por Máximo Gur Méndez
La Intendencia de Montevideo ha iniciado el proceso de inspección y sanción a los malos vecinos que bajan con sus perros a la playa. Es que es inmundo ver como los canes cagan olímpicos donde se les canta y los dueños chiflan mirando para otro lado. Hay una disposición de larguísima data que impide bajar con perros a la playa desde el día 8 de diciembre de cada año. Por higiene y por seguridad la cuestión era hacerla cumplir.
Los problemas que se pueden dar (solucionables todos) es con los perros que ofician de lazarillo a ciegos y que deberían estar exceptuados (igual que para subir a un ómnibus o entrar en un bar o en el Shopping).
Y como en Maldonado la política es "Culo veo - culo quiero" el intendente local Ansía también quiere salir a fiscalizar a los perros.
Acá hay otros problemas. Los perros de los famosos, por ejemplo. Si Marcelo Chinelli puede darse el lujo de andar a todo lo que da con su cuatriciclo por las dunas de José Ignacio y morirse de la risa de la multa y del papelón por tercer año consecutivo, yo me imagino a Susana Giménez o alguna otra "diva" bajando con esos cusquitos de mierda a la playa y el relajo que harían si se los quieren sacar de adentro de la cartera en que los llevan.
Otro problema también hubo pero también se solucionó. El equipo de Primera de Penadoy estaba concentrando en Solanas y ya no podría bajar a la playa y mucho menos a jugar al fóbal.
En la nota gráfica enviada por Black River (bolso perdido él, pero la foto es tan buena que dio para hacer todo este artículo) se ve a varios jugadores carboneros preparándose para NO ir a la playa. Nótese que algunos son más hinchas de Valizas ¡y le ponen bolsas de hielo al agua!
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