In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Mi abuelo, tropero de hongos

Ya no quedan. En otra época eran muy buscados. Y poco encontrados. Mi abuelo era uno de ellos, de los pocos.
No es fácil ser tropero de hongos; se necesita mucha pero mucha paciencia. El hongo es lento y se distrae con facilidad.
De repente para traer desde el norte a Montevideo, una tropa mediana de hongos de campo, se demoraban meses. Había que tener paciencia. Había que acampar a campo (la redundancia pretende señalar lo insondable de lo inexorable,  no había paradores ni hosteles, ni siquiera un spa resort en aquellos tiempos bravos).
El hongo parece manso pero es muy bravo; se hace el "yo no fui" pero a veces tiene un veneno adentro que te puede dejar frito, seco o al escabeche, según.
El hongo suele ir en barra, sin distinción de sexo. Está mucho más para la violencia de número que para la violencia de género. A un compañero de mi abuelo se le retobó la tropa que arreaba y cuando quiso acordar ya estaba completamente rodeado, sin salida. Una modesta cruz de palos marca el lugar de su descanso eterno, porque si bien era judío, te quiero ver haciendo una estrella de David con palitos en medio del campo.
Mi abuelo me dejó frases que aún me acompañan: "Nunca hay que darle la espalda al hongo aunque esté atado, uno." "Para los hongos, lo mejor son los pies". "Si te quedás mucho tiempo quieto, te ganan los hongos". "Por acá pasa el 128".


Sus enemigos dicen que mi abuelo alucinaba por los hongos. Y que puede ser hereditario; vaya uno a saber.

No hay comentarios:

Publicar un comentario