Estimado Sr. Director.
Es un honor dirigirme a usted desde estas tierras no tan lejanas. Me presento, me llamo Celestito y le escribo por recomendación de mi hermano, Verdecito. Soy un trotamundos que hoy estoy acá y mañana allá y si no le molesta, le hago de corresponsal, en esta oportunidad, desde la vecina orilla para contarle detalles de la Asunción de Vierja Mileidy, recientemente ungido presidente de nuestros desgraciados hermanos argentinos.
Bastón de mando en mano, el hombre habló a la muchedumbre. Les dijo que no había plata y lo ovacionaron, les dijo que iba a haber por lo menos seis meses de una inflación más galopante que la actual y lo ovacionaron, que iba a haber un recrudecimiento de la crisis y lo ovacionaron, que podía llegar a haber una gran caída en la ocupación y el poder adquisitivo y lo ovacionaron...
Yo no soy un especialista, pero me parece que según están dadas las cosas, gobernar no le va a ser tan difícil a este hombre, o en todo caso, a Lóuis The Street y compañía no les vendría nada mal importar unos miles de estos ovacionadores compulsivos.
Como nada más quería presentarme, por acá termino esta misiva, comentándole que en breve le escribirá también mi otro hermano: Blanquito, el segundo empezando de arriba.
Para mí es un gran honor ser parte de tan reconocido y refinado staff y estar a disposición de tan notable y reconocido medio. Así que sin otro particular me despido.
Afectuosamente.
Celestito.
Estimado Celestito:
Es cierto, su hermano Verdecito me habló de usted. De su interminable peregrinar por lugares tan inhóspitos y cercanos como la vecina orilla y quien sabe cuantos más.
La Galanga es un medio que le dará cobijo a sus ganas de escribir y comunicar sus experiencias mundanas.
Hay un solo precepto periodístico al que le somos enormemente fieles. Más allá de la fidelidad de la información, más hondo que el consabido respeto por las ideas del otro, más firme que el compromiso de hacer el bien con nuestra prédica periódica.
Mucho más férrea es nuestra promesa de que nadie cobrará un mango por ello.
Hay un solo precepto periodístico al que le somos enormemente fieles. Más allá de la fidelidad de la información, más hondo que el consabido respeto por las ideas del otro, más firme que el compromiso de hacer el bien con nuestra prédica periódica.
Mucho más férrea es nuestra promesa de que nadie cobrará un mango por ello.
Así que bienvenido a La Galanga. Usted seguramente sabrá como hacerlo.
El autodenominado Director
Comentarios
Muchas gracias por recibirme y pierda cuidado, que con que me invite cada tanto a una de esas picadas que usted arma ya está todo mucho más que pago.
Celestito.
Celestito.
Muchas gracias por recibirme y pierda cuidado, que con que me invite cada tanto a una de esas picadas que usted arma ya está todo mucho más que pago.
ResponderEliminarCelestito.