Por suerte varios se han puesto las pilas y se largan a colaborar con La Galanga.
Es que si todo va a tener que salir de nuestros acorchados encéfalos vamos a quedar cortos. Hay que saber elegir de lo que hay por ahí también.
Y, aunque la mayoría de las cosas son producción galanguera auténtica, también usamos galanga ajena.
Por ejemplo ésto que nos mandó Tubito B. de su pacífico Durazno.
Parece que la fiesta de Carnaval ayudó a los mosquitos a que picaran a la gente, más desprovista de ropa.
Pero todo tiene sus bemoles.
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