El ferretero de mi barrio parece tenerme aprecio sincero porque
hoy con el vuelto me regaló un almanaque. Estoy verdaderamente impactado por la
imagen. En primer plano se puede apreciar un par de cachorros dálmatas adentro
de un canasto forrado con la misma tela fucsia brillante de la moña que corona
el asa, arriba. Los perritos tienen una carita que deja entrever cierta
melancolía. Seguramente el fotógrafo y el imprentero estuvieron sincronizados
por el mismo director de arte, porque esa expresión va perfecto con el color
general de la lámina a la que pareciera faltarle un poco de azul cyan. Me fui
por las ramas, perdón, continúo. El mencionado canasto está depositado sobre
una mesa que luce un mantel decorado con frutas tropicales agrupadas y
distribuidas en un perfecto orden apenas interrumpido delante del canasto,
donde destaca un arreglo de margaritas que descansan sobre un colchón de hojas
de muérdago.
Esta graciosa mesa y su arreglo está en una habitación que
tiene una ventana. Por fortuna la ventana está detrás del canasto con los
perritos, así a través de ella podemos ver una callejuela de antiquísimo
empedrado y salpicada de balcones con flores. Esta breve calle de casitas
primorosas termina en un valle que asciende en un curioso degradé del suave
verde del valle a la punta blanca de los dos gigantescos picos nevados del
fondo. Los picos son impactantes pero el cielo es de un celeste claro y sereno
apenas interrumpido por unas pequeñísimas nubes suaves.
La pared que contiene a la ventana la han pintado de un
terracota leve sobre el que van muy bien las letras del logo de la ferretería
que desde su clásico fucsia nos desea un feliz 2023 a todos.
Comentarios
Qué lo parió, que lindo mensaje, es necesario tener cerca lindos mensajes si, si
Anónimo
Qué lo parió, que lindo mensaje, es necesario tener cerca lindos mensajes si, si
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