“¿Fiesta el 12 de octubre?”
Ésto no me causa gracia,
520 que pasan
cuando empezó la desgracia
La gente dirá: ¿qué pasa,
qué éste hoy, llegó enojado?”
“¿A la quiniela ha jugado
y el librito de los sueños
aunque puso mucho empeño
no lo dejó haber ganado?”
Son 520 años
que la desgracia llegó
cuando el indígena vio,
aribar seres extraños.
¡Ni se imaginaba el daño
que habría de soportar!
Los vieron desembarcar;
pusieron pies en su tierra,
¿y hoy esa fecha tan perra
la pretenden festejar?.
Venían con “nuevas culturas”;
era eso, que decían.
Pero otras cosas traían:
violencia, horror, mano dura.
La historia debe ser cruda.
no debemos tolerar
que vinieran a cambiar,
a los pobres “indiecitos”,
El oro por espejitos;
¡qué trueque más desigual!
Ayer, hagamos memoria,
viajaban en carabelas;
hinchando al viento sus velas,
cambiando penas, por gloria.
Hoy, poco cambia la historia:
viajan en aviones bellos,
almidonados sus cuellos,
con sonrisita triunfante.
“Piratas” muy elegantes,
de guante blanco, o sin ellos.
¿Qué razones sostenían
los indígenas ayer?
¿Qué cosas querían hacer
y quiénes los defendían?
Suponemos que elegían
por su dignidad pelear,
con la opresión terminar;
y aunque encuestas no se hacían,
las que se hacen hoy en día
se discuten a rabiar.
Su bandera desplegaban
sintiéndose superiores,
aquellos “conquistadores”
que al indígena mataban.
Hoy, son otros que reclaman
su bandera colocar.
Pretenden cosas cambiar
y otras dejarlas así.
Las mismas caras que vi
siempre en el mismo lugar.
Y si el número 20
nos significa "la fiesta";
con nuestra frente enhiesta
digamos bien consecuentes
que la fiesta estuvo ausente,
pues vinieron a matar;
y también a exterminar
culturas no compartidas
¡Qué "fiesta" de porquería;
no la pienso festejar!
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