La primera parte la puede encontrar en http://lagalanga.blogspot.com/2014/04/breve-sainete-sobre-algunas.html
Segundas partes nunca fueron buenas
Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (2).
- Gordo, hoy vamos a pasear juntos, a tener un rato solos. Ya
hablé con mamá y se queda con los nenes, dijo Irene.
- Bueno, bárbaro, cuando llegue a casa hablamos y vemos a
donde vamos, ta?, dijo Carlos y cortó el teléfono.
La segunda parte de la escena se desarrolla en un ambiente
común, pero que uno puede reconocer como una casa. Al inicio Irene está sentada
en un sillón, vestida como para salir. Carlos entra a la escena abriendo una
puerta que da a la calle.
- Vamos al Shopping que me quiero comprar ropa linda, dijo
Irene.
- Bueno, ¿a cual vamos?
- Me da lo mismo, pero elegí vos así me sorprendes.
- Mirá, me da lo mismo, son todos mas o menos iguales, así que
elegí vos de acuerdo a lo que quieras comprar.
- Dale gordo, elegí vos.
- Ta, Montevideo Shopping.
- Pero en Montevideo Shopping no hay casa de “Verito”.
- Y yo que sé donde hay casas de “Verito”, vos me dijiste que
eligiera y elegí. Te dije el Montevideo Shopping porque me gusta y vamos
siempre.
- Por eso, ahí vamos siempre y yo quiero cambiar de aire, no
hacer siempre lo mismo.
- Pero...Irene... vos no te enojes, pero te dije que eligieras
vos. Vos me decís que elija yo. Yo elijo y vos me decís que no porque no hay
casa de “Verito”. Yo no soy adivino, no se que querés comprarte ropa de “Verito”.
No entiendo porque no elegís vos de entrada y nos ahorramos esta discusión al
pedo.
- Vos no entendés, yo pretendo que vos gastes aunque sea un
poco de tu tiempo tan importante en pensar que es lo que a mi me gustaría hacer
y que lo elijas para mi. No quiero que pienses solo en la practicidad. Podés,
aunque sea una vez, ponerte en mi lugar e imaginarte que me gustaría hacer. Eso
es lo que te pido, aunque sea una vez.
Carlos piensa durante unos segundos y dice:
- Está bien, disculpame, pero en mi vida me hubiera imaginado
que a vos te gusta la ropa de “Verito”. Hagámosla corta, ¿a que Shopping querés
ir?
- A uno que tenga una casa de “Verito”. Pero ¿vos no te
fijaste? Tengo 3 polleras de “Verito”, 4 blusas, tengo un par de pantalones y
venden unos zapatos preciosos. Sos poco observador.
- Bueno, si, pero si tenés tanta ropa de ahí ¿para que te vas a
comprar más?
- Porque la ropa es linda y siempre la estoy usando.
- No seas mala, si siempre te terminas poniendo lo mismo.
Además ya te dije que no entiendo esa costumbre de las mujeres de comprarse 30
pares de zapatos. Es como si en otra vida hubieran sido ciempiés que se
reencarnaron en seres humanos, no entiendo. Pero ta, no discutamos por esto.
- Claro, vos no entendés porque la bobita gasta en zapatos
pero yo no entiendo porque gastas tanta plata en tener botellas de cerveza y
vino guardadas ni entiendo porque vos pagas todo cuando hacés un asado con tus
amigos acá. En todo caso, yo por lo menos gasto en zapatos que los veo y vos
gastás en asado y cerveza y no los ves, te los comés y tomás y chau.
- Por favor, no discutamos mas, ¿a donde querés ir?
- A un Shopping que tenga casa de “Verito”, ¿cuantas veces te
lo tengo que decir?
- Si, pero te acabo de decir que no tengo ni idea de donde hay
casa de “Verito”. ¿Es tan difícil que lo entiendas?
- ¿Y es tan difícil que entiendas que quiero que me sorprendas
y que por una vez vos hagas algo por mi? Sentate en la computadora y busca en Internet y llevame a donde quiero.
Pero la putísima madre que lo parió, pensó Carlos y se dirigió al escritorio a buscar en Google en que Shopping de Montevideo había casa de “Verito”.
Se sentó frente a la computadora y puso en Google “Casas
Verito Shoppings Uruguay”. El santo de los buscadores de Internet le dijo que
había casas en Punta Carretas y en Portones. Pensó que Portones le quedaba más
cerca de la casa, aunque era menos lindo para pasear. Ya está, Portones es más
cerca.
Ya que estaba, puso “Copa Santander Libertadores Defensor
Sporting próximo partido” porque no había podido buscar en su trabajo cuando
era que jugaba el único cuadro uruguayo que quedaba en la libertadores.
Irene justo entró al cuarto y la sonrisa que traía se borró
inmediatamente.
- ¿Ves? Te pido que hagas algo por mí y te pones a buscar cosas
de fútbol, no te importa nada de lo mío y lo que es peor, no te importa nada de
lo nuestro.
- Punta Carretas Shopping, vamos.
- No, Carlos, no es así, siempre igual vos.
- Punta Carretas Shopping tiene casa de “Verito”, ¿que más
querés que me fije?
- Nada, vamos.
- Nada, vamos.
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