por Medio Gurméndez
Con el afecto de siempre a las nurses, con las que trabajamos a diario
Los lectores de La galanga deben de saber que muchos de sus colegas (y algunos Editores y Responsables - editores irresponsables) pertenecemos al selecto grupo de los que trabajamos en la Salud: trabajamos mucho, sin feriados ni nada parecido, se nos exigen certezas e infalibilidades y se nos da un reconocimiento (con honrosas excepciones) de "este no sabe nada" y ya me voy a hacerle una denuncia.
Pero la cuestión no pasaba por allí.
En la santa semana criolla del turismo ciclista y cervecero me tocó, obviamente, trabajar. En una de las guardias el tema fueron los huevos de pascua (la Dirección del servicio les había regalado un enorme huevo de pascua a cada turno de enfermería).
Un ginecólogo y lector, hábil e inteligente, se aproximó con un huevito kinder. Lo puso junto a los otros y siguió viendo sus pacientes.
Lo miramos medio extrañados.
- "Es que yo también me quiero llevar un huevo enorme.
Seguramente es obra de las nurses. A mi siempre me dejan los huevos así de grandes"
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