In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

viernes, 8 de abril de 2022

Cuando es NO es NO. Ahora, cuando es sí, ¿es sí?

— ¿Estás afín a…?
— ¡Sí! ¡Dale!— dijo ella, al tiempo que comenzó a sacarse el buzo.
— ¡Pará un poquito! Más despacio— le pedí.
Ella me miraba desconcertada desde la boca del buzo, que comenzó a colocarse nuevamente.
—Espera un poco que te explico como es la cosa. Es bastante simple una vez que le agarrás la mano. Ahora con una app de mi celular ya pedí el servicio y en no más de 30 minutos están acá y …
—¿Lo qué? ¿Qué decís? ¿Quién va a venir?—me ametralló ella con las preguntas.
—¡Tranqui! Quedate tranquila que está buenísimo y es por el bien de todos. En un rato llegan. Es un grupo multidisciplinario que se encargan de validar y certificar que tu consentimiento es 100% válido y que no exista ninguna clase de malentendidos.
—¿De qué estás hablando? ¿No íbamos a ir al dormitorio…?
—¡Sí, claro! Una vez que tengamos todo resuelto, vamos— le dije.
—Apenas llegue el equipo, un administrativo corrobora tus datos básicos: nombre, apellido, edad, domicilio y prestador de salud. Al mismo tiempo, una nurse te hace una pequeña extracción de sangre para determinar si estás bajo la influencia de alguna droga que pudiera invalidar tu juicio y eso haría que el consentimiento no fuese válido. Le tengo un poco de miedo a la kombucha que te tomaste allá en el boliche, pero ya veremos. Luego en una breve entrevista privada que no insume más de 45 minutos una psicóloga forense mediante tests y pruebas cognitivas releva que estás en goce de tus facultades intelectuales y que tu equilibrio emocional es adecuado como para poder discernir sobre la aceptación de actividades posteriores. A continuación, una sexóloga te informará sobre las características de un conjunto de prácticas y actividades para que puedas establecer a priori y de modo no vinculante cuáles serían las que resultarían aceptables para participar de manera lúcidamente voluntaria. Sigue un interrogatorio policial con un detector de mentiras para dilucidar si no estás bajo algún tipo de presión o amenaza para consentir. Inmediatamente, la escribana en presencia de dos testigos, da lectura a un formulario típico de “primera instancia de consentimiento informado” y ella está a tus disposición para la aclaración de cualquier término jurídico que no te resulte familiar y una vez que lo hayas comprendido a satisfacción y si estás absolutamente de acuerdo, se te solicitará que firmes al pie los tres ejemplares y que rubriques las 32 hojas de cada uno de los juegos: uno queda en tu poder, otro se lo queda la escribana para dar inicio al expediente y su registro correspondiente y el otro es para mí. En ese instante hay una pausa no menor a 45 minutos que se entiende como una oportunidad de reflexión en calma, terminada la cual se te vuelve a solicitar la ratificación o la negación de tu consentimiento previo. Si mantenés la aprobación, se adjunta una breve acta de confirmación que no es más que un corto resumen del primer formulario que tiene como adjunto el listado de las prácticas y actividades en las que podrías estar interesada. 
Una vez terminadas esas formalidades iniciales, podemos pasar al dormitorio, apenas se apostillen y se verifiquen las firmas en los documentos.
 El equipo multidisciplinario se quedará en la sala para darnos intimidad y solamente ingresará al dormitorio la escribana en lapsos no mayores a los 10 minutos para recoger tu firma como constancia del mantenimiento de tu consentimiento, hasta que se den por terminadas las actividades o que suspendas tu acuerdo firme, lo que ocurra primero. Tanto el cámara como el sonidista son dos profesionales que se encargan de que el video se filme de modo correcto y sirva como respaldo de las actuaciones; apenas ajusten las luces y terminen la prueba de sonido, podemos empezar. 
Se puede decir que es un protocolo intenso, pero lo que se pretende es que sea garantista de las voluntades y derechos de los involucrados para que lo pasemos fenomenal. ¿Qué tal? 
—¡Andá a cagar!—fue lo que alcancé a oír junto con el portazo.
—¡Eso lo voy a tomar como un NO!—le grité y mandé un mensaje para cancelar el servicio. Aproveché la oportunidad para ponerme a leer el segundo tomo de “La nueva agenda de derechos y las relaciones interpersonales en el siglo XXI”. Apasionante.
 

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