Por Abelardo Abelenda
Nada mejor que desayunar con una sonrisa y un efusivo “buen día”.
El saludo, los deseos, las esperanzas y la alegría de estar vivos,
resumidos en dos palabritas mágicas.
Hoy puede ser un gran día
Con un Buon Giorno nos
recibía mi abuela hija de tanos, mientras preparaba su mate dulce en un vasito.
Y nos miraba con un atisbo de sonrisa cuando nos íbamos temprano a estudiar,
esperanzada de que a nosotros nos toque una vida menos sufrida de la que le
tocó a ella, mujer en la cultura machista del campo.
Buen día vecina decía la letra de un cuplé de la feria que escribimos
para la Murga La Gran Pamaity por el 2001. Y cada vez que la cantábamos,
nuestra amiga alemana Ursula se reía. Le encantaba ir a la feria del barrio. Guten Tag nos dijo el puestero de la
feria orgánica de Berlín cuando la fuimos a visitar luego de que se volviera a
vivir a Alemania. Guten Tag no tenía
el mismo sabor pero sí incluía la misma vocación de servicio, a atendernos con
una sonrisa.
La feria matinal es una fuente de buenos días fundamental. Al “buen día
vecina” se suma un “que va a llevar”, “puede probar joven”, “como andás mi
amor” del pícaro y atrevido feriante. La
veterana se va feliz para su casa, con el carrito lleno de aromas, sabores,
colores y piropos recién cosechados.
Hace años en el edificio del Cordón de la OSE el día no empezaba hasta
que pasaba el veterano diariero por los pasillos con su pregón matinal:
“Buendiiiiiiaaaa”. Estuvo más de 50 años vendiendo sus noticias y de yapa, te
brindaba su buena onda.
“Me gusta trabajar contigo
porque vos nos saludás todos los días y preguntas por los hijos y la familia”, me dijo una vez un “usuario” de un sistema que estaba instalando en
un cliente. Con el nuevo sistema, el
hombre tenía que trabajar doble, ya que al principio debía entrar la
información en el nuevo y en el viejo sistema. Lo hacía con gusto y fue un
aliado fundamental para sostener el cambio. El gerente y el jefe pasaban de largo, no lo
saludaban.
Con un “Bom día y ate amanha”,
termina su reporte diario el corresponsal de la radio desde Río de Janeiro. Con
ese acento carioca nos traslada a Brasil y nos acerca a la Garota de Ipanema.
Robin Williams levantaba a la tropa con un Good Morning Vietnam, tratando de darles ánimo para que vayan a
morir por una causa incomprensible.
En un inglés bien rústico, el Canario, de tierra adentro, saludaba con
un GuMorni a la abuela inglesa de su
amigo Coates cuando entraba en su casa temprano para estudiar.
No me quiero olvidar y aprovecho la oportunidad que me da este medio de
comunicación, para enviar un saludo a los obreros del volante que tiran buena
onda. Al guarda peludo que todos los días en el 141, en la parada del liceo
IAVA, recibe a los estudiantes que le llenan el coche con un “muchas gracias”
cuando le pagan, y un “qué tenga un buen día” cuando se bajan. Y al guarda de
la línea tansmontevideana número 2, del Buceo a Lezica, que en un viejo ómnibus
Leyland de Raincoop por los años ochenta y pico, saludaba a todos y les decía
alguna chanza. Todo el pasaje se reía, mientras me iba contento por el bulevar Propios
como a 200 por hora, con la plataforma de atrás chata de tanta gente que
cargaba, en el viaje hacia la casa de mi primera novia en la calle Gioia en
Villa Colón, que en italiano quiere decir alegría.
En el barrio, había un viejo venido a menos que paseaba sus perros por
la calle Rodó, de bigote para arriba. Si estaría loco que iba regalando un
Buenos Días a cada persona con la que se cruzaba. Se le escuchaba de lejos.
Siempre te sorprendía, te cambiaba el ánimo. A cambio, solo te robaba una
sonrisa. Los niños le producían mucha alegría. Cada vez que pasaba frente al
zaguán del jardín de infantes de mis hijos en Rodó y Magallanes, saludaba con
su clásico “Buenos Días Araityyyyy”.
Siempre con la frase Buenos Días empieza sus mails mi amigo Alejandro y
ya te predispone a una respuesta positiva. Con Buenos Días también encabezaba
los mails en el 2002, cuando venía caminando por que no tenía para el boleto y
celebrábamos juntos que todavía teníamos trabajo.
Con un sonriente Buenos Días me recibe todos los días Stella Maris,
llueva, truene o hagan 40 de calor, siempre con buena onda.
Un Buen día enorme me despertó hoy a las 4 de la madrugada y me
desveló. Hasta que no lo escribí en una cantidad de tickets del super y el
cajero automático que encontré en la mesa de luz no me dejó volver a dormir.
Mereció la alegría el desvele.
Y si el Buen Día te lo da cantando Joan Manuel Serrat y la sonrisa sexy
de Ana Belén, mucho mejor.
Duro con él.
Hoy puede ser un gran
día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.
…
No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.
…
Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.
…
Hoy puede ser un gran día
duro, duro,
duro con él.
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.
…
No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
Hoy puede ser un gran día,
duro con él.
…
Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.
…
Hoy puede ser un gran día
duro, duro,
duro con él.
Si quiere ver cantar Hoy puede ser un gran día a Serrat, Ana Belén,
Miguel Ríos y Victor Manuel lo puede ver en: http://www.youtube.com/watch?v=bmtArwSpAto
Si quieren ver a María Bethania cantando O que
é o que é:
No hay comentarios:
Publicar un comentario