Entrevero de El Tano de la Mondiola |
Con actividad permanente ha tratado de estar junto a ustedes, amables lectoras y lectores.
Es que llevar adelante una vida medianamente alegre en este mar de locura y estupidez no es fácil. Parece que todos estuvieran - estuviéramos - tratando de dificultar las cosas. Los que deberían ir liderando a la gente con su accionar no hacen otra cosa que hacernos dudar de su liderazgo.
Y encima los grandes medios de difusión de datos hacen fuerza para popularizar y contagiar la idiocia, aunque después se ganen todos los Premios Iris.
Pero hasta en el desierto de vez en cuando aparecen flores. Y en este Mundo loquísimo todos los días hay y habrá algo por lo cual deberíamos sentirnos contentos.
A eso apela La Galanga: la recuperación de nuestra alegría.
A quienes escribimos este opúsculo nos hace mucho bien hacerlo, nos ayuda a liberar las tensiones, a encontrar de qué reírnos. Y también encontrar la forma de tratar temas más que espinosos sin que nos haga daño.
Hoy, a cuatro años de empezar, el recuerdo de dos amigotes que se murieron sin necesidad ni obligación, pero que nos dejaron sin su inteligencia creativa para el humor. Cadorniano y Violetero también cumplen cuatro años.
Con el resto vamos a seguir jodiendo. No debe de haber tarea más grata.
A ustedes y a los que ustedes nos traigan, los seguimos esperando acá, en La Galanga.
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