¡¡HASTA SUCUMBIR!!

por Trancazo

El general los reunió para dirigirles la palabra. La situación no tenía esperanza, era desesperante por eso. Los brasileros, los porteños y los malos orientales (seguramente filipinos y vietnamitas en su mayoría, que no eran chinos que son los orientales de la planta) rodeaban la ciudad con intenciones no muy turísticas. Los superaban en género y en número, en calidad y en cantidad, tenían más municiones y provisiones de boca, también tenía una mesa de postres libres muy bien servida.

El general hizo una pintura de la situación con pormenorizados detalles para que nadie sintiera que se le estaban ocultando las dificultades del momento; esto duró unas 7 horas, hasta que se secó la pintura.

El general intentó, con su clara oratoria, inflamar a los ciudadanos de patriotismo y coraje. En muchos casos lo logró, tanto así que en algunas circunstancias los facultativos tuvieron que indicarle a los inflamados reposo completo, dieta líquida y me vuelve a ver en una semana.

El general terminó su alegato con la ya famosa invocación: "¡Libera la Patria o sino morir! ¡Hasta sucumbir!

Luego del absoluto y estruendoso silencio que siguió a la firme convocatoria, un recluta de entre los presentes con visible nerviosismo y modestia, se sacó el sombrero y pidió la palabra. Dijo: "Qué pena con usted mi general! Sabe que no me voy a poder quedar porque le prometí a la patrona y a los gurises que los iba a llevar este fin de semana a las Termas. Y uno pretende ser como usted, con todo respeto. Un hombre de palabra, un hombre de una sola pieza, baño y kitchinette incluidos. No le puedo hacer otro feo a la patrona. Ya le hice al Gervasito que dicen que es igualito a mí; por suerte los otros siete son parecidos a vecinos y amigos de la familia. Por otro lado, también le digo mi general que me dice mi psicóloga en la terapia que a mí no se me da muy bien el asunto de las disyuntivas. Preciso evaluar un menú más amplio de alternativas. Eso de "liberar la Patria" es un poco limitado, con respeto. ¿No podríamos explorar las posibilidades de un protectorado? ¿De una zona franca? ¿De un TLC? ¿De un estado libre asociado? Y eso de "morir" es un poco drástico. ¿No podemos ir por el rumbo del tránsito lento, o de trastornos del sueño, o tal vez de "primera sangre" hemorragias nasales incluidas?
También le digo mi general, con respeto, que la convocatoria de "hasta sucumbir" es bastante terminal, muy terminal; la experiencia en mi familia es que a todos los que llegaron hasta allá, a ninguno después les fue muy bien después. Me parece que no hay que tomarse las cosas tan a pecho como mi tío Efemérides que en la "atropellada de Cañada Corta" se tomó a pecho una bayoneta enemiga y hasta ahora tiene problemas para usar  camisa y corbata con ese fierro clavado. Digo." Y se fue despacito.

Y así se fueron varios. Con diversas razones: "me están llamando para tomar la leche", "creí que aquí iban a dar algo", "no me hallo", "dejé algo en el fuego". Y así se fueron todos. Casi todos. En el fondo de la sala estaba la Sufrimientos Martínez de Acá, conocida como la Sufri, casi sorda luego de que se alojara un cuerpo extraño en el oído derecho que resultó ser un morrocoyo. Su capacidad diferente le había dificultado entender cabalmente lo que estaba ocurriendo y le había parecido que se trata de un beneficio que iba a terminar con la actuación del dúo folclórico "Los Sucumbir" que tenían bastante suceso en los bailes de campaña. Por eso se quedó con el general. Luego los acontecimientos llevaron a que fuera conocida por su actitud como "la heroica" y este nombre luego se generalizó a toda la ciudad luego del sitio. Luego del sitio, no quedó nada en su sitio. ¡¡Vamos Paysandú!! ¡¡Vamos Leandro Gómez!!

Comentarios

Muy bueno!!!
Gustavo Añón