In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

lunes, 17 de octubre de 2022

ONG Son Risas

por Trancazo

Nuestra ONG Son risas tiene actividades en diversos campos del acontecer social, siempre en procura de atender necesidades que no están cubiertas por otros actores de la sociedad. En ese rumbo es que ya desde hace un tiempo hemos integrado un equipo interdisciplinario para intentar contener y dar asistencia a un grupo de personas afectadas por una condición para la que no reciben amparo ni tratamiento en otras instituciones. Estas personas tienen un trastorno de su comportamiento que se expresa por una marcada compulsión a lamer pestillos. Por suerte no es una dolencia de alta prevalencia, pero es algo desafortunado para quienes la sufren, ya que por ser una condición «rara», no reciben la atención que requieren; tanto es así, que muchos profesionales de la salud desconocen esta condición.

            Las personas afectadas por esta condición no pueden hacer una vida plena, pues es una condición invalidante y restrictiva; suelen tener problemas en el trabajo y en las relaciones sociales. Según la intensidad de la condición, algunos de los afectados tienen impulsos que pueden ser de frecuencia mensual hasta cuadros agudos que tienen varios ataques por día.

            Hay pocas investigaciones en el mundo sobre esta condición debido a su rareza; se destacan los estudios de la provincia de Lamben, Polonia donde este trastorno afecta a un número significativo de la población. Aún no se sabe si hay componentes genéticos para su prevalencia, condiciones ambientales o alimenticias; la mayoría de los investigadores opinan que su manifestación es multicausal. Hay casos de todas las edades, sexos y condiciones sociales; no se han detectado incidencia en la población pelirroja, lo que resulta un misterio.

            Además de los inconvenientes directos que experimentan estas personas, también está el rechazo que sufren por la incomprensión de la comunidad. La semana pasada, Juan (nombre ficticio para proteger la identidad del afectado), quien sufre desde hace tres años esta condición y se trata en nuestra ONG, fue víctima de un atentado. Uno de los vecinos del edificio donde vive Juan electrificó el picaporte de su apartamento y Juan además de un intenso colapso nervioso recibió quemaduras de 2° grado en su lengua y labios, de las que se está recuperando.

            Si usted conoce a alguien que tenga una compulsión obsesiva por lamer pestillos, picaportes o timbres, no dude en contactarnos, podemos ayudar.

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