No hay caso. Es tan cierto que empieza el año cuando llega el último ciclista de la Vuelta de la Santa Semana Criolla del Turismo Ciclista y Cervecero, que estamos a jueves y ya tenemos temas atrasados para tratar.
Pero se debe empezar por lo primero.
O por lo más importante.
O por lo peor.
El torturador, asesino y desaparecedor de niños (solo tres etiquetas de una extensa carpeta de curriculum vitae) señor Gavazzo, a poquitos días de ser noticia (ver artículo cliqueando aquí) porque se conocieron sus confesiones ante el tribunal de honor militar (ya dijimos que mejor era de horror militar), es agraciado por una jueza humanitaria que determina que se le quite la tobillera electrónica y la custodia policial.
Contextualicemos.
Gavazzo fue condenado por varios delitos cometidos durante la dictadura pasada (no todos, por supuesto; solo algunos: la fila es casi interminable). Asesinato, tortura, robo, violación sexual, todas las degeneraciones que cualquier criminal de lesa humanidad pueda tener; no le faltó ni una. La frutilla de la torta fue la confesión de haber hecho desaparecer durante casi 40 años el cuerpo del asesinado Gomensoro en 1973; hecho realizado en "democracia", antes del golpe. Otro de los declarantes, tan infame como Gavazzo mismo (pajarito Silveira) además lo indicó como el propio asesino del preso político Gomensoro.
Gavazzo pues, al que al fin se logró procesar, juzgar y condenar por múltiples crímenes, hace unos años logró prisión domiciliaria porque está viejito y enfermito. Ustedes recordarán que hace unos años, usando esa prisión domiciliaria, "iba al doctor" sin avisar al juez y se armó flor de revuelo cuando había conseguido permiso para ir al cumpleaños de 15 de su nieta. Por todo ello se le puso custodia policial y tobillera electrónica.
Ahora, como al viejito le molesta la tobillera y la custodia, logra que una humana jueza autorice a quitárselas.
Por supuesto que la apelación fue inmediata y está reviéndose dicha autorización.
Dicen en el colega La Diaria de hoy que no hay peligro de fuga de Gavazzo porque en ningún lado va a estar tan cómodo como aquí.
Pero todo esto me hace reflexionar.
No creo que exista en el Uruguay ningún asesino serial que tenga tantas muertes acumuladas como el Nino Gavazzo (capaz que algún otro milico lo empate); no existe en el Uruguay ningún preso común condenado que haya sido tan sádico en los tormentos que les hacía sufrir a sus víctimas; ningún rapiñero, copador, violador, asesino por encargo ni nada tiene el historial de este fulano.
¿A qué cabeza se le ocurre aplicar tan ligeramente la ley como para permitir esos beneficios a su pena? No digo de ponerle grilletes y bola de hierro (aunque lo merezca) ... ¡¡pero invitar con jugo de naranja ... !!
Hace tres días se cumplieron 45 años del frío asesinato de tres muchachas (entre 19 y 22 años), una de ellas embarazada, cuando un grupo de las Fuerzas Conjuntas entraron en la madrugada a su apartamento ... pero solo a matarlas. Nino Gavazzo también integró ese grupo de tareas que asesinó a "Las muchachas de abril".
Muchos se golpean el pecho y hablan de la inseguridad, del aumento de las penas, de la baja de la edad de imputabilidad, de la mano dura y plomo (hay una agrupación salteña del partido Bermellón que así se llama). ¿No es una señal para el resto de los delincuentes (comunes o no) que al Scarface de todos los uruguayos se le trate con esta dulzura? ¿Tanta dulzura no le hará mal para su diabetes?
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