El Cordero que era flor de Lobo

Marcha del 20 de mayo de 2016
Foto de Nicolás Celaya

por Máximo Gur Méndez

El viernes 27 en Argentina, en un enorme juicio público que se le siguen a connotadísimos gestores del último genocidio del Cono Sur Americano (Genocidio: Aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos. Esta definición le ajusta), le dieron condena de 25 años al Coronel Manuel Cordero.
Este coronel (con minúscula) se había fugado del Uruguay cuando, al comenzar el primer gobierno del Fondo Angosto, ya se lo había inculpado en numerosísimos delitos de Lesa Humanidad (aunque la figura legal en nuestro país en esa época no existía todos sabemos de qué estamos hablando).
El muy valiente militar no pudo quedarse a demostrar su inocencia y rajó rápidamente. Se fue a Brasil donde se escondió a medias porque sabía que no tenía extradicción al Uruguay. Y allí se hacía el vivo: entraba y salía del Uruguay como y cuando quería; se hizo pasar por enfermo; y cuando lo encanaron para extraditarlo a Argentina casi se les escapa de nuevo.
Por suerte pudieron pasarlo a Buenos Aires y allí, donde el Poder Judicial (con todos los peros que queramos y podamos ponerle) es bastante más enérgico que el nuestro para este tipo de delitos, lo juzgaron con todas las garantías que él nunca le dio a los que él secuestraba y lo condenaron a 25 años de cárcel. 
Más allá del hecho de esta condena (que para este viejo de mierda es asimilable a una cadena perpetua) es fundamental la demostración de lo que venimos denunciando desde la mitad de los '70 hasta hoy mismo: el Plan Cóndor, lamentablemente, existió.
Y mientras el cobarde de Cordero (solo muy valiente con prisioneros encapuchados, atados, medios muertos) era condenado a 25 años, en este paisito libérrimo otro asesino, torturador, desaparecedor, ladrón, extorsionador y otras lindezas (el Nino Gavazzo) participaría de la fiesta de cumpleaños de 15 de su nieta, ante todo el mundo que lo quisiera ver. Es que al Nino, como ahora es viejito y está enfermo, le concedieron el beneficio de la prisión domiciliaria y las salidas transitorias. 
Aunque tan enfermo no está, que se puede bancar toda la fiesta de 15.

Lenta. Es muy lenta la recuperación de la confianza en la ética y moral de nuestra humanidad.
Pero allí vamos.

Aclaración

El Nino no fue al cumple de su nieta: una manifestación en la puerta de la casa debe de haber hecho un poco de la fuerza necesaria para que el infame se quedara en casita. Mientras tanto, en el Club Naval (donde se desarrollaba la fiestita) sus adoradas hijas despotricaban contra quienes estaban esperando allí y en su casa. "¡Ya nos arruinaron la vida a nosotros; no le arruinen el cumpleaños a la muchacha!". No señoras, el que arruinó su vida, la de su familia y, sobre todo, la de miles de personas más, fue el mismísimo Nino. A no confundir víctimas con victimarios.

Comentarios

ES increíble la falta de memoria.... y la filosofía del lenguaje: los cumpleaños arruinados fueron DE OTROS.
Vergüenza le debería dar a la familia!Y no es que la familia tiene que dejar de querer a su viejito: para eso están los otros, los que desaparecieron... los familiares de los desaparecidos... hay MUCHOS que les toca no querer al coronel!pero, de ahí a pretender que 'no ha pasado nada'... que les pretendan aplicar la cámara-lapicera de 'Hombres de negro' y con un flashazo el resto del mundo olvide (así no mas).... de ahí a allá, hay un largo trecho que no debe ser ni pensado transitar.Que bueno que su nieta cumplió 15 años!!!!!Lástima, y lastima, que OTRAS TANTAS y OTROS TANTOS, NO PUDIERON CUMPLIR AÑOS.... ni 15... ni 10.... ni 5.... ni siquiera 1.... Lástima, y lastima eso.Quedate en tu casita, coronel... sin hacer mucho ruido... y después mira lo linda que estuvo tu nieta en el video de 15....Es lo menos que, dignamente, puedes hacer.perdón... tal vez. OLVIDO, NO! 

Alex PC