Cuando hay una crisis jodida lo habitual es que salga lo peor de cada uno de nosotros.
Al menos eso es lo que parece que está pasando en Brasil.
Que Lula y Dilma, sus compañeros de gobierno Petista y otro montón de gente más han ido cometiendo errores y/o cagadas que pueden llegar a configurar delitos parece que no hay duda.
Que quieren sacar del forro a Dilma y a Lula mucho más por sus aciertos que por sus errores a mi no me lo saca nadie.
Que las campañas mediáticas hoy pueden desestabilizar cualquier gobierno, tampoco. Y si el gobierno ya no estaba estable es mucho más fácil.
Pero me he tomado el trabajo de escuchar los "argumentos" esgrimidos y no puedo creer que haya tanta basura suelta.
Los discursos de apoyo a la remoción de Dilma estaban saturados de menciones irrelevantes a dios y otros santos, a la "familia", al "honor" (¿saben que Cuña, el presidente de diputados, que lideró el Impeachment contra Dilma, está apartado hoy de su cargo por "obstrucción a la Justicia" que investigaba casos de sobornos?).
Los discursos se concentraban en que Dilma es mujer, es gorda, es fea, no tiene "erotismo".
Y ni que hablar de los que añoraban otros tiempos en los que los militares habían instaurado una paz mayor (la Paz de los Cementerios como aquí dijo el bermellón Tarigo, en un debate en plena dictadura por el plebiscito del 80) o los que dedicaron su voto a un miserable coronel que se vanagloriaba de haber torturado a Dilma cuando estuvo presa.
¿Será posible que las crisis puedan también sacar lo mejor de cada uno?
Diputado Cuña (nunca mejor puesto el apellido) Traducción: Álgebra Gurméndez (desde PoA/RGSul) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario