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| Mínimo Gurméndez |
Es sabido que los médicos tienen (tenemos) un gran anecdotario de situaciones disparatadas, y que además tienen (tenemos) mucho tiempo para contarlas y aderezarlas.
Así pues es que, en un esfuerzo editorial impresionante, pretendemos seguir con esta saga médica pidiendo a todos los amigotes galenos que contribuyan a llenar la galanga.
Todas y cada una de estas anécdotas son absolutamente reales. Solo le hemos dado color y anonimato.
La vida del médico es dura. Quizás tan dura como la de otros tantos que tienen que estudiar para ganarse la vida, trabajar mucho, seguir estudiando, exponerse al oscilante humor del paciente que te puede tratar como a un dios o como a un delincuente.
Pero quizás uno de los peores momentos de todo ésto es cuando recién se empieza. Cuando uno se recibe de Médico o cuando uno se recibe de Especialista tiene que hacer el peor de los trabajos de cada uno, en los peores momentos y sin chistar. Es que uno es "suplente", una de las figuras más miserables de la obra de Victor Hugo. Hay que agarrar todo lo que se nos ofrezca, demostrar que estamos siempre listos para que seamos tenidos en cuenta en trabajos venideros, no tener problema en "suplentear" en la guardia del Día de la Madre o de Navidad.
Eso nos pasó a todos. Y, sin quererlo, arrastramos en esta mala vida a nuestra familia: sin domingos, sin feriados, sin cumpleaños.
Uno de los hijos de una médica anestesista estaba conversando con sus mayores.
- ¿Y Fulanito? ¿Vos que querés ser cuando seas grande?
- No sé. Pero lo que no quiero ser es "suplente"
Pero quizás uno de los peores momentos de todo ésto es cuando recién se empieza. Cuando uno se recibe de Médico o cuando uno se recibe de Especialista tiene que hacer el peor de los trabajos de cada uno, en los peores momentos y sin chistar. Es que uno es "suplente", una de las figuras más miserables de la obra de Victor Hugo. Hay que agarrar todo lo que se nos ofrezca, demostrar que estamos siempre listos para que seamos tenidos en cuenta en trabajos venideros, no tener problema en "suplentear" en la guardia del Día de la Madre o de Navidad.
Eso nos pasó a todos. Y, sin quererlo, arrastramos en esta mala vida a nuestra familia: sin domingos, sin feriados, sin cumpleaños.
Uno de los hijos de una médica anestesista estaba conversando con sus mayores.
- ¿Y Fulanito? ¿Vos que querés ser cuando seas grande?
- No sé. Pero lo que no quiero ser es "suplente"
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