Una pareja de viejitos estaba sentada en uno de los primeros bancos de la misa dominical. Bien empilchados, bien peinados. En un momento la viejita se le acerca al marido y, un poco tentada de la risa, le susurra:
- "Viejo, acabo de tirarme un pedito sordo. ¿Qué hago?"
- "Ahora nada" - dijo el esposo - "Solo disimulá. Y cuando llegues a casa cambiale las pilas al audífono".
Una viejita, muy bien arregladita, estaba haciendo la cola para la "Visita Conyugal" en el Centro Carcelario COMCAR. Uno de los policías que estaban en custodia, creyéndola perdida, se le acerca y le dice:
- "Buenos días, señora. Esta es la cola para la Visita Conyugal"
- "Si, agente. Lo sé"
- "¿Y a qué preso viene a visitar?"
- "A cualquiera, m'hijo, a cualquiera".
No hay comentarios:
Publicar un comentario