El Consultorio del Dr. Froi.
Consulta 1
El Dr. Froi está sentado en su silla de roble con almohadones color bordó. Está ensimismado en una hoja que tiene apoyada en una pequeña tabla de madera.
Su paciente entra al consultorio, pero el Dr. no se percata de su presencia, dado su enorme grado de concentración.
El paciente da un paso y el Dr no lo nota. Da otro y sucede lo mismo. El paciente se acerca sigilosamente, sin quererlo, pero con miedo a molestar. Cuando está a dos pasos de su terapeuta, al fin, el paciente lo saluda cordialmente.
- Buenas tardes Doctor.
- Buenas tardes para usted que viene acá a sentarse a hablar de su vida y sus problemas, pero que ni problemas son. Para mí no son buenas tardes para nada, no son buenas tardes en lo más mínimo. Esta tarde tengo que bancar pelotudos egocéntricos que se inventan problemas, para después venir a gastar plata acá, para tener algo que contarle a sus amigos en el club.
- Que dice DOCTOR!
- Nada, tranquilo amigo, me refiero a todos los pacientes que vienen después de usted. Hábleme, cuénteme sus problemas que lo escucho con toda atención. El Sudoku lo termino después.
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