EL DIA DE LA MADRE
Sobre el “Día de la Madre”
se escribieron muchas cosas,
todas lindas como rosas
con sentimiento y alarde.
Hoy el espectro se abre
con madres un tanto extrañas
que destilan su cizaña
y no son madres muy buenas.
El nombrarlas causa pena:
son de la peor calaña.
El ratón tiene mamá
es una madre muy “rata”
sucia, mezquina, barata,
y es una gran realidad.
El ternero es en verdad
hijo de una madre “vaca”.
Gorda, lenta, una insensata
de un andar bastante lerdo
que a su esposo pone cuernos
y se vende por la plata.
Si hablamos de madres malas
el primer premio…a la “perra”.
Si esta suelta o si la encierran,
si te va a cagar… ¡te caga!
Te encaja su dentellada
así nomás, porque si.
Del miedo te haces pichí
cuando se acerca ladrando
o cuando te está esperando
y vos decís: “¡No la vi!”
La madre de los ositos,
que es del oso, su esposa,
el que le puso la “osa”,
es genio, lo felicito.
Cuando inverna, no hace “un pito”.
Meta roncar y dormir.
Ni se molesta en salir
es una madre muy vaga,
siempre tirada en su cama
¿qué más te puedo decir?
El sufrido elefantito
tiene a su madre “elefanta”.
que levanta su trompa alta
y lo asusta con su grito.
Y entonces el pobrecito,
además del susto grande,
no entiende como su madre
está siempre así, entrompada,
muy gritona y enojada
y ni siquiera le hable.
Y el chanchito descubrió,
con pesar, en una estancia,
que su madre era una “chancha”
y que nunca usó jabón.
Fue su gran desilusión
entre dos generaciones
que se pasan sus olores
metidos en el chiquero.
También ejemplos muy fieros
de madres con sinsabores.
“Mamá “oveja”, tiene fama.
y no podemos negar
pues se la puede asociar,
con el sexo y con las ganas.
Dicen que la paisanada,
pasa muy buenos momentos
con sus poses, movimientos,
y con muchas cosas más,
¡ojo si vienen de atrás
que hay un amoroso encuentro!
¿Otra madre?: la “cigüeña”
que de improviso a aparece,
y en la chimenea te mete,
un gurí, sin dejar señas.
Está bien si uno se empeña
y desea procrear,
pero debe preguntar
antes de andar con regalos,
pues un vuelo equivocado
nos podría complicar.
La que causa más agrado
más excitante y más grata,
es alguna madre “gata”
saltando por los tejados.
De noche y agazapado,
en mi cuarto yo la espero.
Nos tiramos en el suelo
y yo con amor de padre
grito: “¡Qué vivan las Madres!”
y con la “gata” me quedo.
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