Mínimo Gurméndez |
Es sabido que los médicos tienen (tenemos) un gran anecdotario de situaciones disparatadas, y que además tienen (tenemos) mucho tiempo para contarlas y aderezarlas.
Así pues es que, en un esfuerzo editorial impresionante, pretendemos seguir con esta saga médica pidiendo a todos los amigotes galenos que contribuyan a llenar la galanga.
Todas y cada una de estas anécdotas son absolutamente reales. Solo le hemos dado color y anonimato.
Esto sucedió una noche de Guardia.
Llamado de piso, abuela cursando postoperatorio de una prótesis de cadera. Pero había empezado con vómitos biliosos, fiebre y vesícula palpable. Siendo las 3.00 de la mañana, pedí alguna paraclínica para confirmar. Pasé por el cuarto del Cirujano, le comente el caso, la vio y la coordinó para la mañana a primera hora. Me fui de la guardia sin saber el resultado y rapidamente me olvidé del caso.
Llamado de piso, abuela cursando postoperatorio de una prótesis de cadera. Pero había empezado con vómitos biliosos, fiebre y vesícula palpable. Siendo las 3.00 de la mañana, pedí alguna paraclínica para confirmar. Pasé por el cuarto del Cirujano, le comente el caso, la vio y la coordinó para la mañana a primera hora. Me fui de la guardia sin saber el resultado y rapidamente me olvidé del caso.
Cuatro meses después, en el pasillo de ese Sanatorio me para en seco una Señora muy seria con ceño fruncido:
- "¿Ud es el Dr Arruga? Soy Fulana de Tal, Fiscal General de la Nación."
Un frió corrió por mis intestinos; pensé en abogados, hipotecas, vendo el auto, ¿con que pago el juicio?
- "Ud atendió a mi mamá, Mengana de Tal, en tal fecha, y dijo que tenia una colecistitis"
- "Puede ser" atisbé a decirle.
- "Puede ser ¡no! Efectivamente la tenía. Quería agradecerle por haberla atendido esa madrugada".
Recuperé el alma y mi color negro. Mientras caminaba pensaba: ¡'ta que la parió! Con haber dado las gracias, sin tanto preámbulo ya estaba, ¿no?
El gran cagazo.
El Negro Arruga
El Negro Arruga
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