In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

jueves, 19 de marzo de 2020

Epidemia

por Máximo Gur Méndez

Con la epidemia de Coronavirus instalada en nuestro país es muy difícil tomarnos el pelo. Ya bastante se ha escrito, dibujado, hablado, cantado sobre algunas tonterías con esa enfermedad, su método de prevención y fundamentalmente sobre el alma mater de todo ésto: nuestra bien conocida Carmela.
Es difícil competir con un millón de uruguayos y varios millones de extranjeros que escriben en cuanto medio alcanzan sobre Carmela y el Corona.
Es por ello que hoy voy a escribir sobre otro episodio de epidemia.
A principios de 1871, en Argentina se desató una epidemia de fiebre amarilla. Ya en aquel momento existían personas que preferían esconder estos males para la población en general y la epidemia, sin prevención, se metía con fuerza entre la gente.
Eso pasó en Argentina en aquel año.
Y más: el presidente de la época, el antiartiguista Domingo Faustino Sarmiento, se escapa hacia el interior del país buscando un lugar menos peligroso que la ciudad de Buenos Aires, tomada por la fiebre amarilla y su virus. Literalmente se rajó.
Quedaron en Buenos Aires los enfermos y los que trataban de cuidarlos.
Unos de ellos fueron maravillosamente retratados por un enorme lienzo pintado por Blanes. Eran dos médicos y un ayudante que están entrando en una casa con dos muertos y un bebé tratando de prenderse al pecho de su madre muerta.
Quienes lo hemos podido ver en persona nos da especial recogimiento por toda la escena.
Pero permítanme que desde mi perspectiva de médico les cuente que es una muestra del compromiso que tiene todo el personal de salud con su profesión y con la gente. Cuando aparecen estas enfermedades (las de antes, las de hoy y obviamente las del futuro) el personal de salud se pone en primera línea. Como hoy mismo: los médicos y choferes que van a cada una de las casas a ver a los eventuales enfermos de Coronavirus; y llegan tarde, muy tarde en la noche, porque cada uno tiene cientos de llamados para hacer (y no es exageración). Y las enfermeras y las parteras que reciben, tratan, puncionan, limpian, curan a cada uno y ayudan a parir. Y los radiólogos y laboratoristas, y los ascensoristas y archiveros, y los administrativos, y las nutricionistas y cocineras. Y fundamentalmente las y los auxiliares de servicios generales que tienen la enorme tarea de mantener todo limpio pues por allí es que la gente se contagia. Todo eso y mucho más es el personal de salud.
Los médicos del cuadro José Roque Pérez y Manuel Gregorio Argerich murieron en esa misma epidemia. Y no tuvieron más recompensa que el cuadro de Blanes.
Hoy en Montevideo desde las ventanas de las casas se aplaudía a todo el personal de salud que hoy está exponiéndose y cuidando a sus vecinos.
Recordemos fuertemente ese aplauso cuando te pidamos que te cuides, que no salgas por gusto a exponerte a un contagio.
Y que apoyes nuestro Sistema de Salud y la Universidad que nos forma.

Comentarios


Excelente resumen de gurméndez. ese cuadro marcó toda mi niñez por la impresión que me dio Y siempre quería volver a verlo. Un gran saludo a todos los colegas que se están rompiendo para atender a la gente.
El Tano

1 comentario:

  1. Excelente resumen de gurméndez. ese cuadro marco toda mi niñez por la impresión que me dio Y siempre quería volver a verlo. Un gran saludo a todos los colegas que se están rompiendo para atender a la gente. El Tano

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