In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
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domingo, 31 de marzo de 2013

El romance del Malevo (4)


Termina la santa semana criolla del turismo ciclista y cervecero, y con ella termina también el Romance del Malevo

por Cadorniano
Traducción al inglish por la Real Academia del Barrio Cadorna, aprobado por el Monasterio de Mala Educación e Incultura.

El romance de Osiris, entero, en la primer parte    http://lagalanga.blogspot.com/2013/03/el-romance-del-malevo-parte-1.html


   

El romance del Malevo (the end)

Teaching unos fangs como daggers,
los coats se le habian puesto de un modo que costaba conocerlo,
y en la barbecued de sus eyes se habian burnt the memory,

De un jump me puse opposite,
le pegué el scream, Malevooooo
to see to let go of una foam,
"Está furious Rosendoooo"

No te me acerqués, brother, echá behind, ¡get out dog!
Derrepente me jump, eché pa un side el body,
to feel como que la hand chocaba contra su chest,
y fall down, casi sin noise, como una jerga en the floor.

Cuando ai see, the eye se la habían puesto muy good,
Como dándome las thank you, se le get shorter el gasp.
Se arrastró, lamió mis foots y me brotó un weep,
To shake la tail one time, two times y to die.

Por eso que desde entonces, ai no like tener dog,
Y cuando voy to raide horse, me parece que lo siento,
Seguir below del stirrup, trote y trote por el time.

                                             Cadorniano.

Este hermoso poema pertenece a Osiris Rodriguez Castillo, uno de los grandes poetas uruguayos.
Y esté donde esté, mis disculpas Don Osiris


lunes, 25 de marzo de 2013

El romance del Malevo (parte 3)

por Cadorniano
Traducción al inglish por la Real Academia del Barrio Cadorna, aprobado por el Monasterio de Mala Educación e Incultura.

El romance de Osiris, entero, en la primer parte    http://lagalanga.blogspot.com/2013/03/el-romance-del-malevo-parte-1.html


   

El romance del Malevo (third part)



(en esta parte es donde el recitador además de estar vestido de gaucho, con chiripá, botas de potro y todas esas porquerías que se ponían los gauchos, tiene que llorar a moco tendido y tener un facón a mano para darle clima campero al poema.)

A los two years, mai son gateaba sobre un pelego,
O andaba por el guarda court yard prendido a la crus del dog,
ah!!, porque el me le take of las ticklish al Malevo.
Lo habrá tomao por puppy de su cría el pendenciero.
Le soportaba imprudencias, se prestaba pa sus games,
Y ande amenazaba fall down, se le echaba bajo el body.

The thing fue tan de golpe, que hasta me parece un tale.
Fue after de midday, como pa end of january,
Ai me había hechado en el camp bed to get to sleep,
Y un redepente aquel scream como de terror, Rosendoooo,

Y ya me pele pal court yard manoteando un caronero,
Ella estaba contra el pozo stammering silente,
Tenía el baby raised, tight contra el chest,
Y to move forward, como un animal wild, mai dog…


                                              Cadorniano


No me lo digan, están conmovidos con mi relato y asombrados de ver, con que desenvoltura voy de un idioma al otro. Cosas que se adquieren con los años y siendo un estudioso de la materia. Por algo cursé mis estudios en la Escuela Nº 150 del Paso de la Arena, compartiendo aula con el actual Presidente de los orientales, el Tete Musica.

Descansen, respiren hondo, que muy pronto tendrán el final del poema.

jueves, 21 de marzo de 2013

El romance del Malevo (parte 2)

por Cadorniano

Luego de la primera parte de la traducción del Romance del Malevo de Osiris Rodríguez Castillos   http://lagalanga.blogspot.com/2013/03/el-romance-del-malevo-parte-1.html   viene obviamente la segunda.



El romance del Malevo (second part)



Ai hechar tropilla al yard, ni loco, le whaistling bituin mai fingers,
Y embretaos en el chiflido, me los traiba clin al wind.
One taim, bandeando troops, con meni wora el black river,
Ai falling broken entre un torbellino de horns,
Y me gano la mollera la darkness y el silence.
Wen ai open mai eye, to cross una nube el skai,
Groans y lambetazos venían como de far (awei)
De repente ai understan, medio me sit down on the floor,
Como pa darle las thanks, mai brother, ésta te quedo debiendo,
No me fain ni el holy bread, si no me teique aut Malevo
Y una inmence gratitude se me atranco en el gargero.
Bueno, the thing passing, ai gou insaid to married,
Meike the estove, the kitchen, mai rancho to estretch su eaves,
Y en su wild clinera, charqueó el arrorro y el kiss.

lunes, 18 de marzo de 2013

El romance del Malevo (parte 1)

por Cadorniano

Con la licencia poética que Osiris Rodríguez Castillos hubiera permitido y hasta festejado.



El romance del Malevo
(traducción al inglés por la Real Academia del Barrio Cadorna y aprobada por Monasterio de Mala Educación e Incultura)

Primera parte

Ai dont clous the door of mai rancho, ni esliping,
For wat, si autsaide, la enrejaba de colmillos el coraje de mai dog.
Cimarrón, medio atigrao, ai fain, perdido en la sierra, boqueando de agusanao.
Malo, como manga of estouns, tuve que traerlo enlazao, pá curarle la bichera.
Y ahí se quedó aquerenciao, mai friend of hauers lerdas.
Trotando belou el estribo, no calculaba las leguas.
Cuando ai desensillaba, se echaba a tu luk las prendas.
Eso si, muy sensitive. Manosearlo, ni le cuento.
Se ponía de eye estrabiado y se le erizaba el coat.
Conque tenía bien ganao su apelativo: el malevo.
Que animal to capacity pal work en field open.
Había que verlo al mentao trajinando en un rodeo.
De ser christian, clavado que era doctor aquel dog.



Osiris Rodríguez Castillos nació en Montevideo en Julio de 1925 y murió en Octubre de 1996. Poeta, escritor, investigador, compositor, cantante, músico, luthier y hombre comprometido con sus ideas y su pueblo. Compuso, entre otras, el Romance del Malevo.
 
 
Yo no atrancaba la puerta de mi rancho, ni durmiendo;
¿pa qué? ¡si del lao de ajuera, por malo que juese’l tiempo, la enrejaba de colmillos el coraje de mi perro!
 
Cimarrón, medio atigrao.
Lo hallé perdido en las sierras, boquiando de agusanao.
¡Malo, como manga’e piedra!
Tuve que trairlo enlazao pa' curarle las bicheras!
 
Y... a’i se quedó, aquerenciao.
Compañero de horas lerdas, trotiando abajo’el estribo ¡ni carculaba las leguas!
y ande afluejaba la cincha, se echaba a cuidar las priendas.
 
Eso sí ¿eh? ¡Muy delicao! ¿Manosiarlo? ¡Ni le cuento!
Se ponía di ojo estraviao y se l’erizaba’l pelo.
Con que... tenía bien ganao su apelativo: "El Malevo".
 
¡Qué animal capacitao pa'l trabajo en campo abierto!
¡Había que verlo al mentao, trajinando en un rodeo!
De ser cristiano, ¡clavao qu’era dotor aquel perro!
 
¿Yo echar tropilla’l corral?
Le chiflaba entre dos dedos, y embretaos en el chiflido me los traiba, clin al viento;
¡y era un abrojo, priendido de los garrones de un trueno!
 
Una vez, bandiando tropa con much’agua en el Río Negro, caí quebrao di un apretón entre un remolino’e cuernos, y me ganó la mollera l’oscuridá y el silencio.
 
Cuando golví’abrir los ojos, cruzaba una nube’l cielo.
Gemidos y lambetazos llegaban como de lejos.
¡Redepente, compriendí!
Medio me senté en el suelo pa darle gracias: "Hermano, d’esta, te quedo debiendo.
¡No me halla ni el pan bendito si no me sacás, Malevo!"
¡Y una inmensa gratitú se me atracó en el garguero!
 
Güeno; la cosa pasó.
Yo dentré pa'l casamiento.
Hice’l horno, la cocina, mi rancho estiró un alero, y en su chúcara clinera charquió el arrorró, y el rezo.
¡A los dos años, gatiaba mi gurí sobre un pelego!
O andaba po’l guardapatio, priendido a la cruz del perro;
ah! ¡porque’l me le sacó las cosquillas al Malevo!
Lo habrá tomao por cachorro de su cría, el pendenciero.
Le soportaba imprudencias, se priestaba pa' sus juegos,
y ande amenazaba cairse ¡se l’echaba bajo ’el cuerpo!
 
La cosa jué tan de golpe, que hasta me parece cuento.
Jué dispués de un mediodía, como pa' fines d’enero.
Yo me había echao en el catre pa' descabezar un sueño.
La patrona, trajinaba, prosiando con el borrego;
y un redepente, aquel grito como de terror: "¡Rosendo!"
Y ya me pelé pal' patio manotiando el caronero.
Ella, estaba contra’l horno tartamudiando en silencio;
tenía al gurisito alzao, tembloroso contra’l pecho;
y avanzando, agazapao como una fiera, ¡mi perro!
¡Enseñaba unos colmillos como puñales!
Los pelos se le habían parao di un modo que costaba conocerlo, y ¡en las brasas de sus ojos se habían quemao los recuerdos!
 
De un salto me puse enfrente; le pegué el grito: "¡Malevo!"
Lo vi soltar una baba;
-"¡Está rabioso, Rosendo!"-
-"No te me acerqués hermano! ¡Echá p’atrás! ¡Juera perro!"
 
Redepente, me saltó.
Ladié pa' un costao el cuerpo, sentí como que la mano lo topaba contra el pecho,
y cayó; cuasi sin ruido; como una jerga en el suelo...
 
Cuando lo miré, los ojos se le habían puesto muy güenos,
¡como dándome las gracias se le acortaba el resuello!
Se arrastró, lambió mis pieses, y me brotó un lagrimeo.
 
"No tenía pa' elegir, hermano! ’tabas enfermo.
Jué po’l, cachorro, ¿sabés?
¡De nó, no lo hubiera hecho!"
 
Menió la cola una vez, dos veces, y ¡quedó muerto!
 
Por eso es que, desde entonces, no me gusta tener perro;
y cuando voy de a caballo, me parece que lo siento
seguir abajo ’el estribo, ¡trote y trote por el tiempo!