por Ke Verba
Si bien el día de la madre es un
día comercial (no caeré en el lugar común de que todos los días son el día
de......), nos guste o no nos guste, con poco o con mucho, tratamos de
agasajarlas.
También hay hijos que ante la
manida frase de “madre hay una sola”,
tienen como contestación “por suerte”.
En estos tiempos donde las
palabras inseguridad, violencia
doméstica, abandono, imputabilidad, menores infractores (como decía en un
pasaje Murga La Mojigata, niño cuando es bueno, menor cuando es malo), encender
la llamita del vínculo con la madre, es por demás importante.
Y como homenaje, va este poema
de Gabriela Mistral.
OBRERITO
Madre, cuando sea grande
¡ay, qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda* al herbazal.
¡ay, qué mozo el que tendrás!
Te levantaré en mis brazos,
como el zonda* al herbazal.
O te acostaré en las parvas
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.
o te cargaré hasta el mar
o te subiré las cuestas
o te dejaré al umbral.
Y ¡qué casa ha de hacerte
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar!
tu niñito, tu titán,
y qué sombra tan amante
sus aleros van a dar!
Yo te regaré una huerta
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.
y tu falda he de cansar
con las frutas y las frutas
que son mil y que son más.
O mejor te haré tapices
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.
con la juncia de trenzar;
o mejor tendré un molino
que te hable haciendo el pan.
Cuenta, cuenta las ventanas
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar...
y las puertas del casal;
cuenta, cuenta maravillas
si las puedes tú contar...
* Zonda: viento cálido de la región norte
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