En la redacción de La Galanga todo era desconcierto. El Tano paró la producción de vinos y los trillizos volaron corriendo a buscar dónde enrolarse. El tema era excluyente para la prensa y cuestión de soberanía para la población. Los demás salimos de raje al aeropuerto a esperar al Flaco.
Ese pequeño pedazo de tierra a orillas del Volga corría serio peligro de ser avasallado y las multitudes estaban dispuestas a ir al frente enarbolando todo tipo de consignas pintadas y banderas. Menos la blanca. La seguridad de la nación, de la región y del mundo era amenazada por la tentación de apretar el botón nuclear y hacer desaparecer todo en poco rato.
En clara inferioridad numérica y con menos equipamiento y organización que cualquier ejército enemigo, muchos apostaban a la original herramienta de la ley de derribos del ministro de guerra, el sargento García, como recurso heroico y patriótico. Pero hasta ahora los Hércules dormían la siesta en la base Curbelo, mientras los pilotos se rascaban el higo haciendo apuestas a quién de todos se jubilaba más joven y con más plata.
Porque por esos días el soberano y sus ministros de corte deliberaban en el palacio en cómo mejorar las reservas de la corona. El ministro de trabajo y tareas al pedo, Pamio Blieres - una rara avis intrigante y con cuello de cuervo perteneciente a una familia extinta y sin sede propia -, le propuso al rey aumentar la dieta de los contribuyentes con un solo hijo y que aquellos que tuvieran más de dos los entregaran como esclavos al servicio de la patria hasta los sesentaicinco años (y siempre y cuando no estallara la guerra que los obligaría a formar parte de la reserva montada de la caballada de UnSoloUruguay). El Vizconde Grandini del INJU y eterno aspirante a la alcaldía de la capital, sugirió que mejor sería crear un impuesto a los jueces de corte y al mismo tiempo poner relojes de arena en cada tribunal para medir la velocidad con que se fallaba según las causas de los reos, hubieran éstos usado sus espadas con la mano derecha o disparado pistolas con la izquierda. Sir Louis Adberto Jeder, ministro de asuntos internos, apuró su cuarta petaca y escupiendo los micrófonos lamentó que ya nadie avise cuando el enemigo se infiltra puertas adentro de la ciudadela amurallada. ¡Es el colmo!, dijo, ¡es el colmo!, repitió, es el co……. "Ya lo dijiste milord”, le interrumpió el rey. Perdón, mi señor, mi majestad, mi transparente, pero me resulta incomprensible el bajo nivel de seguridad de nuestro sistema informático con Windows de 1950 en telégrafos de la segunda guerra recauchutados que la santísima Reina Isabel - pazdescanse - le regalara a la nación en reconocimiento a la calidad de su Corned Beef y su apoyo incondicional en la guerra de las Malvinas. Ni por eso renuncio!!!, siguió gritando. Y tanto gritó que la hechicera de palacio, GraCruella de Bianch, se despertó de su sopor con un eructo de milanesa con ajo de mil dólares que había congelado de la última cena con stripers de cancillería. ¡No renuncio una mierda!, siguió amenazante, aunque bien me gustaría saber cómo se nos metió ese espía por la frontera, eh? Dos veces entró y salió, ¡como Marset por su casa! (murmullos, gemidos, toses y hasta un ssshhhhh…..ahogado entre los vestidos y las pelucas de los cortesanos, pálidos de tanto rapé y asombro) y nadie lo paróooooooooo??? ¿Y se hizo pasar por peluquero? ¿Por médico capilar? ¿Por reparador de quincho con filial en Punta Carretas? ¡¡No puedo creer que los gremios de aduanas, policía internacional, migraciones, los maleteros de Buquebus, sean tan sopadebola que no hayan registrado esa clara violación a la alerta sanitaria, en plena pandemia…!!! ¡¡En mayo del 2020 y en junio del 21, estuvo!!! ¿Y a qué vino? ¿Con qué pasaporte ingresó a la comarca? ¿Trajo la cartera? ¿Y los gremios? ¿Y ZinTV? ¿Y el Piceneté? Qué hacían…????!!! ¡¡Y nosotros sin poder cruzar a Concordia…!!!! ¡¡Era un espía ruso…!!!!!!!!
En eso estaba la corte en torre ejecutiva luego de haber declarado zona contaminada el cuarto piso y aislado el recinto al que sólo se podía acceder con APP, cuando el bufón más Delgado recordó a los honorables presentes que se encontraban allí para discutir un asunto mucho más grave que pondría en riesgo la seguridad de la familia real, en primer lugar, y al reino todo en consecuencia: con el propósito de atrapar por fin a la inventora del lavado mágico (sin agua, sin ropa, sin jabón) y copiar su fórmula sin tener que pagar patente, la Interpol le había encargado a Putin invadir la República Oriental del Uruguay, con el pretexto de querer quedarse con Ucrania. “La buscan a la indígena “, dijo, mientras miraba hacia abajo y jugueteaba con las borlas de su disfraz de payaso, moviendo nervioso las manos y arrastrando un carozo de aceituna reseco con la punta del zapato. Como el auditorio casi que hiciera oídos sordos a su recomendación, y mirando de reojo al secretario de cultura católica y ministro de fe, Paul Da Sil, elevó el tono y poco le faltó para que le increpara: che, a vos te digo! Avivate hermano, que por tu reina Maya Cincelkur nos van a revisar la torre entera, nos van a acusar de traficar partidas para pasaportes suyos, y hasta son capaces de impulsar un referéndum para poner al ruso Rossencoff en la plaza Independencia arriba del caballo del viejo Artigas……(¡).
Las enciclopedias dirán que los acontecimientos del año 1999, además de conmover a la humanidad , nunca terminaron de conocerse. El muro de Berlín cayó pariendo una nueva era. La Perestroika de Gorbachov, lejos de mejorar la economía de la unión, significó el desarme del puzzle; el estallido por los aires de esa olla a presión. Pocos hitos históricos como el que se descubriera siguiendo la pista del camarada Alexei Astestalin y su red de ayuda a refugiados, lo que despertara la ira del larvado imperialismo soviético, han provocado tanto asombro. Y tanto tráfico de memes y tiktokes.
Con ese mismo espíritu refundacional del herrerismo monacal, ese pedacito de tierra entre los dos grandes del barrio, iría a cambiar de nombre. Quién lo diría. Un estado tan batllista y liberal. Tan europeo y tan romántico. Tan carnívoro y futbolero.
Para empezar, el instrumento tradicional pasaría a ser la balalaika. La bebida nacional con yerba y agua caliente sería reemplazada por el vodka de alta graduación. El pericón quedaría prohibido y en su lugar los sextos años bailarían el Kozachok en la fiesta de fin de cursos. Otro tanto con el idioma, las costumbres culinarias, los ritos matrimoniales, el culto ortodoxo, los besos masculinos, etc.
Y todo por unos pasaportes locos. Y una extradicción gambeteada.
La historia no perdona. Lo de Ucrania era un cuento bien al cuete. La pequeña ROU heredaría el nombre de la antigua sociedad de repúblicas apiladas, pasándose a llamar URSS : Uruguay República Socialista Soviética .
El comandante hará carraspear su intercomunicador para anunciarnos: el cielo se muestra despejado con alguna nubosidad, la temperatura en la ciudad es de 21° C y siendo las 8.35 de la mañana, les agradecemos su preferencia por viajar con Uruflot .
Sean bienvenidos a Moscúvideo y sus cúpulas doradas .
Sigan leyendo La Galanga .
Flaco, La Reina / 22.10.2022
Comentarios
Grande Jorgito como siempre..!!
Anónimo
Lalashe
LPM….😂😂😂😂!!! Descacharrante…!
ResponderEliminarUn poeta, flaco! Como decían las viejas de Jeber el otro, el Pinto : " son todos comunistas"
ResponderEliminarTano
Humor sabio y delirante!
ResponderEliminarAle desde México
Un capo este flaco querido ! Cómo siempre !!! Besote
ResponderEliminarHay que leerlo varia veces de tanta cosa que se suma en el relato ...y lo que se suma " por algo" llega al escritor....
ResponderEliminarGrande Jorgito como siempre..!!
Excelente!!!! Lalashe
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