Cualquier cosa que se quiera decir sobre la guerra por alguien que no la haya sufrido es superflua. Cualquier comentario que quiera ensayarse sobre el terror que genera la agresión continua, es burdo, si lo hacemos desde la tranquilidad de nuestros hogares.
Cuando uno se queja porque hay conflicto en la distribución de supergas y no tiene garrafa para poner en la estufa; cuando despotricamos porque se nos acabó el agua caliente del calefón porque el que se bañó antes que nosotros se duchó con ganas; cuando nos indignamos porque cuatro o cinco imbéciles, por joder, prenden fuego a una escuela; cuando pasan esas cosas tendríamos que acordarnos de lo que les está pasando desde hace tantos años a los palestinos en la franja de Gaza (entre otros lados).
Tendríamos que tener la entereza humana como para decir entonces que eso NO PUEDE PASAR MAS, DESDE AHORA Y PARA SIEMPRE.
Y como verán me refiero al terror que sufre el pueblo palestino, diferenciándolo del terror que también sufre el pueblo israelí, porque la diferencia es tan abismal que me da un poco de vergüenza; es como quejarme de que mi vecino hace ruido de noche y no puedo dormir y contárselo a un palestino que no duerme porque las bombas le están hundiendo su casa.
Porque además del ataque mayúsculo e indiscriminado que sufren los palestinos no tienen para dónde irse, no tienen dónde esconderse. El bloqueo al que son sometidos les impide refugiarse de las bombas saliendo de su ciudad (les recuerdo que la franja de Gaza mide 40 por 6 kilómetros, algo mas angosto que Montevideo y largo como hasta Salinas, donde viven, sin poder escaparse, 1:500.000 de personas). El bloqueo hace que no tengan desde gasas o suero, hasta agua potable o luz. Y lo más que pueden hacer es salir de su casa destruida y meterse en otra ruina o en un refugio de la ONU, como el último que también bombardearon hace 3 días.
Y si el bombardeo israelí es inteligente ("una agresión quirúrgica" dijeron) desconfío de la inteligencia, cuando los datos dados por la mismísima ONU es que MUERE UN NIÑO POR HORA.
De los ocho hospitales que había en Gaza solo quedan cinco operativos (es un eufemismo decir "operativos". ¡¡Y yo me quejo que me demoran para dar determinado hilo de sutura ...!!) Los otros fueron bombardeados; si, les tiraron bombas inteligentes. Igual que a las Escuelas o a los refugios o a las caravanas de la Medialuna Roja (sinónimo de Cruz Roja musulmana).
Y aunque los muertos se cuentan igual y duelen igual, muestran la desproporción del terror de uno y otro lado: 35 soldados israelíes y tres civiles (todos los soldados al comenzar la batalla e invasión terrestre) y más de 800 civiles palestinos, casi todos mujeres y sobre todo niños.
Desde aquí quiero pedir a todos que nos pongamos un segundo en la piel del otro y que, al darnos cuenta del sufrimiento tan atroz que se experimenta, exijamos la Paz YA!
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