por Máximo Gur Méndez
Hace unos cuantos días el general retirado Raúl Marmota, ahora presidente del Cuadrado Militar, se mandó unas preciosas declaraciones que no se pudieron dejar pasar. Es que, como buen militar, quiso dejar bien clara algunas cosas. Por ejemplo que los militares en general (y él en particular) no habían torturado a nadie.
"¿Apremios físicos? Bueno, eso si. Pero eso es diferente. Apremios físicos es que, por un tiempo prudencial, se espera que el detenido se canse y empiece a hablar" (absolutamente SIC)
Capaz que algún desprevenido todavía no sabe qué quería decir "cansar" en épocas de la dictadura. Cansar era que un ciudadano cualquiera, jovencito, maduro o viejo; varón o mujer; embarazada o no, enfermos o sanos; cualquier ciudadano que se sospechara de izquierda o gremialista o respondón nomás, cayera detenido y, encapuchado, se le dejara primero parado un par de días (meándose y cagándose encima) y después se lo colgara de los brazos, y se lo cagara a piñas, y se le hiciera picana y submarino y más plantón y más picana y ... Así por un tiempo prudencial, hasta que se cansara.
Uno de los denunciantes de Marmota es hijo de Adalberto Soba, desaparecido desde 1976. ¿Será que no ha terminado aún el tiempo prudencial de Soba del que habla Marmota?
Lo que parece que aún no está quedando claro es que para que exista un efectivo Nunca Más antes tiene que haber un momento de Verdad y Justicia.
No puede haber Nunca Más si los tipos como Marmota siguen pensando que la tortura no existió, que ellos solo apretaban un poco más fuerte a esos ciudadanos que sentían que eran sus enemigos.
Capaz que por eso es que una vez más los convoco a marchar juntos este sábado 20 de mayo.
La Marcha es un día solo en el año; la lucha por Nunca Más es toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario