por Máximo Gur Méndez
Ayer se cumplieron 40 años de la considerada como la última muerte bajo torturas de un uruguayo detenido.
Vladimir Roslik se llamaba el médico de San Javier (pequeño pueblo del departamento de Río Negro) que una noche se llevaron preso y al día siguiente devolvieron en un cajón cerrado con prohibición de abrir antes de su entierro.
Y Roslik me sigue golpeando la memoria y por eso lo comparto con ustedes.
A Roslik se lo llevan de su casa donde dormía junto a su esposa y su hijito de poquitos meses de vida; no era un combatiente de una supuesta y falsa guerra entre dos bandos.
A Roslik se lo llevan junto a otros tantos a torturar a un cuartel cercano, en momentos en que la dictadura estaba en franca retirada pública. Pero no en retirada de funcionamiento, nunca perdió su carácter violentamente fascista: mató en torturas en abril y en noviembre de ese año teníamos elecciones presidenciales porque se iban. Unos meses antes de Roslik hubo una enorme redada entre jóvenes comunistas donde afortunadamente no se les murió ninguno; porque fueron torturados todos y con saña.
Y la memoria me recuerda los enormes ovarios de su esposa Mary, quien movió cielo y tierra y consiguió que no solo abrieran el cajón sino que otro médico le hiciera otra autopsia que evidenció las torturas sufridas que desencadenaron su muerte: no era un consabido paro cardio respiratorio como dijo el infame médico militar que hizo la autopsia oficial. Tampoco eran muertes a consecuencia de apremios en un interrogatorio: eso se llama torturas. Y Mary se vino solita desde su pueblito a un Montevideo desconocido a denunciar su caso por todos lados. Y tanto revuelo hizo que las autoridades dictatoriales del momento tuvieron que condenar al comandante del cuartel a cuatro meses y dieciocho días de arresto (como lo leen: demoré más en escribirlo que él en estar arrestado). Claro que después la Ley de Impunidad y la doctrina de los dos demonios hicieron lo suyo y Mary y su hijo debieron esperar 40 años para empezar a obtener Justicia, ya no que reparación.
Y Roslik volvió a decir, como si aún estuviera vivo, que ¡NUNCA MÁS!
Y la diputada fondoangostista de Río Negro lo trajo a la memoria colectiva. Y pálidos, bermellones e independientes-de-si-mismos tuvieron sus palabras de recuerdo de aquel momento.
Solo dos partidos no se expresaron y por motivos parecidos: el PERI de César Verga por ser una acelga y Colector Abierto de Manini Arroyos por ser gorila.
Comentarios
Roslik, vivo hasta en la muerte...
Língula
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Pensaba que Vega no habló porque era nabo, nomás, pero resulta que es una acelga
Anónimo
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Hace un tiempito atras tuve el placer y el dolor de escuchar un reportaje a María Zavallkin, esposa y compañera de vida de Roslik y me conmovio la paz con que se refirio a tan desgarrador tema. No va por venganza, ella solo busca JUSTICIA Y NUNCA MAS. Querria poder aprender de ella pero en muchas situaciones me sigue ganando el odio por los que se atrevieron a valerse de tanto poder para torturar, matar y desaparecer a mis familiares
Anónimo
Roslik, vivo hasta en la muerte...
ResponderEliminarPensaba que Vega no habló porque era nabo, nomás, pero resulta que es una acelga
ResponderEliminarHace un tiempito atras tuve el placer y el dolor de escuchar un reportaje a María Zavallkin, esposa y compañera de vida de Roslik y me conmovio la paz con que se refirio a tan desgarrador tema. No va por venganza, ella solo busca JUSTICIA Y NUNCA MAS. Querria poder aprender de ella pero en muchas situaciones me sigue ganando el odio por los que se atrevieron a valerse de tanto poder para torturar, matar y desaparecer a mis familiares
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