A ver: ya sé que después de estas letras me voy a ganar varios rezongos, recriminaciones y broncas varias.
Pero, ¿qué le voy a hacer? Hay cosas que no puedo dejar de decirme y decirles.
Ya sé (es bien claro) que el presidente Masduro de Venezuela no es igual a Allende, ni por asomo.
Es más; tampoco es igual al Chavez del 8, ni a Dilma ni a Lugo.
Los que sí son siempre los mismos son los que dicen, sin ningún rubor en la cara (porque el señor que lo dice es anaranjado de cara siempre) que no descartan tomar acciones militares en Venezuela.
Es eso mismo lo que no puedo tolerar, mucho, muchísimo menos que cualquiera de las cagadas que haya dicho o hecho Masduro. Que el Presidente Pato Donald Tramp, jefe máximo de un ejército de rango mundial, lleno de barcos y aviones multimillonarios de dólares, de misiles con tantas cargas nucleares como para destruir varias veces nuestro planeta, diga que los EE.UU. se reservan el derecho de intervenir militarmente en Venezuela (porque para eso son los gendarmes del mundo) igual que en Granada o en Vietnam no lo puedo bancar.
Con todos los errores políticos, bravuconeadas baratas, atropellos desnorteados que haya hecho Masduro queda igual como un simple bebe de pecho frente a la grosería imperdonable del agresor a escala mundial de Tramp.
¿O no?
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