Igual nos envía la percepción cantábrica de sus hermanos españoles de Catalunya.
- Era una catalán tan tacaño, pero tan tacaño, que estaba soñando que se tomaba un café en un bar y se despertó para no pagarlo.
- Y aquel otro catalán era tan pero tan tacaño que miraba la misa por televisión, pero cuando pasaban la canastita de las donaciones hacía zapping
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