Mínimo Gurméndez |
Es sabido que los médicos tienen (tenemos) un gran anecdotario de situaciones disparatadas, y que además tienen (tenemos) mucho tiempo para contarlas y aderezarlas.
Así pues es que, en un esfuerzo editorial impresionante, pretendemos seguir con esta saga médica pidiendo a todos los amigotes galenos que contribuyan a llenar la galanga.
Todas y cada una de estas anécdotas son absolutamente reales. Solo le hemos dado color y anonimato.
El Traumatólogo de guardia estaba viendo pacientes. La lista no acababa nunca porque, como fuente autosurgente, cada vez que terminaba con uno aparecían dos boletas más.
En un momento la puerta vaivén que daba ingreso a la sala de atención de la Urgencia se abrió intempestivamente y quedó aleteando como gorrión herido. En el marco de la puerta entra el Traumatólogo cuan grande era (y era grande mismo).
- "¡¡Me quieren decir quién carajos me pasó esta Fractura a mi!!" gritaba el Traumatólogo esgrimiendo una receta con un Dato Clínico que empezaba diciendo Fractura de ...
"Está todo bien; ¡¡¡pero las Fracturas de Pene las trata el Urólogo!!!"
En un momento la puerta vaivén que daba ingreso a la sala de atención de la Urgencia se abrió intempestivamente y quedó aleteando como gorrión herido. En el marco de la puerta entra el Traumatólogo cuan grande era (y era grande mismo).
- "¡¡Me quieren decir quién carajos me pasó esta Fractura a mi!!" gritaba el Traumatólogo esgrimiendo una receta con un Dato Clínico que empezaba diciendo Fractura de ...
"Está todo bien; ¡¡¡pero las Fracturas de Pene las trata el Urólogo!!!"
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