Se estaba preparando un programa nuevo para la televisión: no se sabía bien si era para bailar, cantar, pintar o comer ravioles ... por un sueño.
El casting estaba en marcha y los tipos tenían que inscribirse en la recepción de uno de los canales de acá. Había que dar el nombre y apellido, la ocupación y alguna característica que los hiciera especiales.
Llega el primero y le
dice a la recepcionista: "Soy José Romerales. Trabajo de mozo en un bar pero soy corredor, 100 metros llanos en 10
segundos".
El siguiente: "Ricardo Vargas. Atiendo una ferretería pero soy bailarín profesional. 104
horas de baile sin parar".
Llega otro y dice: "José Unamuno. Soy mecánico de automóviles. Tengo una poronga de
treinta centímetros".
La que estaba anotando lo mira con los ojos
desorbitados y le pregunta: ¿Una qué?
"Una... muno, tarada. ¡Como el escritor!"
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