In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.
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viernes, 1 de febrero de 2013

La hormiguita, la cigarra, un montón de artrópodos más y hasta un búho


Juan, el Químico Precoz, nos participa con esta nueva parábola con moraleja que haría palidecer al mismísimo Lafontaine 


Todos los días, muy temprano llegaba a su trabajo la hormiga funcionaria, productiva y feliz.
 
Allí pasaba sus días, trabajando y tarareando canciones. Ella era productiva y feliz, pero ¡ay!, no era supervisada.
 
El ABEJORRO, director general, consideró que ello no era posible, así que se creó el puesto de secretario técnico, para el cuál contrataron a un ESCARABAJO con mucha experiencia.
 
La primer preocupación del ESCARABAJO secretario técnico fue organizar la hora de llegada y de salida y también preparar informes.
Pronto fue necesario contar con una secretaria para que ayudara a preparar esos informes, así que contrataron una ARAÑITA que organizó los archivos y se encargó del teléfono.
 
Mientras tanto la hormiga funcionaria, productiva y feliz trabajaba y trabajaba.
 
El ABEJORRO director general estaba encantado con los informes del ESCARABAJO secretario técnico, así que pidió cuadros comparativos y gráficos, indicadores de gestión y análisis de tendencias.
 
Entonces fue necesario contratar una CUCARACHA ayudante del Secretario y fue indispensable una nueva computadora con impresora láser color.
 
Pronto la hormiga funcionaria, productiva y feliz dejó de tararear sus melodías y comenzó a quejarse de todo el papeleo que había que hacer ahora.
 
El ABEJORRO director general, entonces, consideró que era momento de adoptar medidas.
 
Así creó el cargo de jefe de servicio donde trabajaba la hormiga funcionaria, productiva y feliz.
El cargo fue para una CIGARRA que alfombró su oficina e hizo comprar un sillón especial.
El nuevo jefe de servicio - claro está - necesitó otra computadora y -cuando se tiene más de una - se necesita una red local.
 
El nuevo jefe pronto necesitó una secretaria (que había sido su Ayudante en la empresa anterior), para que le ayudara a preparar el plan estratégico y el presupuesto para el área donde trabajaba la hormiga productiva y feliz.
 
La HORMIGA ya no tarareaba sus viejas melodías y cada vez se le notaba más irascible.
 
"Vamos a tener que contratar un estudio de clima laboral un día de estos"   dijo la CIGARRA.
 
Pero un día el director general, al revisar las cifras, se dio cuenta que la unidad (donde trabajaba la hormiga funcionaria, productiva y feliz) ya no era tan buena como antes.
 
Así que contrató al BÚHO, prestigioso consultor amigo suyo, para que hiciera un diagnóstico.
 
El BÚHO estuvo tres meses en la administración y pronto emitió un sesudo informe:
“Hay demasiada gente en este departamento.....".
 
Así el director general siguió el consejo del consultor y... despidió a la hormiga.
 
Moraleja:
No se te ocurra por nada del mundo ser una hormiga funcionaria, productiva y feliz.
Es preferible ser un inútil e incompetente. Los incompetentes no necesitan jefes, ¿para qué?
Si a pesar de todo eres productivo, no demuestres por nada del mundo que eres feliz. No te lo perdonarán.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Estudiantes con moraleja

La sala de la Biblioteca Nacional estaba bastante llena de estudiantes, la mayoría universitarios que preparaban sus últimos exámenes del año.
Horacio, con los libros en las manos encuentra una silla libre en una mesa que está ocupada por una sola estudiante, una rubia bonita y bastante llamativa.
Se acerca y le dice bajito y al oído:
- Disculpame, ¿esta silla está ocupada? ¿Me puedo sentar contigo?
La rubia le contesta bien fuerte:
- ¡¿Encamarme contigo esta noche?! ¡¡Vos estás loco!!
El grito de la muchacha hizo que casi toda la gente del salón dejara de leer y le clavara las miradas como cuchillos.
Horacio, desconcertado con la respuesta y colorado de vergüenza, se va para otro lugar libre que había por allí.
Unos minutos después se le acerca la misma muchacha y esta vez ella le susurra al oído:
- Soy estudiante de psicología y se como piensan los hombres. Te hice sentir avergonzado ¿verdad?
- ¡¡Dos lucas por una simple encamada!! - grita esta vez el muchacho - ¡¡Pero a vos se te escapó la moto, eso es carísimo!!
Esta vez la totalidad del salón dejó de leer y miró a la muchacha que había quedado petrificada.
Inmediatamente Horacio se volvió a acercar a la muchacha y le dijo bien bajito al oído:
- Y yo soy estudiante de abogacía y se bien como hacer culpable a una persona.

lunes, 6 de agosto de 2012

El Médico y el Abogado: historia con moraleja

Língula, lector y deyector, envía esta historia para su solaz
 

Un abogado andaba por la calle cuando vio un letrero que decía:
"CLINICA MÉDICA"
"Curamos todo tipo de enfermedad.
Garantía total o le devolvemos el DOBLE de su dinero"

El abogado pensó: estos se creen vivos pero como soy abogado voy a ser más vivo y les voy a sacar mucha guita.
Entró en la Clínica, pagó su consulta y lo recibió el médico sonriente.
- "Buenas tardes, que lo trae a nuestra clínica?" preguntó el médico.
- "Doctor, perdí el sentido del gusto y no consigo sentir el sabor de nada, café, agua, arroz, pan, helado etc. Usted podrá curarme?"
- "Por supuesto" dijo el médico y pidió a la enfermera que le trajera el frasco número 13.
La enfermera trajo el frasco número 13 lleno de mierda, el médico llenó una cuchara y se la metió en la boca al abogado sorpresivamente.
- "¿Qué es esooo?" gritó el abogado. "¿Está loco?, ¡Usted me dio mierda!"
El médico dijo inmediatamente:
- "Listo.. Recuperó el gusto, ESTÁ CURADO!!!!!"
 
El abogado salió echando chispas de la clínica pensando:
Este hijo de puta me agarró de sorpresa, me vio cara de nabo y me recagó, pero me las va a pagar...!!!  La próxima vez seré infalible.
Días después volvió a la Clínica, entró y pagó su consulta.
Lo atendió el mismo médico:
- "Hola amigo, ¿de nuevo por aquí?"
El abogado:
- "¿Cómo que de nuevo aquí?, ¿quién es usted?, ¿dónde estoy? Creo que perdí la memoria...!!!"
El médico sin pestañear gritó :
- "Enfermeraaaa... tráigame el frasco número 13...!!!"
El abogado replica:
- "¿El frasco numero 13? ¡¡¡NOOOOO...!!! De nuevo la mierdaaa NOOOO!!!!"
El médico contesta:
- "¡¡¡Maravilloso..!!! , ¡¡¡Maravilloso...!!!, Recuperó la memoria, ESTÁ CURADO!!!!!...."
 
La historia tiene 2 moralejas :
  1. "Los Médicos solo recetan mierda"
  2. "Nada como comer mierda para hacer entrar en razones a un Abogado"

viernes, 3 de agosto de 2012

Parábola de la riqueza y los cocodrilos

Parábola enviada por Gonzalo C., dolido aún por Nacional

Dicen que había una vez una glamorosa fiesta en una enorme mansión. Su dueño, muy adinerado, toma el micrófono, pide que bajen el volúmen de la música y dice lo siguiente:
- Como Uds ven acá atras tengo una magnífica piscina donde me dedico a criar cocodrilos australianos. Tengo 23 cocodrilos adultos. Pero yo reto a quien se anime a cruzar esta piscina y salga por el otro lado,  y prometo regalarle todos mis autos y esta misma mansión en la que hoy estamos.
En el medio del silencio que se generó se escucha un magnífico chapuzón en la piscina. El tipo avanza los primeros metros en el agua pero los cocodrilos se le van encima. A partir de allí todo fue solamente euforia, griterío, suspenso extremo. El tipo, como podía, sostenía las fauces de un cocodrilo mientras le pegaba en los ojos a otro que se acercaba. Agarraba de la cola a otro y trataba de nadar con vigor. Volvía a sujetar la boca de otro y se revolvía en el agua. Al final y tras mucho esfuerzo logra salir muy herido por el otro lado.
El ricachón no lo podía creer. Se acercó al individuo, lo felicitó y le dijo que eran suyos sus autos y esa casa.
El tipo le dijo que no quería sus autos ni su casa.
- Bueno, entonces le daré el dinero correspondiente.
- No necesito su dinero, ni sus autos ni su casa.
- ¿Qué es lo que quiere entonces?
- Solo quiero saber quién fue el hijodemilputas que me empujó a la piscina.

Moraleja:
A veces somos capaces de realizar ciertas acciones o proezas de las que no nos creíamos capaces; solo nos faltaba un empujoncito.

Y a veces un hijodeputa es necesario en nuestras vidas

martes, 12 de junio de 2012

Parábola con moraleja

(Gracias Rober)

El Mengo, el Gordo y los demás.


El Mengo era un pobre infeliz que un mal día se le ocurrió hablar de más sobre la novia del Jefe de una banda que asolaba una barriada entera.
El Jefe lo mandó agarrar por dos o tres secuaces y darle un escarmiento con el Gordo, especialista en ello.
Al Mengo lo llevan a empujones y entre dos hasta un boliche de mala muerte donde, sentado en una mesa al fondo y contra la pared, estaba el Gordo. Le decían el Gordo pero deberían decirle el Gigante Negro.
- Gordo: éste lo manda el Jefe. Es el Mengo y se metió a hablar de la Lila y eso le molestó. Quiere que le enseñes a respetar a su novia.
- Dejalo en ese rincón que ahora después le rompo el culo.
El Mengo, pálido, suplicaba:
- No Gordo, no. Por favor. No me pegues, por favor
- Callate, vejiga! - le gritó el Gordo
Al rato le traen otro tipo al Gordo.
- Gordo: este te lo manda el Jefe. Parece que es buchón y con solo estar en un calabozo le contó a la policía lo del banco. Dice que le enseñes a tener huevos
- Dejalo en ese rincón, al lado del Mengo. Cuando termine este vino le voy a cortar las bolas y se las voy a hacer comer.
Mientras tanto el Mengo lloriqueaba en su rincón. Maldita la hora en que le había ponderado el culo a la Lila.
Al rato traen a otro; ya venía bastante golpeado.
- Este lo manda el Jefe. Hacele ver que acá, además de guapos, no nos metemos con la hermana del Jefe.
- Dejalo en ese rincón. Cuando termine de tomar le voy a enseñar: le voy a arrancar las bolas y se las voy a dar a los perros. Le voy a cortar la garcha en pedacitos y se los voy a pegar con Poxipol en la espalda.
El Mengo, con más preocupación que miedo lo encara al Gordo:
- Gordo, Usted se acuerda que lo mio era lo de romper el culo, ¿no?

Moraleja: Cuando creas que tus problemas son los peores, mirá para tus costados. Te darás cuenta que puede ser molesto; pero no es tan grave.

jueves, 3 de mayo de 2012

La parábola del ganso, las gallinas, el balde y la lata de pintura


Un chacarero de la zona de El colorado (cerca de Las Piedras) lleva su camioneta al pueblo y el mecánico le dice que no tiene los repuestos y que debe dejarla hasta el día siguiente, así que decide regresar caminando a su chacra, que no queda lejos.

Aprovecha para pasar por la ferretería y compra un balde y un tarro de pintura. Allí, se encuentra con otro chacarero que le da dos gallinas y un ganso que le debía.

El tipo se da cuenta que tiene un problema: cómo llevar todo a casa caminando. Mientras piensa cómo hacer, se le acerca caminando una señora madura y le pregunta cómo llegar a la granja de los González. El chacarero le dice que va en esa misma dirección y que si no tuviera que llevar esa carga la acompañaría.

La mujer le dice:
-¿Por qué no ponés la lata de pintura en el balde? Lo llevás en una mano; te ponés una gallina debajo de cada brazo y llevás el ganso en la otra mano...

El granjero sorprendido agradece y comienza a acompañar a la señora. Al rato le dice:
-Conozco un atajo, que nos saca del camino principal, pero nos ahorramos un kilómetro.

La dama lo mira con desconfianza y responde:
-Soy una viuda solitaria sin un hombre que me defienda. ¿Cómo sé que no me vas a llevar por el medio del campo, me vas a poner contra una tranquera y vas a abusar de mí?

-¡Pero señora! Aun cuando quisiera, ¿cómo hago? Llevo un balde, una lata de pintura, dos gallinas y un ganso. ¿Cómo hago para apretarla contra una tranquera y abusar de usted?

-Ponés el ganso en el piso, lo cubrís con el balde, colocás la pintura encima del balde … y yo te tengo las gallinas.