In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

martes, 15 de abril de 2014

Breve sainete sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (1)

Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín) quiere presentar a los lectores de La galanga este pequeño sainete. Dado que le sacó el jugo y lo hizo en tres piezas, pretende también entregarlo por piezas: primero el living, luego el dormitorio, por último el baño.

Se va la primera


Breve Sainete en tres piezas sobre algunas desavenencias de la vida conyugal (1).


por Fernando Neurocir (el cascanueces de Malvín)

* El sainete, por definición, es una pieza teatral dramática pero jocosa que se presenta en el intermedio de una función teatral o al final de la misma. Consta normalmente, de una pieza. En el Río de la Plata se generó una forma particular de Sainete, el Sainete Criollo, que se caracteriza por mostrar escenas populares y costumbres de vida de gente sencilla, donde en general, al toque humorístico, se agrega algún elemento de la vida sentimental y algo de tragedia. Uno de los grandes expositores del Sainete Criollo fue Florencio Sánchez. Si bien es característico que el Sainete sea de una pieza, como este Sainete lo escribí yo, lo escribo como quiero. Si alguien quiere reclamar algo, le puedo facilitar el e-mail del señor Magoya.

- Carlos
- ¿Que?
- Escuchame
- Si, te escucho.
- Pero escuchame bien lo que te voy a decir.
- Si, dale.
- Estamos en crisis.
- ¿Que?
- Lo que oíste.
- ¿Que?
- Que estamos en crisis, ¿no te diste cuenta?

Carlos bajó el suplemento deportivo del diario, miró a Irene y luego de unos segundos contestó.

- No
- No ¿que?
- No, no me di cuenta.
- Pero ¿como no te diste cuenta?
- No gorda, te acabo de decir que no me di cuenta, ¿o hablé en otro idioma sin darme cuenta?
- ¿Ves? ¿Ves? Hace tiempo que me tratás así, mal. No me das pelota, estas leyendo ese suplemento de mierda y no me das pelota - dijo Irene casi llorando.
- ¿Vos me estas jodiendo o me estas hablando en serio?
- Pero como te voy a estar jodiendo, Carlos. Es en serio. Estamos en una crisis, definitivamente estamos en una crisis.

Carlos bajó el suplemento deportivo y lo dejó en el piso, al lado de la cama.

- Gorda, no seas mala. Aguada le ganó a Malvín un partido imposible, bueno, en realidad Malvín perdió el partido. Estoy leyendo eso. Pero mientras yo leo eso, vos estas viendo en la tele esa serie pelotuda de amoríos entre médicos. Vos tampoco me das bola.
- ¿Ves?, ¿Ves? Vos menosprecias mis cosas, claro, la serie que yo miro son amoríos pelotudos pero Aguada y Malvín es para grandes intelectuales ¿no? Seguro que mañana vas a poder sentarte en un café literario a dar cátedra de como 10 pelotudos corren atrás de una pelota para tratar de meterla en un agujero. Claro, mientras yo veo una serie pelotuda, ¿no? Dejame de joder.
- No, pará un poco. Yo dije que mientras yo leo deportes (y vos tenés todo el derecho del mundo de pensar que es una reverenda boludez), vos estas viendo esa comedia venezolana pero yankee y dentro de un hospital. Yo no dije que yo soy un intelectual y vos una lela. Lo que yo estoy leyendo no es para ninguna tertulia académica, pero te aseguro que si me cruzo con Galeano el pelado va a encontrar más interesante hablar conmigo de Aguada y Malvín que contigo de los amoríos de Meredith Grey.
- Ah, ves que me tratás como si yo fuera bobita pero sabés los nombres de la “comedia venezolana pero yankee adentro de un hospital”.
- ¿Y como no querés que sepa los nombres de esta sarta de pelotudos? Yo no te leo en voz alta el suplemento deportivo sino seguro que te acordabas de Leandro García Morales. Todas las semanas me fumo esta cosa y al final los nombres te quedan. Pero yo me refería a otra cosa: mientras yo leo deportes vos ves la tele, así que vos tampoco me das pelota.
- Mirá que sos cínico ¿eh? Das vuelta todo como una tortilla y parece que la culpable de esta crisis que vos no ves, soy yo.

Se hizo un silencio breve pero incómodo, donde ambos quedaron mirándose a los ojos. Finalmente Carlos rompió el silencio.

- Gorda, 'toy cansado, mañana laburo. Charlamos mañana, ¿'ta? Pero la posta, para mi no hay tanto drama.

Le dio un beso a su mujer, se dio vuelta en la cama y a los 45 segundos roncaba como un oso pardo en celo.
Irene se quedó sentada en la cama, con la luz apagada, mirando una pared que no llegaba a ver porque la oscuridad no se lo permitía. Estuvo así hasta las 3 de la mañana, pensando y llorando en silencio.

Carlos durmió toda la noche.


Continuará

No hay comentarios:

Publicar un comentario