jueves, 1 de abril de 2021

Esto no tengo por qué bancarlo.

por Máximo Gur Méndez

Uno no es de fierro.

¿Por qué digo ésto?

Porque no está fácil bancarse calladito el aumento exponencial del ataque a los científicos universitarios en general y al los médicos en particular.

Y me voy a permitir la licencia de escribir como Máximo que en su alter ego también es médico y a mucha honra.

He visto y sufrido el ninguneo histórico que le han dado a nuestra calidad de universitarios y al gremio médico. Desde chico (ustedes dirán que siempre fui chico, así que puedo decir desde siempre) ha tratado de batallar contra ello. Y perdí tantas batallas que se me ha hecho hasta costumbre.

Pero esta embestida contra la ciencia en general y la medicina en particular me tiene asqueado.
Porque aunque a muchos les parezca mentira en mi paisito, en vez de agradecerles a los que ven que las cosas se han ido de las manos, que el aumento exponencial de casos se acompaña si o si de aumento exponencial de ingresos a CTI (y de muertes) y que los CTI llenos de Cobicho + el resto de las enfermedades que habitualmente llegan a CTI es algo que ninguno de nosotros quiere vivir, ni un día siquiera.

Y que salgan personeros de quien sabe qué (yo tengo mis propias propuestas) a mentir descaradamente como que los CTI están perfectamente Ok como el presidente de ASSE No HACE, Dr Nopriani o que el enorme hijo de puta de Fernando Margarita, panelista de Esta boca es mía (quedátela nomás) diga que ésto no es más que la conspiración de la izquierda uruguaya para desestabilizar el gobierno neoliberal a ultranza de Lavenida Junior es más de lo que uno puede tolerar.

A principios de la historia del cobicho a las 21 horas la gente común salía a aplaudir a los balcones al personal del cuidado de la salud. Desde esa época, como buen contrera, salía a decirles que en vez de aplaudir, bregaran para que tuviéramos más recursos, mejor educación, mejor salario, etc.

Pero ahora, lejos de todo ello, salen a acusarnos de alarmistas, conspiradores, malintencionados. El Margarita éste (ya sé que si lo cambiás por un balde de bosta perdés el balde), se descuelga con cada discurso que estremece el escucharlo (por la hijoputez de su contenido).

Entre que los que deben dar las pautas gubernamentales están pensando en las olas para surfear, la gente que empieza a creer que al final no era para tanto y se come los discursos de No pasa nada y los soretes estos que ensucian a todos nosotros si tener ningún prurito, puedo asegurar que se vienen tiempos jodidos, bien jodidos.