por Medio Gurméndez
En poco nomás empiezan los calores.
Algunos empiezan a buscar algún rancho en Valizas para alquilar (excepto los agraciados y agradecidos que usufructuamos el Hospedaje Tía Ofelita, verdadero baluarte valicero).
Algunas empiezan a hacer dieta porque el traje de baño no les queda.
Pero casi todos nos ponemos por delante algún día de descanso y solaz en las playas. Y eso nos pasa a nosotros los uruguayos.
Parece que las vacaciones son igual a verano y verano es igual a playa. No encuentro otro pueblo más playero que nosotros. El que más el que menos se quiere tirar al agua.
Y eso que hay pila de gente que no tiene vacaciones en verano o que viven en la otra punta del paisito o que la arena les da alergia.
¿Será que no tenemos montañas para ir a esas cabañas de película a mirar por la ventana?
Cuando era chico las vacaciones de enero eran ir a un campo que tenía mi abuela en Durazno (de donde era ella y su familia) y nos pasábamos un mes andando a caballo, regando una quinta, bañándonos en los bebederos de los caballos (recuerdo la espuma verde y el fango que tenían y hoy ni me acercaría!), pescando mojarritas en un arroyo.
Pero ahora si no vas a la playa parece que no tenés vacaciones.
Y Valizas es (y seguirá siendo) un destino irresistible.
Eso si; ¡¡a cuidarla!!
Y para ello uso este dibujo tomado de un Jetalibro (o Facebook) donde claramente se divisan algunas dunas valiceras.
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