In Invernum qualqum soreteae fiumo expelent

DEFINICIÓN


galanga (diccionario de la real Academia Española)

3. f. Bacín plano con borde entrante y mango hueco, para usar en la cama.

martes, 8 de septiembre de 2020

Gato por liebre

por Trancazo 

Es bastante habitual que los ómnibus de excursiones que pasan por Chapicoy rumbo a la capital, hagan un desvío para pasar por la parte de atrás de la casa de doña Tita. Ahí se detienen y la gente baja para mirar y sacar fotos a la enorme cantidad de liebres, también llamadas maras que hay en el fondo de la casa de doña Tita.

Dice la historia que cuando era chiquita, Julietita, Tita para la familia, era muy corta de vista. Se le complicaba un poco jugar con los otros chicos de la familia y del barrio porque se caía, se tropezaba y se chocaba con casi todo. Para calmarla y alentarla a que se quedara quieta, pretendieron sobornarla con un regalo: con dos gatitos. Don Nicanor, su padre fue quien se encargó de conseguirlos. Le habían dicho que por el mercado de Chapicoy podía conseguirlos y para ahí se dirigió en busca de los mininos. Resulta que don Nicanor también era muy corto de vista igual que Tita. Y parece que debido a eso fue que se avivaron los del mercado que le vendieron los animalitos, pero le pasaron liebre por gato.

Así fue como marchó Don Nicanor con las criaturas que le había prometido de regalo para su hija. Por supuesto que, si su padre le estaba diciendo que eran gatitos, para Tita siempre lo fueron, a pesar de lo que pudiera decir la gente.
Sabido es que las liebres se reproducen como conejos ― y éstos como aquellas ― y por ello, al poco tiempo tuvieron liebres ― gatitos para Tita ― hasta las orejas.  Desde ese entonces Tita se dedicó al cuidado de sus queridas mascotas, toda la vida. Tanto es así que, ya siendo una mujer mayor, Doña Tita era conocida en Chapicoy como «la vieja de los gatos», por respeto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario