, con tambores, banderas, medio tanque y pastafrola.
 
Desde la escuela nos enseñaron que venimos de los barcos. Todos tenemos ascendencia gallega, tana, alemana, francesa o brasilera . Somos un país puente entre dos colosos, con los que compartimos fronteras transitables, culturas, lazos familiares y hasta desempeños laborales de uno y otro lado.
A nuestros amigos y vecinos hijos y nietos de europeos les llegan por correo UN MES antes de las elecciones nacionales en sus respectivos territorios, las papeletas electorales desde España o Italia. Y los tipos por ahí nunca fueron ni irán a vivir allí, y ni siquiera conocen a los partidos o candidatos en disputa. Pero esas culturas les garantizan lo que se considera el legítimo derecho de elegir.
 
Hace unos años escuché decir en un medio de prensa y a viva voz al inefable San Jinetti que sufragar “es un atributo que sólo les corresponde a los que viven en el territorio”, para poder sostener su argumento en contra del primer plebiscito que reclamaba por esa consigna desde nuestros lugares en el mundo. Y perdimos. Y también perdimos en el segundo. Por esa errónea idea que el más de medio millón que no estamos en la ROU somos “gente de izquierda”. Nada más ridículo.  Pero más allá de ese pueril justificativo, estamos, porque nunca nos fuimos del todo, sólo en cuerpo, pero seguimos en el alma, en el corazón, y continuamos pagando nuestras deudas, esas que en muchos casos nos empujaron al avión para acometer una apuesta de la cual no sabíamos su resultado, y llevamos divisas a los parientes, y compramos yerba o dulce de leche en New Jersey o Sidney.
Porque al pasar por Carrasco nuestras cuentas con los colegios, las mutualistas, el BHU, el BPS y los bancos privados, no se extinguieron. Pero nuestros derechos como el del voto, sí.
Ostentamos la vergüenza continental de ser el único país del continente de NO tener voto a distancia (consular, epistolar o la forma que se le quiera dar). En los últimos años, México primero, y Chile después, también lo consagraron. Uruguay (y Surinam), no lo tienen. El país del batllismo, de la avanzada universal en derechos como las ocho horas laborales, el voto femenino y tantos otros como la despenalización del aborto o la regulación legal de uso recreativo de la maruja, nos lo niega. Y en boca y votos de miles de compatriotas, de TODOS los signos y procedencias políticas. Muy uruguayo todo.
 
Yo compré mi pasaje en abril para ir a votar en octubre. Como lo hago cada cinco años, porque vivo a dos horas de avión, porque soy un profesional independiente (no marco tarjeta pero si no laburo no genero, y como bien dice el Tano, no es cosa de llegar, votar y tomarte el 370 para el Cerro. Al costo económico que el viaje demanda, agregale el lucro cesante de tres o cuatro días). Mi mujer no votó durante dos períodos consecutivos, por lo que la Corte Electoral la borró del padrón; no existe. Y si por ahí estás vigente y no podés ir, tenés que entreverarte en un sinnúmero de trámites consulares para justificar tu ausencia. De lo contario sometete a la multa. Por no sufragar, derecho que tenés vedado por no vivir dentro del mapa (¡)
 
Lamento si se me hizo largo el descargo, pero es una de las tantas veces que hice y seguiré haciendo este reclamo en mi nombre, el de mis hijos, los amigos, compañeros y colegas que no viven a la vuelta como yo.
Pero que llevan al Uruguay en el hueso. Y se mueren por ir a llenar una urna, un domingo de estos.
La patria está por todas partes; va con nosotros .
Flaco

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Excelente 👌🏻 artículo! Muy bien fundamentados también los dos comentarios hasta ahora🤗
Anónimo

lunes, 2 de marzo de 2020

Bernie y el voto

Por Tano de la Mondiola

Este Martes 3 de Marzo son las elecciones internas en California. No me encuentro ni en el Estado ni en el país por motivos circunstanciales y sin embargo pude votar por Bernie, por correo. 

En Uruguay no puedo votar a Fadol o en blanco. O por el futuro y bienestar de mi familia y mis compatriotas aunque yo no me beneficiaría directamente. 

Gracias a una Constitución que lo prohíbe y no ha sido cambiada por siglos pero que se aplica a voluntad: te deja votar si tenés plata y tiempo para ir y no te penaliza si no vas como lo hace con los residentes...

Los 150 millones de dólares que mandamos por año en remesas, esos sí los agarran.

Cualquier similitud con Kafka es pura casualidad o la obra de ya sea negligencia o inoperancia del Fondo Angosto y la aclamación del 60 por ciento de compatriotas, casualmente un porcentaje similar al que estuvo de acuerdo con la ley de impunidad, dos veces. 

A nadie se le escapa que probabilísticamente hay buenas chances de que no habrían perdido las elecciones si este cercenamiento de derechos hubiera sido manejado adecuadamente.

Voto a bríos!

miércoles, 8 de agosto de 2018

Entre lo obligatorio y lo prohibido

por Máximo Gur Méndez

Ayer se dio un pasito más para lograr que los uruguayos desperdigados por el mundo puedan votar en sus elecciones. Dije sus elecciones; porque la mayoría de ellos se sienten tan uruguayos como Godín.
Es que luego de múltiples intentos, encuentros y desencuentros, diálogos y tratativas, acuerdos y hasta una consulta a la población NO se pudo nunca llegar a arreglar que los otros uruguayos también votaran.
Ahora hay una Ley votada exclusivamente por fondoangostistas en diputados y senadores que renuevan la discusión y crean una Comisión que hará la propuesta definitiva.
En la discusión parlamentaria previa tanto pálidos como bermellones e independientes-de-si-mismos (no sé si el de Alianza Impopular habló pero al menos no votó) argumentaron fuertemente en contra del voto fuera del país.
Si señora, si señor. Incluso se vio la vehemente oposición de algunos conspicuos dirigentes políticos como Aldo Lamuerte (ex radical cristiano devenido en pálido militante) o como el magnífico asesor ñoqui en la intendencia de Maldonado  Graciasdenada Pascuali que han participado en sendas votaciones como representantes de América del Sur ... en las elecciones de Italia!!!
Parte de los argumentos apuntan a que los que viven en Extranjia no aportan impuestos en Uruguay. Novedosa manera de corroborar la carta de ciudadanía. ¿Saben ustedes entonces cuantos que engañan la Impositiva y defraudan impuestos no solo no deberían votar sino que menos ser elegidos, y viven en nuestro país? ¿Saben cuántos desde fuera del país envían remesas a sus familias aquí con lo que sí pagan impuestos para entrar o para ser gastadas?
"Los que viven fuera del país ni se interesan por nuestra política doméstica ni saben qué está pasando" dicen que dijeron. También me sirve esa manera de recortar el padrón electoral: solo a los que les interese y sepan de qué hablan. A muchos de los que dicen "Mirá, yo estoy harto de la política; a mi no me importa nada" y que los muestran como gran corriente de opinión en los noticiarios televisivos los eliminaría de plano. Y a los otros les haría preguntas antes de votar: ¿Sabe usted cuantos senadores hay? ¿Qué quiere decir FONASA? Ni que hablar de la tabla del 7. Y los que no lo sepan no demostrarían capacidad de razonamiento básico o interés político que le permita ejercer el derecho al voto. Y chau: esos tampoco votan.
Porque el voto es obligatorio para los que vivimos acá y prohibido para los que viven cruzando el Chuy.
Bah! Prohibido no! Es prohibido para los que, siendo pobres, viven en el extranjero y no tienen plata para venir a votar (una, dos, tres, cuatro veces según sea Internas, Nacionales, Ballotage, Departamentales). El que tiene guita y ganas viene y vota. El que tiene ganas pero no guita se aguanta. Esa es la verdadera limitación al voto de los uruguayos fuera del país.


Comentarios


Recuerdo a Verónica Alonso felicitando a una decena de venezolanos que se juntaron en la Plaza Libertad para votar en las últimas elecciones de Maduro (y que por supuesto votaban en contra)

Anonimo

Este es otro tema que lo podemos fieles al estilo uruguayo complicarlo o lo podemos simplificar. Si optamos por tratar el tema básicamente, un razonamiento plausible seria que: los que están fuera no deben incidir en las decisiones internas. Sin perjuicio de estar de acuerdo con algunos de los conceptos previamente expresados, no parece conveniente que los ciudadanos (de cualquier condición económica e ideales) que no viven dentro de un país tengan la posibilidad de incidir en decisiones internas. La existencia de varios países en el mundo que aceptan el tipo de voto a distancia, no debe ser un argumento para apoyarlo. También hay que considerar las remesas desde Uruguay hacia afuera. El tema Venezuela, tampoco se ajusta a nuestra realidad. En resumen, cada uno tiene sus convicciones y todas son respetables. 
Yonson

lunes, 28 de noviembre de 2016

¿Para cuando joven...?

por Tano de la Mondiola

El título puede referir a un tema de Palito Ortega de los '60. O también una reflexión: para cuándo el Uruguay va a dar derechos de voto a sus hijos a los que expulsó la miseria, dictadura o falta de oportunidades y que tienen familia, aportan al país en impuestos, dinero, formación de jóvenes y cooperación. 

No me refiero a la mayoría de compatriotas que gentilmente nos negaron ese derecho, sino a los parlamentarios a los que les compete, sobre todo mientras tienen mayorías. No veo movimiento y ello contrasta con otros países que han tenido que perder sus hijos... Otra vez Italia me da ese derecho. Y para una reforma constitucional, nada menos. La paciencia con el Fondo Angosto tiene límites...y no creo que los que lo sigan hagan nada al respecto.










martes, 17 de mayo de 2016

¿Quién es menos democrático?

Por Tano de la Mondiola




Mucho podría decirse sobre la relatividad de la democracia en Estados Unidos. Por ejemplo, no sé si es bien comprendido en Uruguay, las elecciones internas (primarias) no ocurren el mismo día en todo el país, sino a lo largo de varios meses, lo cual hace que los resultados de las elecciones en otros estados sean inmediatamente conocidos por el resto. Lo cual obviamente influye en el "voto a ganador". De más está hablar del circo mediático por todos conocido. Y, como no son obligatorias, sobre todo en las elecciones nacionales, vota el 60% de la gente. Las elecciones son un martes, laborable. Mucha gente no vota porque no puede ir o pierde el jornal o la mitad del jornal. Muchos no votan por desencanto (las opciones son el mismo perro con diferente collar - como en Uruguay durante un siglo), otros por pasotismo. Pero, no todo es negativo. Un claro ejemplo, los ciudadanos podemos votar por correo si no estamos en el territorio el día de las elecciones. Por supuesto hay que estar registrado (tener la credencial sería el equivalente) y hacer la solicitud con anticipación suficiente. Va a ser mi caso este Junio 7 cuando sean las internas de California. Y si fueran las nacionales, también podría votar por correo.



Balota recibida 2 semanas antes de elecciones


Pero en Uruguay, ninguno de los 400,000 inmigrantes primarios podemos votar de esa manera. ¿Quién es menos democrático? ¿El Parlamento progresista, está haciendo algo por ello? ¿O vamos a esperar a que pierdan las próximas elecciones y los rosados lo resuelvan? 

Manden cartas, como decía el gran Alejandro Trotta.

sábado, 16 de abril de 2016

De cuarta

Por Tano de la Mondiola


Hoy voté. Por voto consular, en un referendum para impedir a las petroleras perforar indefinidamente en nuestro Mar Tirreno, parte del Mare Nostrum de los romanos. Claro, voté en un referendum italiano.


Aunque a algunos les parezca mentira, los países civilizados dejan votar a los hijos de sus hijos aún cuando no hayan nacido en el suelo patrio, reconociendo el jus sanguini y el hecho de que por guerras, miseria o persecuciones, el mundo fue sembrado por el talento y tesón de su gente. Un voto seguro, en doble sobre, secreto, imposible de fraguar. Y si en un ataque de epilepsia temporal por acá quisiera votar a Trump en las primarias o nacionales, también podría. Y si me voy al Alto Volta o a la base lunar puedo votarlo a e'l o a Sanders, por voto consular. Pero allá donde nací, no puedo votar ni para cambiar un farol en la calle.





Lo mio es solo un anécdota pero representa a ma's de medio millón de personas. Y en la Galanga hay muchos jóvenes lectores con ansias de saber. Es nuestro deber divulgar cosillas con tufillo fétido pero muy reales. De otro modo haríamos como el avestruz.  Caras de asombro evoco en la gente cuando comento que en Uruguay no permiten votar a casi 1/6 de su población, nacida allí, con familia allí a la que muchos mantienen,  y pagando impuestos. No estamos hablando de hijos o nietos con mayor o menor desapego y conocimiento. Allí entraríamos en temas socio-filosóficos mas complejos que no es nuestro objetivo discutir. 

Estoy hablando de inmigrantes primarios. Gente que por miseria, persecución, o falta de futuro, llegada la vida adulta, se tuvieron que ir: antes, durante y después de la dictadura. Gracias a lo cual otra gente consiguió trabajo al disminuir la oferta y así mejoro' la economía local. Políticas malthusianas tan admiradas por Kissinger. 


En el Uruguay, que se cree tan solidario y liberal, no se permite el voto consular por ley y cuando se le dio la palabra a la gente (otro capitulo a discutir, esas cosas se hacen en los Parlamentos y no por aclamación), 63% de ellos votó para negarnos ese derecho inalienable. Fueron 11% ma's de los que votaron para mantener la ley de caducidad...Contundente. En los 70 los llamábamos simplemente: reaccionarios.

Pero esto no paso' en 1970 ni en el siglo XIX aunque así parezca, fue en 2009. 

Nos quieren mucho menos a nosotros que a los verdolaga. Minga de jus soli o jus sanguini. Jus jodete. Puede pensarse que el motivo es y fue la envidia: se fueron, que se jodan (he oído tales comentarios). Otras bibliotecas sugieren que quizás razonan asi pero no lo dicen :"yo no tuve el coraje de rajar y me arruiné la vida, éstos que se fueron, manden plata para hijos y padres, paguen impuestos pero no se inmiscuyan en votar para tratar de mejorar la vida de sus familias y compatriotas". Y sino es así el razonamiento, que me lo expliquen. No estuvo mal Torres con su clásica ilustración. El mundo al revés. Como les contaba en otra entrega.


Cabe preguntarse:

¿Que' pasaría si de pronto los ma's de medio millón de tipos/as que ese país echó dejáramos súbitamente de enviar remesas? 

¿Cuáles serian las cifras de pobreza y extrema pobreza? 

¿Cuánto caería el consumo interno? 

¿Cuántos ancianos morirían de frío y hambre?  

Nadie publica esos datos porque tienen miedo. Estoy seguro que los tienen.

¿Qué les pasaría a muchos a los que les facilitamos la vida yéndonos, si volviéramos de repente a competir por sus trabajos con experiencias de décadas en USA, Europa o Australia? Temblarían. 

Está brava la estiba en el puerto, me dicen...Son jodidas para el espinazo las bolsas de 50 kg de cemento portland Artigas.

Por eso el Uruguay sigue siendo un país pequeño, no solo en territorio sino en mezquindad, con esas mayorías de gente identificada con los logros de millonarios futbolistas, gerentes y propietarios de clubes de dudosa ética (que luego son presidentes de la República*, dos veces c/u) ..aferrados a Suárez, sus mordiscos y el diario que les revela si hoy hizo caquita o no. O se discute en el parlamento, como si fuera un tema serio, si hay que poner una estatua de la virgen Maria en la rambla. Todo dicho, un país de cuarta y no de primera como dice el Fondo Angosto.

Pero hubo en 2009 un 37% que pensaba distinto. Y un 40% que voto el No en 1980. Una coincidencia que quizás no es tal. Y ahora pueden ser ma's. Por eso y porque estos temas deben discutirse, a los jóvenes me dirijo. Los veteranos nos acordamos de cuando eramos adolescentes y cruelmente decíamos que las cosas cambiarían cuando se murieran las viejas pachequistas. No le deseábamos la muerte a nadie, solo era la clara noción de que faltaba un cambio generacional. Y de alguna manera, así ocurrió. Como educador, guardo una esperanza (confieso que es frágil y tenue) de que las cosas cambien.

Gracias, Italia por permitirme al menos votar en un plebiscito por un tema ecológico importante, reflexionar sobre este tema y hacerme sentir parte de una nación, lo que las masas de nuestro lugar de nacimiento nos niega a tantos. Y así les va. No se los deseamos, pero pruebas al canto. 

* El esquema de adquirir popularidad dirigiendo clubes de deportes de masas para pasar al gobierno y/o sus esferas es muy exitoso y nada nuevo: por nombrar solo unos pocos, 
 Bush y Berlusconi son los ejemplos internacionales, Sangrinetti, Damiani y el Borbon los locales. Este ultimo decidió reflotar la vieja receta y se pasea por los estadios a ver si levanta la imagen.