De las pocas ventajas de ser veterano, debe ser que lo has visto casi todo. Con aquello que un inexperto pueda entusiasmarse, el veterano lo toma con otra calma porque seguramente ya escuchó algo similar antes.
En la campaña preelectoral que acaba de comenzar oficialmente, resurgen viejas costumbres, como la que les expongo. Algunos de los políticos que actuaban previo a la dictadura del 73, ante las cercanías de las elecciones, usaban frecuentemente la herramienta de promesas preelectorales. Casi siempre eran sobre proyectos claramente irrealizables que, en el mejor de los casos, solo podían seducir a Doña María y Don José. Seguramente dos de los ejemplos más célebres deben ser la instalación de canillas de leche en las esquinas y la construcción de calles en bajada.
Pero como todo vuelve, algunos jóvenes políticos retomaron las enseñanzas seguramente olvidadas de aquella vieja escuela que todos creíamos enterrada; me refiero a dos proyectos de distintos “lideres políticos” conocidos en los últimos días.
- Pago de $ 15.000 a todo Ciudadano/a mayor de 60, independientemente de los años que tenga trabajados y de los aportes que haya o no realizado. El proyecto es impulsado por el Diputado Nacional, Felipe Caballo referente de la lista 711.
- Creación de 100.000 nuevos puestos laborales a cargo de la emergente figura Juan Desartori
Debatir sobre la viabilidad de estos enunciados estaría bien en el mundo de Walt Disney, pero para el Uruguay, en los tiempos que corren, es una verdadera pérdida de tiempo.
Para verificar inequívocamente que las viejas enseñanzas regresaron, solo nos falta escuchar que algún otro líder, o que se precie de tal, prometa: chorizos al pan y bebidas, después de un acto.
PD. Parece que esta campaña nos va a obligar escribir bastante.
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