Fidel en el Museo de la Revolución La Habana Foto de MGM |
Llego tarde a esta enorme cantidad de gente de tan diversos sitios y lugares, que escriben sobre la figura de Fidel. Estaba acá nomás, en Porto Alegre, de visita familiar a mi hija Álgebra, cuando me enteré de esta noticia.
Y los diarios, semanarios, radios, canales de TV; en fin: todo lo que se habla y escribe en el Planeta empezó a girar en torno a ese enorme Fidel que, tercamente empeñado en no morir a manos de gusanos, se murió de viejo y en su Cuba.
Yo nací con Fidel. Un par de meses antes de que él y sus barbudos entraran en La Habana liberada yo era parido por mi madre Bimba, probablemente a gusto de que fuera a crecer en un Mundo con esta Cuba cerca.
Ese Enero de 1959 no había ganado la Revolución. Como Fidel mismo decía "la Revolución recién comenzaba; ahora había que hacerla." La Revolución no era exclusivamente sacar al dictador Batista del gobierno y el poder; la Revolución era empezar a cambiar tantas cosas que habían hecho de Cuba un garito y un burdel off shore.
¡Y cómo cuesta cambiar esas cosas, hacer la Revolución!
Porque hay que hacerlo con hombres y mujeres, gentes comunes, con sus virtudes y sus defectos. Y encima Fidel quiso hacerlo en una isla que los yanquis creían propia, al ladito de sus playas glamorosas de Florida.
Dicen los que saben que Fidel sufrió más de 600 intentos de asesinato personales.
Y cuantos intentos de invadir su isla, de matar su gente o sus cosechas.
¡Y el bloqueo! Uno de los atropellos más indignos a un país. Más de 50 años de bloqueo. Es como estar en guerra permanentemente (cosa que también les pasaba). ¿Cuántos de nosotros, cómodos países democráticos occidentales y cristianos, habríamos podido soportar esa agresión al menos tres meses, ya no 50 años? ¿Y cuántos de nosotros, con ese bloqueo, habríamos podido además alfabetizar a todo un pueblo, lograr los mejores índices de salud, desconocer lo que es un niño con hambre o sin techo?
Solo pudieron hacerlo los cubanos. Y porque en cada cubano había florecido inmensa la semilla de Fidel. En cada uno de ellos.
Fidel fue el ejemplo que tomaban cada uno de los cubanos para aguantar y crecer. Se recostaban en la memoria del Che o de Camilo y en la vida de Fidel.
Muchos en el Mundo todo (ayer quedó patente en los discursos de presidentes y personalidades de todos los continentes) quisieron y admiraron a Fidel. Algunos pocos lo odiaron y aborrecieron e hicieron todo lo posible por acabar con esa imagen gigantesca. Pero todos lo reconocen; eso lo hizo grande.
Es que pocos en el Mundo pueden vanagloriarse de haber hecho lo que su conciencia e ideología les dictaba; hasta el último día.
Es que Fidel, como cantó Silvio Rodríguez "iba matando canallas, con su cañón de futuro"
Chau Fidel, Hasta la Victoria siempre
Fidel durante la defensa de Cuba en la invasión de Bahía de Cochinos - 1961 |
Comentarios
Impecable! Buena prosa buena síntesis!
Un grande.
Tano
Impecable! Buena prosa buena sintesis!
ResponderEliminarUn grande.