Por Abelardo Abelenda
En la foto del campeón todo es alegría. Detrás de lo abrazos en ronda, de "miren el pajarito" y "digan whisky", se esconden una suma de gestos colectivos que asientan un equipo.

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Todo terminó en la final. En ella todos quieren estar, jugar y aportar. El capitán salió en la foto de particular, no se cambió.
En la mayoría de los partidos apenas se llegaba a 8 o 9 jugadores, pero como era de esperar, para la final estaban los 16. El criterio de selección fue que se cambien los que vinieron a más partidos. Con esas condiciones quedaba afuera un jugador que había reaparecido en los 2 últimos juegos, luego de criar hijos y consolidar su trabajo. El capitán dió un paso al costado y le cedió su lugar. Este gesto fue fundamental.
En el primer tiempo, a 25 no le salía nada, no embocaba, no marcaba. Aguada le llegó a sacar 16 puntos de ventaja. En el segundo tiempo entra "el reaparecido" y marca de forma impecable al goleador rival, roba muchas pelotas, agarra rebotes, corre la cancha y recibe tres fouls de ataque. No hizo un solo punto, pero encendió la chispa que contagió al equipo hacia el triunfo.
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Todo empezó hace 13 años cuando fuimos a hablar con nuestro principal referente del club. Le contamos la idea de armar un equipo de veteranos. Elmer Lans nos dió para adelante, junto con el "Paleta" y Melgar que integró aquel primer equipo.
Al Elmer va dedicado el triunfo.
En donde quiera que se encuentre va a sentir el murmullo lejano de un canto a coro:
"¡que brille nuestra casaca!".
"Si quieres llegar rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado"
Proberbio Masai
Comentario
Felicitaciones al Oso y al cuadrito de Abelardo Abelenda. Felicitaciones al capitán, al canchero y, sobre todo, a las esposas de cada uno de los jugadores que seguramente fueron las encargadas de inflar las pelotas y tenerlas bien infladas, antes y después de cada partido.
Mil reconocimientos de Daniel (1,65 escasos)
Felicitaciones al Oso y al cuadrito de Abelardo Abelenda. Felicitaciones al capitán, al canchero y, sobre todo, a las esposas de cada uno de los jugadores que seguramente fueron las encargadas de inflar las pelotas y tenerlas bien infladas, antes y después de cada partido.
ResponderEliminarMil reconocimientos de Daniel (1,65 escasos)