"Yo estaba muy estresada; me sentía débil, no podía descansar bien, me despertaba de noche. Mi salud no era buena: tenía temblores y demasiada saliva en la boca. En el trabajo siempre tenía problemas, mis compañeras me decían que a mi me faltaba algo, que necesitaba ayuda. Pero yo no sabía que era, no sabía a quien acudir.
Hasta que vi el aviso de su Iglesia y acudí a su sensata palabra.
Y Ud. me dijo que mirara al Cielo, que allí iba a estar mi respuesta.
Y yo miré al cielo y empecé a entender todo."
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Pare de sufrir |
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