Justo, justo, cuando nos enteramos que los canales 4, 10 y 12 van a ganar varios millones de dólares al venderle a Antel sus señales para que algún vejiga quiera ver en su celular el pésimo informativo o alguna telenovela turca (¿en el baño, en el auto, viajando parado en un 145 de CUTCSA?, porque el resto, si quiere, lo puede ver en televisión común: son señales abiertas); justo, justo, cuando nos enteramos que las empresas de cable que Oh casualidad! pertenecen a esas mismas familias van a poder vender datos de Internet usando (no hay otra manera) la costosísima red que ANTEL ha instalado; justo, justo .... el poco expuesto ministro de Kultura Pablito Da Chifleira (porque cada vez que se habla de Edukasión el que lleva la batuta no es él sino Roberto Chifla) se le da por intervenir el club social y de fóbal Villa Española.
¿Intervenir? dirá usted.
Si señora, si señor: ¡¡intervenir!!
Explícole.
El Club social y de fóbal Villa Española fue intervenido por el Ministerio de Kultura.
Intervenir suena fuerte.
Y lo es.
¿Pero qué pasó?
Es que el club se había apartado de sus estatutos.
Es que el club se había apartado de sus estatutos.
Por ejemplo los estatutos dicen que las elecciones serán anuales, en enero. Y los directivos, viendo que hasta las elecciones departamentales (que la Constitución dice cuándo y cómo, no un estatuto de un club de barrio de la B) se postergaban porque la pandemia se había hecho fuerte en nuestro país, también las hicieron fuera de fecha y por dos años. Los estatutos dicen que deben haber asambleas de socios. Y durante la pandemia todo funcionó por Zoom y por Guá-Sá. Hasta esas asambleas de socios. Pero, fundamentalmente, los estatutos dicen en su art 5 que no se podrán hacer acciones políticas en el club. Y, creo yo, que allí está la madre del borrego.
Porque el Club apoyó las ollas populares de su barrio. Porque el Villa salió con cartel que decía Nunca más. Porque en la camiseta alternativa pusieron su apoyo por la lucha de los desaparecidos (cosa que la mismísima AUF no objetó). Porque le cedieron parte de su terreno a la Escuela pública contigua y también tuvo un logo que apoyaba a la Escuela Pública. Porque tienen huerta, biblioteca, hacen poesía.
Entonces reclamaron que muchos de sus jugadores firmaron para el referéndum de la LUC en el Club y con la camiseta puesta.
Y, dice el ministro, tomar posición frente a la LUC es un acto político vedado a los jugadores del Villa con la camiseta puesta. No está vedado a la Asociación de Escribanos y mucho menos pagar buenas sumas de dinero para tener avisos en la TV. Pero menos vedado aún está para nuestro princeso y presidente Lavenida Junior que hizo toda una conferencia de prensa el último día antes de la veda (para ni siquiera poder tener respuesta) apoyando la LUC, aunque la Constitución dice otra cosa.
Al ministro y su celo estatutario esto le rechinó demasiado.
Mucho más que aquella denuncia internacional a su novia por lavado de dinero.
Daría para imaginarse tantas cosas: que mi club Penadoy saliera un día con una camiseta que dijera Nunca más esclavitud. Para no dar idea que es partidaria y para estar en contra de la esclavitud que existe acá nomás, a la vuelta de la esquina. O que se fuera más cuidadoso y juicioso con la guita que se maneja con pases multimillonarios.
Yo qué sé.
Por lo pronto, me compré una camiseta del Villa Española. Antes que Graciela Blanqui las queme en una hoguera.
Comentarios
Todos somos el Villa!
Meri
Meri
Todos somos el Villa!!!
Anónimo
Anónimo
Arriba el villa!!
Anónimo
Todos somos el Villa!
Anónimo
Todos somos el Villa!
ResponderEliminarTodos somos el Villa!!!
ResponderEliminarArriba el villa!!
ResponderEliminarTodos somos el Villa!✊
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