por Mínimo Gurméndez
La especial simpatía que el colectivo galanguero tiene con el magistral Marcelo Chinelli ayer se vio coronada con una de sus mejores puestas en escena.
Como mediático y rico que es, su lugar trascendía de los programas de TV. Con eso se hace plata, mucha plata. Pero muchísima más plata se hace si uno se mete en el fóbal; a jugar o, mejor aún, a dirigir. Si lo sabrán varios, entre ellos nuestro compatriota Figueredo (aunque es un poco compatriota nuestro pero también de los del Norte mismo; que por eso lo tienen en cana).
Como ya no le alcanzaba lo que hacía (obviamente estoy hablando de plata) se tiró a Presidente del Fóbal Argentino.
Y como esta vez no podía ser él, en persona, el que contara los votos del Jurado de Bailando por el Fóbal, sucedió lo que no podía suceder: empató 38 a 38 con su oponente.
Un detalle: los votantes presentes eran 75; los votos contados fueron 76.
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