In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
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sábado, 3 de mayo de 2014

Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (3)

Esta es la tercer pieza (al fondo) del Breve sainete con el que el ya no tan novel colaborador atormentó nuestras mentes en las últimas 3 semanas.

Las dos primeras las pueden ver en  http://lagalanga.blogspot.com/2014/04/breve-sainete-sobre-algunas.html (la primera) y en  http://lagalanga.blogspot.com/2014/04/breve-sainete-en-tres-piezas-sobre.html   (se va la segunda!!)

La tercera es la vencida



Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (3)

por Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín)

- Ay gordo, ¿no te encantan los zapatos que me compre?
- A decir verdad, no les veo la diferencia con los otros rojos de taco que tenes.
- Pero ¿como? No te das cuenta que estos tienen el taco mas ancho atrás, son re-diferentes. Además tienen esta moñita acá adelante, ¿no son preciosos?, - dice Irene sacando uno de los zapatos de la caja para que Carlos lo vea.
- Si vos decís...
- Bueno, ¿te gusta este lugar? ¿No parece super romántico?
- Si, está lindo.
- Pero que desabrido que sos.

Llega la moza, una chica de unos 25 años, vestida de pantalón negro algo ajustado y camisa blanca.
- Buenas noches, bienvenidos a “Orquídea”. Déjenme comentarles que hoy tenemos como sugerencia del Chef “Papillot de pescado con verduras al vapor y toque de soja con wasabi”. Les dejo la carta así eligen.
- A mi dejame el dos de la muestra, dice Carlos.

Los tres se sonrien pero cuando se va la moza Carlos la mira de atrás sin darse cuenta de lo que hace e Irene dice:
- Pero imbécil, desubicado, te pensás que la chiquilina está acá para escuchar tus chistes pavos. Una cosa es que digas eso en el bar donde vas con tus amigos, ¿pero acá?
- 'Ta, bueno, no hablo mas.
- No, no es que no hables mas, es que no digas pavadas. Y menos a la moza. Si tenés algo que charlar lo tenés que charlar conmigo.

Se hace un silencio de unos segundos mientras ambos miran las cartas sin verse las caras entre ellos.
- ¿Ochenta mangos el cubierto? Pero por ese precio me imagino que por lo menos te regalan el cuchillo y el tenedor. Ochenta mangos. Que hijos de puta.
- Que, ¿te parece caro? Si te parece caro nos vamos.
- No, no digo de irnos, digo que no entiendo porque te cobran 80 mangos y le ponen “cubierto”. En todo caso es obligación de los tipos darte un vaso, cuchillo, tenedor y un plato limpios. Como te van a cobrar eso.
- No te cobran eso, tarado. Te traen algo para que piques antes.
- Pero a mi no me preguntaron si yo quiero picar algo antes. Además acá dice “cubierto”, no dice “picadita” o “entrada”.

Justo llega la moza y les dice:
- Les dejo por acá humus de garbanzo, unos deeps de zanahoria y unas tostaditas con oliva y orégano, que las disfruten.
- ¿Viste?
- Gorda, ¿cuatro tostadas, 3 pinitos de zanahoria y un poco de garbanzo pisado 160 mangos? 'Ta, dejá, no discutamos mas por esto.
- Me parece bien, vamos a aprovechar esta velada tan linda. ¿Qué vas a comer?
- Y no sé, me estoy fijando si tienen pasta o milanesas pero no veo.
- ¿Pasta o milanesa? Pero eso lo compras en cualquier bar, ¿porque no pedís, no sé, algo diferente?
- Sencillo: porque me gustan la pasta y las milanesas. Paso bárbaro comiendo pastas y milanesa. Si es napolitana mejor. Con muzza la milanesa sequita es lo mas grande que hay.
- Pero sos tan ... (resopla), no sé, estamos acá, en un lugar tan lindo ... ¿por qué no pedís algo distinto, no sé, algo como agridulce? (dice ésto y se le ilumina la cara).
- No te enojes, pero ¿por qué no puedo pedir una milanesa? Para mi lo agridulce es como comer la comida y el postre mezclados y a mi me gusta la comida por un lado y el postre por otro. Es decir: la milanesa por un lado y el flan con dulce de leche por otro. ¿Es tan difícil de entender?
- No, pero para eso andá a “La Pasiva” o a algún lugar así.
- Lo decís como si yo tuviera problema de ir, la que quiso venir a “Te dejo el culo como una “Orquídea” con los precios” fuiste vos.
- Pero sos un animal, sos un energúmeno, ¿cómo me vas a decir eso? Yo que quiero salir contigo a un lugar diferente para que pasemos bien y vos me pasás echando en cara que el cubierto, que el precio, que esto, que el dos de la muestra y además le mirás el culo a la moza.
- Eso no lo hice.
- Si que lo hiciste, no te habrás dado cuenta pero lo hiciste.

Se hace un silencio de algunos segundos. Carlos vuelve a mirar la carta. Irene también. Ambos bajan la carta y se miran buscando la reconciliación. Se dan la mano derecha ella, izquierda él y con la otra cada uno sostiene su carta.
- Bueno, ta, vos pedí lo que quieras, pero yo que vos trataba de aprovechar a probar algo diferente, algo nuevo, no sé.
- Pero a mi me gusta la pasta y la milanesa, Irene. Parece que me hubieras conocido ayer. Sabés que a mi me gusta eso y yo paso bien, si vos querés otra cosa, pedila. Pedí lo que quieras. A mi me enferma que me pongan en la carta “Ravioli di zucca e provolone” porque son ravioles rellenos de zapallo y queso y te los cobran como que el propio Barack Obama te los hubiera rellenado uno por uno y te los hubiera firmado con dedicatoria.
- ¿Te das cuenta?, me estás echando en cara de nuevo que ésto es caro. ¿Que querés?, ¿tener una cena romántica en un carrito de chorizos?
- No, no dije eso, creo que no entendés lo que quiero decir.
- Claro que entiendo, hace rato estás diciendo que ésto es caro, que no se qué, que no se cuánto. Si querías quedarte en casa me decías y chau.
- Mirá Irene, la verdad, estoy con las pelotas llenas. Creo que esto de querer hacer las cosas diferentes no va a funcionar. Tenés razón, estamos en crisis y tengo las pelotas llenas.
- Pero Carlos, tenemos que estar bien. ¿No te das cuenta que somos almas gemelas, que estamos hechos el uno para el otro?

¿FIN?


Comentarios


Brillante el Cascanueces de Malvín!!Cualquier parecido con todas las parejas del Planeta son pura coincidencia
Daniel 

jueves, 24 de abril de 2014

Breve sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (2)

Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín) presentó a los lectores de La galanga este pequeño sainete. Dado que le sacó el jugo y lo hizo en tres piezas, pretende también entregarlo por piezas: primero el living, luego el dormitorio, por último el baño. 
La primera parte la puede encontrar en http://lagalanga.blogspot.com/2014/04/breve-sainete-sobre-algunas.html  

Segundas partes nunca fueron buenas


Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (2).



por Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín)


- Gordo, hoy vamos a pasear juntos, a tener un rato solos. Ya hablé con mamá y se queda con los nenes, dijo Irene.
- Bueno, bárbaro, cuando llegue a casa hablamos y vemos a donde vamos, ta?, dijo Carlos y cortó el teléfono.

La segunda parte de la escena se desarrolla en un ambiente común, pero que uno puede reconocer como una casa. Al inicio Irene está sentada en un sillón, vestida como para salir. Carlos entra a la escena abriendo una puerta que da a la calle.

- Vamos al Shopping que me quiero comprar ropa linda, dijo Irene.
- Bueno, ¿a cual vamos?
- Me da lo mismo, pero elegí vos así me sorprendes.
- Mirá, me da lo mismo, son todos mas o menos iguales, así que elegí vos de acuerdo a lo que quieras comprar.
- Dale gordo, elegí vos.
- Ta, Montevideo Shopping.
- Pero en Montevideo Shopping no hay casa de “Verito”.
- Y yo que sé donde hay casas de “Verito”, vos me dijiste que eligiera y elegí. Te dije el Montevideo Shopping porque me gusta y vamos siempre.
- Por eso, ahí vamos siempre y yo quiero cambiar de aire, no hacer siempre lo mismo.
- Pero...Irene... vos no te enojes, pero te dije que eligieras vos. Vos me decís que elija yo. Yo elijo y vos me decís que no porque no hay casa de “Verito”. Yo no soy adivino, no se que querés comprarte ropa de “Verito”. No entiendo porque no elegís vos de entrada y nos ahorramos esta discusión al pedo.
- Vos no entendés, yo pretendo que vos gastes aunque sea un poco de tu tiempo tan importante en pensar que es lo que a mi me gustaría hacer y que lo elijas para mi. No quiero que pienses solo en la practicidad. Podés, aunque sea una vez, ponerte en mi lugar e imaginarte que me gustaría hacer. Eso es lo que te pido, aunque sea una vez.

Carlos piensa durante unos segundos y dice:
- Está bien, disculpame, pero en mi vida me hubiera imaginado que a vos te gusta la ropa de “Verito”. Hagámosla corta, ¿a que Shopping querés ir?
- A uno que tenga una casa de “Verito”. Pero ¿vos no te fijaste? Tengo 3 polleras de “Verito”, 4 blusas, tengo un par de pantalones y venden unos zapatos preciosos. Sos poco observador.
- Bueno, si, pero si tenés tanta ropa de ahí ¿para que te vas a comprar más?
- Porque la ropa es linda y siempre la estoy usando.
- No seas mala, si siempre te terminas poniendo lo mismo. Además ya te dije que no entiendo esa costumbre de las mujeres de comprarse 30 pares de zapatos. Es como si en otra vida hubieran sido ciempiés que se reencarnaron en seres humanos, no entiendo. Pero ta, no discutamos por esto.
- Claro, vos no entendés porque la bobita gasta en zapatos pero yo no entiendo porque gastas tanta plata en tener botellas de cerveza y vino guardadas ni entiendo porque vos pagas todo cuando hacés un asado con tus amigos acá. En todo caso, yo por lo menos gasto en zapatos que los veo y vos gastás en asado y cerveza y no los ves, te los comés y tomás y chau.
- Por favor, no discutamos mas, ¿a donde querés ir?
- A un Shopping que tenga casa de “Verito”, ¿cuantas veces te lo tengo que decir?
- Si, pero te acabo de decir que no tengo ni idea de donde hay casa de “Verito”. ¿Es tan difícil que lo entiendas?
- ¿Y es tan difícil que entiendas que quiero que me sorprendas y que por una vez vos hagas algo por mi? Sentate en la computadora y busca en Internet y llevame a donde quiero.

Pero la putísima madre que lo parió, pensó Carlos y se dirigió al escritorio a buscar en Google en que Shopping de Montevideo había casa de “Verito”.
Se sentó frente a la computadora y puso en Google “Casas Verito Shoppings Uruguay”. El santo de los buscadores de Internet le dijo que había casas en Punta Carretas y en Portones. Pensó que Portones le quedaba más cerca de la casa, aunque era menos lindo para pasear. Ya está, Portones es más cerca.
Ya que estaba, puso “Copa Santander Libertadores Defensor Sporting próximo partido” porque no había podido buscar en su trabajo cuando era que jugaba el único cuadro uruguayo que quedaba en la libertadores.
Irene justo entró al cuarto y la sonrisa que traía se borró inmediatamente.

- ¿Ves? Te pido que hagas algo por mí y te pones a buscar cosas de fútbol, no te importa nada de lo mío y lo que es peor, no te importa nada de lo nuestro.
- Punta Carretas Shopping, vamos.
- No, Carlos, no es así, siempre igual vos.
- Punta Carretas Shopping tiene casa de “Verito”, ¿que más querés que me fije?
- Nada, vamos.

Continuará

martes, 15 de abril de 2014

Breve sainete sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (1)

Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín) quiere presentar a los lectores de La galanga este pequeño sainete. Dado que le sacó el jugo y lo hizo en tres piezas, pretende también entregarlo por piezas: primero el living, luego el dormitorio, por último el baño.

Se va la primera


Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (1).


por Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín)

* El sainete, por definición, es una pieza teatral dramática pero jocosa que se presenta en el intermedio de una función teatral o al final de la misma. Consta normalmente, de una pieza. En el Río de la Plata se generó una forma particular de Sainete, el Sainete Criollo, que se caracteriza por mostrar escenas populares y costumbres de vida de gente sencilla, donde en general, al toque humorístico, se agrega algún elemento de la vida sentimental y algo de tragedia. Uno de los grandes expositores del Sainete Criollo fue Florencio Sánchez. Si bien es característico que el Sainete sea de una pieza, como este Sainete lo escribí yo, lo escribo como quiero. Si alguien quiere reclamar algo, le puedo facilitar el e-mail del señor Magoya.

- Carlos
- ¿Que?
- Escuchame
- Si, te escucho.
- Pero escuchame bien lo que te voy a decir.
- Si, dale.
- Estamos en crisis.
- ¿Que?
- Lo que oíste.
- ¿Que?
- Que estamos en crisis, ¿no te diste cuenta?

Carlos bajó el suplemento deportivo del diario, miró a Irene y luego de unos segundos contestó.

- No
- No ¿que?
- No, no me di cuenta.
- Pero ¿como no te diste cuenta?
- No gorda, te acabo de decir que no me di cuenta, ¿o hablé en otro idioma sin darme cuenta?
- ¿Ves? ¿Ves? Hace tiempo que me tratás así, mal. No me das pelota, estas leyendo ese suplemento de mierda y no me das pelota - dijo Irene casi llorando.
- ¿Vos me estas jodiendo o me estas hablando en serio?
- Pero como te voy a estar jodiendo, Carlos. Es en serio. Estamos en una crisis, definitivamente estamos en una crisis.

Carlos bajó el suplemento deportivo y lo dejó en el piso, al lado de la cama.

- Gorda, no seas mala. Aguada le ganó a Malvín un partido imposible, bueno, en realidad Malvín perdió el partido. Estoy leyendo eso. Pero mientras yo leo eso, vos estas viendo en la tele esa serie pelotuda de amoríos entre médicos. Vos tampoco me das bola.
- ¿Ves?, ¿Ves? Vos menosprecias mis cosas, claro, la serie que yo miro son amoríos pelotudos pero Aguada y Malvín es para grandes intelectuales ¿no? Seguro que mañana vas a poder sentarte en un café literario a dar cátedra de como 10 pelotudos corren atrás de una pelota para tratar de meterla en un agujero. Claro, mientras yo veo una serie pelotuda, ¿no? Dejame de joder.
- No, pará un poco. Yo dije que mientras yo leo deportes (y vos tenés todo el derecho del mundo de pensar que es una reverenda boludez), vos estas viendo esa comedia venezolana pero yankee y dentro de un hospital. Yo no dije que yo soy un intelectual y vos una lela. Lo que yo estoy leyendo no es para ninguna tertulia académica, pero te aseguro que si me cruzo con Galeano el pelado va a encontrar más interesante hablar conmigo de Aguada y Malvín que contigo de los amoríos de Meredith Grey.
- Ah, ves que me tratás como si yo fuera bobita pero sabés los nombres de la “comedia venezolana pero yankee adentro de un hospital”.
- ¿Y como no querés que sepa los nombres de esta sarta de pelotudos? Yo no te leo en voz alta el suplemento deportivo sino seguro que te acordabas de Leandro García Morales. Todas las semanas me fumo esta cosa y al final los nombres te quedan. Pero yo me refería a otra cosa: mientras yo leo deportes vos ves la tele, así que vos tampoco me das pelota.
- Mirá que sos cínico ¿eh? Das vuelta todo como una tortilla y parece que la culpable de esta crisis que vos no ves, soy yo.

Se hizo un silencio breve pero incómodo, donde ambos quedaron mirándose a los ojos. Finalmente Carlos rompió el silencio.

- Gorda, 'toy cansado, mañana laburo. Charlamos mañana, ¿'ta? Pero la posta, para mi no hay tanto drama.

Le dio un beso a su mujer, se dio vuelta en la cama y a los 45 segundos roncaba como un oso pardo en celo.
Irene se quedó sentada en la cama, con la luz apagada, mirando una pared que no llegaba a ver porque la oscuridad no se lo permitía. Estuvo así hasta las 3 de la mañana, pensando y llorando en silencio.

Carlos durmió toda la noche.


Continuará