In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

viernes, 13 de abril de 2012

Pan porque es fácil, carne porque es buena

por Erik el Rojo


Demostrando una estrategia de marketing lúcida y audaz, pero a su vez, segura y eficiente para garantizar su éxito, LA GALANGA adoptó una medida que podría llamarse clásica, y empezó como han empezado las mejores publicaciones del mundo (The New York Times, Le Monde, El País de Madrid, el Heraldo de Paysandú, y muchas otras...): empezó... por el N° 1!!
¡¡¡Felicitaciones!!!
Mientras tanto yo, en una pausa de mi viaje de estudios, aproveché para buscar material en la sala de lectura del resort en el que me alojo (fueron varias sesiones de investigación, porque tampoco me puedo quedar mucho tiempo... es que la de la pieza de al lado se quiere dar una ducha y tengo que salir... de la sala de lectura).
Tan ardua y reiterada investigación (la comida portuguesa resultó muy digestiva) dio sus frutos: descubrí que no sólo en Uruguay existe gente con ganas y tiempo para expresarse escribiendo cosas dignas de echar a La galanga... encontré una publicación casera que se llama  Ordinary Harry de la cual transcribo, en traducción libre, un par de colaboraciones que me gustaron:

PAN PORQUE ES FÁCIL Y CARNE PORQUE ES BUENA


A un hombre le gusta tomar cerveza fría. Cualquier otra cosa no es buena para un hombre que anduvo  todo el día  sudando como un caballo. Sin embargo, los caballos no beben tanta cerveza como los hombres. Sólo los pequeños ponis. Ellos sufren mucho, pobrecitos, de sed... sed de poni: la peor de las sedes. ¿Cuál habrá sido el primer poni en tener sed? Apuesto que fue uno pequeño. Un pequeño poni.

A un hombre le gusta hablar alto. Para ser oído. Si no habla alto, un hombre no se siente bien escuchado. Y, por consiguiente, ya no se siente hombre. Y un hombre, que es hombre, nunca deja de ser hombre, a no ser que hable bajo... como los banquitos... los de los ponis.

A un hombre le gusta perder los estribos. No es importante encontrarlos. Con sólo perderlos está bien.

A un hombre le gusta el fútbol porque eso es de hombres.

Comer croissants no es cosa de hombres. Un hombre nunca come nada que no consiga escribir. Por eso sólo come pan y carne: pan, porque es fácil... y carne, porque es buena.

A un hombre le gusta tener patillas y pelo en el pecho. Pero a veces no le crecen. Es un problema. Pero es un problema de hombres.

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